Alimentación España , Castilla y León, Viernes, 23 de mayo de 2014 a las 14:13

La avispilla del castaño se extiende por diferentes zonas del país

‘Dryocosmus kuriphilus’ es la plaga más peligrosa conocida para el castaño. Su incidencia reduce la productividad de esta especie hasta en un 80%

CGP/DICYT Hace pocos días se detectó en la provincia de Málaga la presencia de Dryocosmus kuriphilus, más conocida como la avispilla del castaño. Esta detección confirma la importante extensión de la plaga por diferentes zonas del territorio nacional y la necesidad urgente de establecer medidas que minimicen su rápida propagación y el control inmediato de esta especie invasora, originaria de China pero que lleva presente en Europa desde 2002, año en que fue detectado por primera vez en Italia. Así lo ha puesto de manifiesto la Red Estatal del Castaño, órgano que agrupa a los representantes del sector de la castañicultura de las regiones productoras de castaña más importantes de España, en la reunión extraordinaria celebrada ayer en Madrid.


Los representantes del sector expusieron que la extensión de la plaga ha avanzado rápidamente desde que en el 2012 fuese detectada por primera vez en Cataluña, donde ya afecta a más de 40.000 hectáreas, y en agosto del año pasado el Gobierno de Cantabria publicara una orden en la que establecía la delimitación de las zonas afectadas y las medidas inmediatas de control, las cuales ya no son suficientes para frenar la propagación de la avispilla y evitar una catástrofe ambiental y económica.


El castaño, que actualmente ocupa una superficie superior a las 300.000 hectáreas en nuestro país, es una de las especies cuyo aprovechamiento más recursos genera en las áreas donde está presente. La recogida y comercialización de la castaña es una de las actividades que más beneficio reporta a las zonas productoras para sus habitantes gracias a la venta del producto en fresco y a la importante industria transformadora dependiente del mismo, y que tanto empleo genera, según la información de Cesefor remitida a DiCYT.


Por tanto, la pérdida de producción de castaña puede representar a nivel nacional no solo una pérdida ambiental y paisajística irreparable sino también la pérdida de puestos de trabajo y de generación de rentas en el medio rural de nuestro país, algo imperdonable en el estado actual de nuestra economía.


La Red, en el acuerdo tomado ayer, solicitará al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente la puesta en marcha de medidas que contemplen entre otras una estrategia de erradicación y control de esta especie invasora de forma coordinada con las diferentes comunidades autónomas, así como la ejecución de medidas efectivas para ello, incluida la ejecución de un programa de control biológico, único método que se ha revelado eficaz hasta la fecha para el control de este insecto.


A su juicio, la experiencia acumulada en las regiones de Italia o Francia en los pasados años debe aprovecharse para minimizar las afecciones en España. El castaño, ya afectado por otras plagas y enfermedades, ha sufrido una importante regresión en las últimas décadas, por lo que esta nueva plaga puede suponer su puntilla final y hacernos perder este valioso recurso para las generaciones venideras.