Los fósiles del Canal de Panamá, piezas clave para reconstruir la historia geológica del istmo
Eva Aguilar/OEI-DICYT/DICYT Desafiando el calor húmedo y los intensos rayos de sol que caen sobre el área del Corte Culebra en el Canal de Panamá, Aldo Rincón dedica tres o cuatro días de la semana a cumplir un sueño de infancia: desenterrar fósiles. El 15 de mayo de 2008, este joven geólogo, quien trabaja como asistente de investigación en el Proyecto Geológico de Panamá del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), encontró la pieza más completa que se haya desenterrado hasta ahora en Panamá de un caballo forrajero que caminó por el continente entre 18 y 15 millones de años atrás. Pieza que se suma al conjunto de fósiles con el que geólogos y paleontólogos están reconstruyendo la historia natural de Panamá, antes de que se convirtiera en el puente de tierra que terminó de unir el Norte y el Sur de América.
"El trabajo de paleontología requiere mucha paciencia. Cada hallazgo, por pequeño que sea, justifica el tiempo y el esfuerzo invertido, aunque esta es apenas la primera parte de un largo proceso", contó Rincón a DiCYT. "Después de encontrar un fósil siguen meses de preparación, comparación, medición y descripción, para finalmente entender el significado paleontológico de cada hallazgo".
Efectivamente, un año después (mayo de 2009), la descripción de la dentadura encontrada por Rincón se publicó en la revista Journal of Paleontology. El autor del artículo, Bruce J. MacFadden, curador de paleontología del Museo de Historia Natural de Florida (Universidad de Florida, Estados Unidos), llegó a la conclusión de que la pieza pertenecía a un Anchitherium clarencei, una especie de caballo ya extinto que vivía en el cálido bosque tropical de la época del Mioceno. La evidencia apoya una propuesta anterior de MacFadden de que el hábitat del animal era probablemente un mosaico de densos bosques y montes abiertos. Además, su presencia en Panamá confirma que el A. clarencei, un habitante conocido de Florida, Nebraska y Dakota del Sur, caminó mucho más al sur de lo que se pensaba hasta ahora.
La ingeniería y la investigación científica se complementan
La extraordinaria dentadura de A. clarencei no es, ni mucho menos, el primer espécimen de un mamífero encontrado en el área del Canal. Y tampoco son los fósiles de mamíferos los únicos representantes de la fauna que habitó en el área hace millones de años. Pero probablemente ninguno de ellos habría sido encontrado si la vía interoceánica no se hubiera construido a principios del siglo pasado, y si en la última década la Autoridad del Canal de Panamá no hubiera despejado el área para llevar a cabo la ampliación de la vía con el objetivo de permitir el paso de buques de mayor calado, y los trabajos que culminaron con la construcción del Puente Centenario en el 2004. ¿La razón?
Carlos Jaramillo, investigador de STRI, explica que recolectar fósiles y rocas en áreas tropicales es difícil por dos razones: la primera es que la intensa lluvia hace que la roca superficial se descomponga, alterando los fósiles y la misma roca, y la segunda es que la vegetación es muy abundante y, aunque se limpie, vuelve a cubrir el suelo rápidamente. De allí que para los paleontólogos que participan en el Proyecto Geológico de Panamá, las obras en el Canal sean una especie de sueño hecho realidad. Por ello, con la colaboración de la Universidad de Florida y la Autoridad del Canal de Panamá, Jaramillo formó un equipo de investigadores y estudiantes que se instala en los lugares que han sido previamente detonados con dinamita para mapear y recolectar los fósiles que quedan expuestos.
"Las nuevas excavaciones hacen posible que podamos observar y recolectar rocas frescas que están a decenas de metros por debajo del suelo", dijo el investigador a DiCYT. "Esto marca la diferencia entre no encontrar ningún fósil, a encontrar una gran cantidad. El Canal está haciendo un 'hueco' de 5 mil millones de dólares, ¡para que podamos extraer fósiles! Este proyecto es un ejemplo insuperable de como las grandes obras de ingeniería y la investigación científica se ayudan y complementan".
Panamá en la era Cenozoica, ¿península o archipiélago?
Si Europa no se congela cada invierno, es gracias a que Panamá existe. Y es que cuando el istmo terminó de formarse hace tres millones de años, no sólo convirtió en una sola masa lo que hoy es el continente americano, sino que se interpuso como una barrera entre dos océanos, desviando las corrientes cálidas del Atlántico hacia el norte.
Los fósiles de mamíferos (caballos, rinocerontes, oreodontos, protocerátidos, saínos), tortugas, peces, serpientes y cocodrilos –la mayoría de ellos ya extintos– que se han encontrado en las riberas del Canal de Panamá desde la década de 1960, así como los fósiles de plantas y organismos marinos hallados en diferentes regiones del país, ayudan a responder preguntas científicas relevantes para los geólogos y paleontólogos: ¿Qué fuerzas geológicas se combinaron ya entrado el Cenozoico para crear el puente de tierra que es Panamá? ¿Eran la flora y fauna antes del cierre del puente similares a las de América del Norte, o incluían otros elementos?
Camilo Montes, líder del Proyecto Geológico de Panamá, señala que para contestar a estas interrogantes los fósiles hallados en el área del Canal deben ser estudiados dentro de un contexto más amplio y bajo la mirada de disciplinas científicas complementarias a la paleontología, con el propósito de entender todas sus implicaciones y establecer con mayor precisión una teoría que explique la formación del istmo. Y es que la siguiente pregunta es, ¿era Panamá una península que se extendió desde el sur, tal y como parece apuntar el registro fósil de animales terrestres, o un conjunto de islas que surgieron del océano, como indican los fósiles de organismos marinos?
"Los hallazgos preliminares indican que podría tratarse de una península que estaría más al sur de lo que está hoy y que, a causa de la convergencia contra la placa suramericana, se fragmentó y dobló para alcanzar la forma cóncava actual hacia el sur", explicó Montes a DiCYT.
No obstante, añade el investigador, aunque la evidencia fósil, marina o terrestre, ha permitido establecer con un alto grado de certeza las conexiones que existían en épocas pasadas, en realidad dan muy poca información acerca de la configuración paleogeográfica de Panamá. De allí que para formular una nueva hipótesis, el proyecto incluya la recolección de marcadores paleomagnéticos (evidencia del campo magnético de la Tierra en el pasado que queda marcado en las rocas), lo que daría una idea de la geografía que tenía el istmo en épocas pasadas, así como la recolección y análisis de muestras para llevar a cabo dataciones geocronológicas, con el fin de ubicar estos procesos en el tiempo.
"El valor científico de los hallazgos en el área canalera aumenta con los estudios que se hacen fuera de ella", concluye Montes. "Sólo con un marco más regional podremos entender por qué la región del Canal fue tan especial en términos de preservación de material fósil".