Los expertos exhortan a los pacientes con diabetes a valorar si controlan de forma adecuada su enfermedad
FEDE/DICYT La Federación de Diabéticos Españoles (FEDE) y la compañía de cuidados sanitarios Novo Nordisk han hecho un llamamiento conjunto en pro del adecuado control de la diabetes entre las cerca de 200.000 personas que se estima la padecen en Castilla y León.
El llamamiento se realiza coincidiendo con la publicación de un nuevo documento de consenso sobre el control de la hiperglucemia (el exceso de azúcar en sangre que caracteriza a la diabetes) elaborado por las dos organizaciones mundiales de referencia en la investigación de esta enfermedad, la American Diabetes Association (ADA) y la European Association for the Study of Diabetes (EASD)1.
Dicho documento establece que los tres factores principales a tener en cuenta para prescribir un tratamiento a un paciente con diabetes y valorar su idoneidad son su efectividad en la reducción del nivel de azúcar en sangre y en la prevención del riesgo de hipoglucemias y su contribución al control del peso.
Se estima que, en España, el 72% de la población con diabetes no logra estos objetivos de control2. Extrapolándolo a Castilla y León, este porcentaje supondría que unos 144.000 castellanoleoneses que padecen la enfermedad conviven con ella sin controlarla de la forma recomendada por las organizaciones internacionales mencionadas.
Aunque siempre tiene que primar un objetivo de control metabólico individualizado para cada uno de los pacientes, según estas organizaciones, el objetivo medio para la mayoría de ellos debe ser conseguir una hemoglobina glicosilada (la media del nivel de azúcar en sangre durante tres meses) inferior al 7%. Ocurre que, cuando el tratamiento para reducir este nivel de azúcar no se compensa con la ingesta de suficientes hidratos de carbono o se hace demasiado ejercicio, puede descender demasiado y producir una hipoglucemia.
Las hipoglucemias provocan alteraciones en el organismo; algunas agudas, como malestar general, visión borrosa, temblores, taquicardias o menor capacidad de raciocinio, y otras menos llamativas, como falta de concentración, cefalea, sudoración o mareo. Se consideran graves los episodios en los que el paciente necesita la asistencia de otras personas para recuperar la normalidad y que, si no se atajan con rapidez, pueden derivar en un coma hipoglucémico.
Igualmente, cuando una persona padece diabetes, el exceso de peso aumenta las posibilidades de sufrir complicaciones, sobre todo de tipo cardiovascular, renal, ocular y neurológico. Por ello, llevar una dieta sana y practicar habitualmente ejercicio son dos pilares esenciales, junto al tratamiento farmacológico prescrito por el especialista, en el control de esta enfermedad.
“En pocas patologías, el éxito del tratamiento depende tanto del autocontrol por parte de quien la padece como en la diabetes. Tanto el paciente como sus familiares deben tener, entre otros, conocimientos sobre la medición y el control del nivel de glucosa en sangre, la administración de la insulina u otros fármacos, la prevención y el tratamiento de episodios de hipoglucemia y los hábitos necesarios para evitar el sobrepeso. Es decir, una adecuada formación diabetológica”, explica Andoni Lorenzo Garmendia, presidente de FEDE.
Este autocontrol conlleva un cierto esfuerzo psicológico, hasta el punto de que, según la encuesta DAWN2 (“Estudio de actitudes ante la diabetes, deseos y necesidades 2”, por sus siglas en inglés), el 51% de los españoles con diabetes se declaran estresados, situación que afecta también al 45% de sus familiares. El mismo estudio revela que sufrir una hipoglucemia es el mayor temor de los encuestados (71%) en su convivencia diaria con la enfermedad, porcentaje que se eleva hasta el 75% entre sus familiares.
La investigación, hacia un mejor control de la diabetes
Según Daniel de Luis, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y director del Instituto de Endocrinología y Nutrición de la Facultad de Medicina, “para ayudar al adecuado control de la diabetes y minimizar esta carga psicológica, la investigación y los tratamientos más avanzados, como los análogos de las insulinas basales, tienden a combinar su efecto reductor del nivel de azúcar en sangre con lo que podríamos denominar prestaciones adicionales, como la prevención de la ganancia de peso, por su perfil metabólico o su capacidad saciante, o el menor riesgo de hipoglucemias, por la mejor estabilización de dicho nivel de azúcar”.
“Las insulinas de este tipo -apunta Manuel Delgado, expresidente de la Sociedad Castellano-Leonesa de Endocrinología, Diabetes y Nutrición, médico adjunto del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Centro Asistencial Universitario de Salamanca y profesor asociado de la Universidad de Salamanca- son análogos de la insulina humana producida por el páncreas. Esto quiere decir que se trata de insulinas sintéticas, las cuales, a través de una serie de cambios menores en su estructura, adquieren características especiales deseables cuando se las inyecta bajo la piel”.