La celiaquía presenta rasgos más claros en niños que en adultos, según una novedosa investigación
Antonio Martín/DICYT La dieta es el único remedio que tiene un celiaco para combatir los efectos de esta enfermedad autoinmune. La prescripción temprana de un régimen de comidas libre de gluten, la proteína vegetal que contienen algunos cereales como el trigo o la cebada y que provoca una reacción cruzada en contra del intestino delgado, era el mejor de los remedios para evitar las consecuencias del mal. Y lo seguirá siendo en el futuro inmediato. Esa detección precoz ahora tiene un aval más. Un equipo de investigadores del Complejo Hospitalario de León, en colaboración con el Instituto de Biomedicina de León, ha determinado, a través de una investigación pionera en España llevada a cabo en los últimos ocho años con pacientes celiacos, que existen rasgos más manifiestos de la enfermedad en niños de en torno a los dos años que en adultos, por lo que "serán más fáciles los diagnósticos", indica el coordinador del estudio, Santiago Vivas.
La investigación, llevada a cabo con 120 pacientes de todas las edades a los que se les diagnosticó la enfermedad celíaca en los últimos ocho años en el Complejo Hospitalario de León, ha sido publicada recientemente en la revista internacional American Journal of Gastroenterology. En ella han colaborado el inmunólogo José María Ruiz de Morales, el microbiólogo Javier Casqueiro, la pediatra Blanca Herrero y la patóloga Mercedes Hernando, además de otros cinco científicos de los servicios de Aparato Digestivo, Pediatría, Inmunología y Patología del hospital público leonés y del área de Microbiología de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de León. En todos los casos se recogieron muestras prospectivas y se realizó con ellas un análisis comparativo para determinar cómo se manifestaba la intolerancia al gluten.
De este modo, según indica Vivas, en pacientes de dos años se han comprobado rasgos identificatorios más precisos: mayor daño histológico en la mucosa duodenal que se ve afectada en los casos de celiaquía, niveles más altos de anticuerpos y mayor expresión general de la enfermedad. "En adultos predominan formas clínicas menos visibles", indica el doctor. La celiaquía se puede presentar en cualquier estado de la vida, siempre que exista una predisposición genética y exista un elemento detonante, una circunstancia que haga manifestar el mal, como infecciones, una intervención quirúrgica abdominal o un parto, por ejemplo.
Mayor precisión en el diagnóstico
Esa mayor agresividad de la enfermedad celíaca a edades tempranas redundará, paradójicamente, en beneficio de los adultos a los que no se les había diagnosticado la enfermedad. Una de las conclusiones del estudio es que se debe bajar el nivel de diagnóstico en el adulto. "Habrá que pensar en otros rasgos identificativos además de los anticuerpos", precisa Vivas. El experto pretende una mayor difusión en la Atención Primaria y Especializada de los riesgos de la enfermedad y una mayor capacitación de los facultativos para encontrarla en posibles afectados.
La investigación continuará ahora con la búsqueda de factores ambientales y patogénicos que expliquen las variables en las que se muestra la enfermedad. Uno de los problemas con los que se encuentra un médico en su despacho a la hora de interpretar los síntomas es que no existe un momento concreto en que se manifieste la celiaquía en un paciente. Puede ser de forma inmediata, en las primeras ingestas de alimentos elaborados con cereales, como las primeras papillas, o en edades ya avanzadas. Para ampliar la investigación, el estudio está dotado con dos becas, una del Instituto de Salud Carlos III, de 120.000 euros, y otra de la Consejería de Sanidad, de 140.000 euros. También desde la Gerencia del Complejo Hospitalario de León y desde la Sección de Aparato Digestivo se está potenciando esta línea de investigación.
Comienzo de un ensayo clínico con fármacos | |
La intolerancia al gluten no tiene ahora mismo otra solución que evitar los alimentos que contengan trigo, cebada, centeno, kamut y, en algunos casos, avena. Esto supone aproximadamente prescindir de siete de cada diez de los alimentos elaborados en la Unión Europea. Aunque la variedad de alimentos permitidos es amplia: leche, carne, pescado, fruta o legumbres y hay productos destinados especialmente a los celiacos, como pan y galletas sin gluten; se puede dar el caso de que un celiaco consuma alimentos con gluten por contaminación cruzada. En las panaderías, por ejemplo, si se producen dos tipos de pan, con y sin gluten, pueden quedar restos de cereales dañinos en los procesos de fabricación. Para superar estos problemas, la industria farmacéutica está ensayando nuevos fármacos que mejoran la permeabilidad intestinal. Un ensayo clínico llevará a hospitales de Canadá, España y Estados Unidos ese medicamento. En España serán ocho los centros hospitalarios que lleven a cabo el ensayo clínico, dos en Castilla y León, el Complejo Hospitalario de León y el Hospital Clínico de Valladolid. Asimismo, las comunidades de Aragón, Cataluña y Madrid también participarán en el trabajo. La celiaquía es una enfermedad genética que, según un estudio realizado hace cinco años por el mismo equipo de trabajo de León, tiene una prevalencia de uno de cada 250 adultos jóvenes. Los expertos, sin embargo, piensan que puede ser mayor la ratio de personas afectadas. En naciones europeas de nuestro entorno se acerca al uno por ciento de la población total. |