La contaminación amenaza el recurso hídrico de Costa Rica
UCR/DICYT El agua en Costa Rica tiene varios enemigos que con solamente tocarla la ensucian y la contaminan, destruyendo el hábitat de miles de especies marinas y dañando el medio ambiente: se trata de desechos como plaguicidas o hidrocarburos y acciones propias de la mano del hombre como incendios y urbanizaciones. A esta triste pero realista conclusión se llegó en el IV Encuentro Nacional de Biología de la Conservación, que se centró esta vez en los sistemas y recursos acuáticos del país.
Fue organizado en conjunto por la Sociedad Mesoamericana para la Biología y la Conservación (SMBC) y el Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar) de la Universidad de Costa Rica (UCR). El programa involucró a varios de los más reconocidos biólogos de Costa Rica y a propósito de la celebración del Día Mundial del Ambiente, declarado así por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Y es que los enemigos del agua proliferan por todo el territorio costarricense, de ahí que los investigadores se empeñen en dar a conocer estudios sobre el tema y crear así conciencia sobre los peligros de no brindarle una adecuada protección.
Se analizaron problemas de contaminación por sedimentos, basura, plaguicidas, e inclusive carburantes que afectan zonas costeras, ríos y lagos del país, como por ejemplo el cause del río Rincón, en la Península de Osa, asediado por las cargas de sedimentos que recibe.
Silvia Echeverría, especialista del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET) de la Universidad Nacional (UNA), expuso las conclusiones de un estudio del cual formó parte y en el que se señala que la deforestación y el mal uso de la tierra provocan cargas de sólidos suspendidos en los ríos, los cuales llegan a degradar las zonas costeras como pantanos, manglares y arrecifes.
El caso específico del río Rincón analizado por Echeverría y un equipo de profesionales definió que entre mayor sea el uso de la tierra para pasto o cultivo, mayor carga de sólidos suspendidos se hallarán en la cuenca.
“La estimación de la carga total de sedimentos que esta cuenca aporta al Golfo Dulce durante la época lluviosa es de casi 15.000 toneladas, lo que afecta el oxígeno del golfo, además de su flora y fauna”, advirtió Echeverría. Como recomendaciones, Echeverría indicó que se debe promover la transición de los charrales y tacotales cercanos al río Rincón hacia bosques secundarios, vigilar las actividades de uso de suelo, aumentar la reforestación y proveer mantenimiento a las franjas de vegetación ribereña con especies nativas.
Peligra el agua dulce
Otra exposición que destacó dentro del programa de conferencias fue la planteada por Luisa Castillo, también del IRET, quien se basó en la contaminación de los cuerpos de agua dulce. Castillo determinó que la contaminación aumenta la mortalidad de los peces, por lo que se necesitan tecnologías limpias para la agricultura tradicional que brinden mayores controles sobre el uso de plaguicidas, mientras la agricultura orgánica toma fuerza.
Un último ejemplo fue el mostrado por el doctor José Vargas, del Cimar, quien mostró los resultados de una investigación sobre contaminación marina en Costa Rica vigente del año 2000 al 2005. Allí se demostró alta salinidad, oxígeno disuelto, hidrocarburos de petróleo presentes en ambientes costeros y la presencia notoria de basura. El trabajo completo se publicó en la revista Biología Tropical. Como corolario del ciclo de conferencias se anunció la celebración del XIV Congreso de la SMBC que se desarrollará del 8 al 12 de noviembre próximos en el hotel Crowne Plaza Corobicí.