Las plantaciones de coca influyen de forma indirecta en la deforestación de los bosques
Eva Aguilar/DICYT El cultivo de coca en Colombia tiene un papel desencadenante en el proceso de deforestación de los bosques, que está más relacionado con el nivel de desarrollo de las poblaciones aledañas a los sembrados y menos con el tamaño y control de las plantaciones en sí. A esta conclusión han llegado un grupo de investigadores de Colombia y Estados Unidos, mediante un estudio que mide por primera vez el impacto indirecto que tienen las plantaciones destinadas a abastecer el mercado mundial de cocaína en la pérdida de biodiversidad.
El objetivo de los investigadores era encontrar los desencadenantes locales y regionales de la reducción de áreas boscosas en Colombia, para lo cual enfocaron el estudio en dos áreas que se caracterizan por su abundante biodiversidad: la zona tropical de los Andes y la región del Chocó, y aproximadamente un 12% del bosque amazónico que pertenece al país.
De acuerdo con los autores, cuyos resultados han sido publicados en la revista Environmental Science & Technology, el ritmo de deforestación en Colombia en los últimos 20 años ha ido en aumento, particularmente en los bosques de las tierras bajas, a pesar de que tanto la presión demográfica como la población que depende de la agricultura han ido en declive. Debido a que este mismo periodo de tiempo coincide con un aumento extraordinario del cultivo de coca destinado a cubrir la demanda del mercado de cocaína –Colombia pasó de proveer el 10% de la producción global de coca en 1987 (220 kilómetros cuadrados de cultivos) a suplir un 74% en el año 2000 (1633 kilómetros cuadrados de cultivos)–, análisis previos sugirieron que el cultivo de coca tenía una relación directa e indirecta con la deforestación.
Sin embargo, tras realizar un análisis del efecto que los cultivos habían tenido en la pérdida de bosque entre el 2002 y el 2007, los investigadores se encontraron con que el efecto directo de las plantaciones era muy pequeño y que en realidad la situación era mucho más compleja de lo que imaginaban.
"Nuestra conclusión es que existe una asociación que sugiere que la proximidad y cantidad de coca desencadenan más deforestación en el paisaje, pero a escala de municipio la coca es más un indicador de zonas donde la relación población-deforestación es estrecha", dijo a DiCYT la investigadora colombiana Liliana Dávalos, autora principal del estudio.
De acuerdo con Dávalos, quien trabaja en la Universidad Stony Brook de Nueva York, la forma más sencilla de entender este proceso "es que los municipios donde hay coca no están subdesarrollados porque tienen coca, sino que tienen coca porque están subdesarrollados".
La investigadora añadió que, si bien necesitan obtener más datos para evaluar que tan acertada es esta conclusión, por el momento los resultados "han sido una sorpresa", debido a que los autores empezaron trabajando en base a dos hipótesis que al final no pudieron ser comprobadas. La primera señalaba que la coca atraía nuevos colonos y el aumento de población producía más tala por medio de otras actividades, ya fueran agrícolas, mineras o ganaderas, mientras que la otra se sustentaba en el principio de que, al haber más erradicación de los cultivos por aspersión de herbicidas, los agricultores ilegales provocaban una mayor deforestación al desplazarse a otros terrenos. "Estas dos hipótesis no han sido apoyadas con nuestros datos", dice Dávalos.
Áreas protegidas y desarrollo rural para frenar la deforestación
Los autores del estudio señalan que los esfuerzos para conservar la vasta frontera boscosa de Colombia, que se traslapa con la frontera de los cultivos de coca, solo serán exitosos con el establecimiento de áreas protegidas y el implemento de estrategias de desarrollo rural que resultan indispensables para romper el ciclo de pobreza y degradación ambiental.
Liliana Dávalos apunta que una de las conclusiones más positivas de la investigación es que los parques naturales frenan, aunque no detienen, la deforestación, no importa si estos se encuentran en zonas apartadas donde son "parques de papel".
"Este es un descubrimiento importante pues a menudo se cree que los parques sólo sirven si tienen una gran infraestructura, o conservan su bosque simplemente porque están lejos de las carreteras y tienen malas condiciones para la agricultura", concluye la investigadora. "Nuestro estudio demostró que incluso teniendo en cuenta estos factores, los parques igualmente reducen la deforestación".