Salud España , España, Miércoles, 21 de septiembre de 2022 a las 09:09

Juegos de construcción mejoran las capacidades cognitivas en pacientes de alzhéimer

Un equipo de investigación de la Universidad de Almería ha concluido en un estudio piloto que la realización de pasatiempos con piezas de montaje estimula la capacidad ejecutiva en pacientes con un deterioro moderado

F. Descubre/DICYT Un equipo de investigación de la Universidad de Almería ha desarrollado un estudio que muestra los beneficios de la realización de juegos de montaje dirigidos en la enfermedad de Alzheimer. Los expertos confirman que éstos fomentan las emociones positivas, la motivación por el ejercicio terapéutico y mejoran las capacidades cognitivas de tipo ejecutivo como, por ejemplo, la adaptación, la planificación o el control de la atención.

 

La investigación es una primera aproximación a los resultados que pueden obtenerse con este tipo de terapia, pero son necesarios nuevos estudios que ratifiquen las conclusiones que describen en el artículo ‘A Proposal of Cognitive Intervention in Patients with Alzheimer’s Disease through an Assembling Game: A Pilot Study’ publicado en la revista Journal of Clinical Medicine. En él, confirman que la intervención mejoró las capacidades iniciales de los enfermos.

 

La terapia se basó en la creación de tartas que se van ensamblando con diferentes piezas y adornos. “Desde nuestra experiencia podemos afirmar que las intervenciones psicosociales mediante el juego constituyen una estrategia fundamental para el tratamiento de algunos de los principales síntomas de esta enfermedad”, indica a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Almería, Francisco Nieto, responsable de la investigación y autor del artículo.

 

El alzhéimer no es un juego


Los pacientes que participaron en los ensayos pertenecen al centro de Día y Terapia Neuromar en Roquetas de Mar de Almería y habían sido diagnosticados con alzhéimer con una puntuación intermedia en la Escala de Deterioro Global. Esta graduación mide la evolución cognitiva y la relación con las funciones cotidianas de las personas. Contiene siete grados de deterioro del paciente desde el valor 1 donde no existe ninguna disfunción hasta el 7 que determina una demencia severa.

 

Los participantes fueron asignados aleatoriamente al grupo control o experimental, de manera que los enfermos con quienes se realizó el ensayo debían seguir una serie de pautas y eran dirigidos por el terapeuta, mientras que los demás podían jugar libremente, sin guía ni normas.

 

El juego contiene un total de 82 piezas con las que se pueden montar infinitos modelos de tarta. En un primer momento, el terapeuta realizó un modelo con tan solo 9 piezas explicando detalladamente el proceso. Tras esto, lo ocultaba y los pacientes debían realizar otra igual a la mostrada. En caso de bloqueo o no tener claro cómo continuar, facilitaba ayuda, refuerzo positivo y consejos para que concluyera el trabajo. Tras finalizar, mostraba nuevamente el modelo para comparar o mejorarla.

 

Los resultados indican que el grupo experimental mejoró sus capacidades frente a los pacientes que ensamblaron sus tartas libremente, por lo que los investigadores lo proponen como una nueva herramienta con la que trabajar la disminución de los efectos negativos de la enfermedad del olvido.

 

Evaluación para lograr evolución


El alzhéimer es una enfermedad para la que aún no existe cura. Los estudios actuales se orientan al conocimiento de su origen, factores que pueden desencadenarlo o prevenirlo o fármacos que palien la degradación de las facultades del enfermo. Además, se encuentran aquéllos enfocados a la búsqueda de nuevas terapias que alivien los síntomas y mejoren la calidad de vida de las personas afectadas y la de sus familias.

 

Para conocer la efectividad de los tratamientos se debe conocer el estado de deterioro cognitivo previo de la persona y valorar su evolución tras estos. Para ello, existen diferentes test y herramientas que evalúan la situación de los pacientes. Entre ellos, se encuentra IFS (INECO Frontal Screening), una herramienta sencilla, sensible y específica que mide las funciones ejecutivas en cualquier tipo de demencia. También se usa de forma habitual el test MOCA (Evaluación Cognitiva de Montreal), que valora en tan solo diez minutos las disfunciones cognitivas, como las relacionadas con los fallos de memoria o atención. 

 

Los ensayos de esta terapia utilizaron estas dos herramientas para comparar los datos del deterioro inicial de los pacientes con los obtenidos tras el entrenamiento con el juego. Con ellas confirmaron que el desarrollo de nuevas terapias que estimulen, mantengan y potencien las capacidades preservadas por el enfermo son necesarias para el trabajo con estos pacientes.

 

Además de los datos objetivos obtenidos mediante los test de evaluación, se registraron otra serie de parámetros que contribuyen a mejorar el desarrollo de estas terapias. Así, los participantes del ensayo manifestaron que el juego les agradó y divirtió y mostraron una actitud proactiva en su realización. “Sin embargo, hemos advertido que la aceptación del juego por parte de los pacientes puede verse afectada por prejuicios. Esta salvedad nos ha hecho replantear el tipo de actividad, para evitar la influencia de ideas negativas previas, como puede ser el considerar la tarea que se realiza propia de uno u otro género”, añade el investigador.

 

Los investigadores ya tienen en marcha un nuevo proyecto que amplía el número de pacientes y las sesiones para conocer el alcance de esta práctica y validar los datos obtenidos en una muestra mayor. Además, durante el estudio se observaron ciertos parámetros que deberán mejorarse a la hora de poner en práctica el juego.

El proyecto, ya en curso, amplía el número de sesiones de entrenamiento y de pacientes para confirmar si la mejoría observada en este estudio se ratifica y así poder plantear su implantación futura en asociaciones y clínicas que trabajan con enfermos de Alzheimer.

 

Los investigadores también profundizan en una línea con realidad virtual con la que se pretende contribuir a la mejora de la calidad de vida de los enfermos aumentando su bienestar emocional mediante ejercicios de relajación que disminuyan el estrés y favorezcan las sensaciones positivas.