Investigadores trabajan para reducir la contaminación de los tubos de escape
UNL/DICYT Cada mañana, al poner en marcha un auto comienza el proceso de combustión. Actualmente los vehículos cuentan con dispositivos –catalizadores– que eliminan algunas de las sustancias más contaminantes, sin embargo sólo actúan a altas temperaturas. El desafío para los ingenieros es lograr atrapar los contaminantes hasta que se alcance la temperatura suficiente para que se desintegren. Una joven investigadora de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) trabaja para desarrollar materiales novedosos capaces de retener las sustancias perjudiciales.
Para poder descomponer los hidrocarburos es necesario propiciar reacciones químicas, ése es el trabajo de los catalizadores. “Nuestro objetivo es sintetizar trampas para los hidrocarburos sobre un material en el que están distribuidas nanopartículas de metales activos, en este caso cobalto y plata”, explicó Soledad Aspromonte, quien llevó adelante la investigación a través de una beca Erasmus Mundus.
El aspecto más innovador del trabajo es el uso de fluidos supercríticos, unas sustancias que a una determinada temperatura y presión llegan a su punto crítico y combinan características tanto del estado gaseoso como el líquido. Las características únicas de este fluido híbrido permite sintetizar materiales a partir de dióxido de carbono. “Tiene la ventaja de que no es una sustancia cara, es ambientalmente benigna, es inocua y no contamina”, destacó Aspromonte.
“El proceso implica disolver el dióxido de carbono con un precursor que contiene el metal que se desea incorporar. Se aumenta la presión y la temperatura para descomponerlos y depositar el metal en los poros del material”, explicó.
El procedimiento permite realizar todo en una sola etapa, mientras que utilizando técnicas tradicionales primero se debe depositar el metal y luego calcinar los residuos. “Es un proceso muy sencillo. El uso de presiones altas suena riesgoso pero no hay que tener miedo sino aprender a operar con presiones altas”, acotó la joven ingeniera de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ).
Fluidos supercríticos
Los fluidos supercríticos forman parte de la nueva química verde, es decir, de los esfuerzos por hacer procesos más limpios y amigables con el ambiente. La aplicación más estudiada hasta el momento es la extracción de aceites vegetales. “El trabajo permitió combinar toda nuestra experiencia en catálisis con su trayectoria en el uso de fluidos supercríticos”, resaltó Aspromonte.