Los mamíferos no necesitan cubiertos para comer, los tienen incluidos

Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/CIBNOR/DICYT Los mamíferos han desarrollado el uso de diversos utensilios que les ayudan a sus actividades diarias, una de ellas y la más importante es durante la alimentación. Por ejemplo, las nutrias de río elijen desde pequeñas una roca, la cual guardan toda su vida y tiene ciertas características que les hará más fácil el romper ostras de las que se alimentan. Los chimpancés buscan ramas finas de vegetación y las acondicionan para introducirlas en los hormigueros y termiteros y así poder sacar a los artrópodos de su casa para podérselos comer.

Pero no siempre es necesario tener un utensilio para usar algo como herramienta, en ocasiones las herramientas incorporadas al cuerpo de los mismos organismos. Las extremidades, dedos, garras, trompa o la lengua (en la que solamente relacionamos con el habla y el sentido del gusto) pueden ser usados para ayudar a la alimentación de los organismos.

La lengua no es un músculo, sino un conjunto de músculos que pueden llegar a ser hasta 17, de los cuales unos se consideran como extrínsecos (que se originan fuera de la lengua) e intrínsecos (dentro de la lengua). Los extrínsecos son los que fijan la lengua al organismo, siendo la mandíbula la principal estructura. Los intrínsecos son los que la dotan de una gran movilidad lo que le permite enrollarse, moverse a los lados, arriba, abajo, extenderse, etc. En algunas especies la capacidad de movimiento es equivalente a la de un apéndice.

La lengua es de diferentes colores, texturas y tamaños en los diferentes organismos vertebrados. Los mamíferos no son la excepción. Un ejemplo es el de las jirafas donde la parte visible (20 cm) de la lengua es de un color negro azulado, pero lo demás que se mantiene dentro de la boca (33 cm aproximadamente) es de color rosado. Una de las posibles causas de esta coloración se debe a que las jirafas habitan en lugares de clima muy caliente con mucha exposición a la luz solar, debido a su gran tamaño, deben de consumir grandes cantidades de alimento que consiste principalmente hojas de acacia. Las jornadas de alimentación se estiman en 12 horas que deben de estar bajo el sol. La coloración oscura de su lengua la protege para no sufrir quemaduras debido a esta larga exposición. La lengua de las jirafas tiene la característica de poder ser prensil, lo que les permite poder seleccionar las hojas de las acacias entre todas las espinas que tienen.

La lengua de las jirafas con 53 cm parecería una lengua larga, pero no es la más larga de los mamíferos y menos si la tomamos en proporción con el tamaño de la especie. Otros mamíferos que poseen lenguas largas son los murciélagos nectarívoros, es decir, que se alimentan del néctar de las flores, sí equivalentes a los colibríes, pero nocturnos. Las flores de las que se alimentan las especies nectarívoras tienen una forma tubular, por lo que para alcanzar el néctar habrían dos opciones; destruir la flor o tener un “popote” que les permita extraer el néctar. El hecho es que las plantas que producen néctar y las especies nectarívoras se ayudan y benefician mutuamente. La planta da néctar y el murciélago o el colibrí transporta el polen de flor en flor ayudando a la fecundación de las plantas. Los murciélagos especialistas en esta dieta han modificado varias estructuras destacando la forma de las alas y sus estructuras en los hombros, para poder tener un vuelo estático, tener la cabeza más alargada, entre ellas su hocico y su lengua muy larga y poseen en la punta papilas especializadas para poder absorber el néctar.

El mamífero con la lengua más larga en proporción al tamaño corporal pertenece al oso hormiguero, como su nombre lo indica estos organismos se alimentan de hormigas. Para poder alimentarse de ellas los osos hormigueros han adaptado dos estructuras en su cuerpo. La primera son sus largas garras, las que le permiten trepar árboles con facilidad, destruir hormigueros y termiteros. La segunda es su cabeza y hocico muy alargado donde ha perdido los dientes. El largo hocico en forma tubular es necesario para poder resguardar la lengua que mide aproximadamente 60 cm. La lengua además de su longitud posee otras características, por ejemplo, las papilas gustativas son muy puntiagudas y tienen una disposición posterior, por lo que parecen espinas y produce una saliva muy pegajosa. Ambas características ayudan al oso hormiguero a atrapar muchas hormigas o termitas. Pueden introducir su lengua hasta 150 veces por minuto en los hormigueros o termiteros, de manera que consumen una gran cantidad de estos artrópodos en solamente una comida.

Los felinos también poseen lenguas con papilas gustativas que se asemejan a las espinas debido a que son puntiagudas y todas están dispuestas en una misma dirección y además son huecas (tienen una forma de “U”). Cada una de estas papilas huecas pueden guardar varios microlitros de saliva; así las “espinas” y la saliva ayuda a los felinos a mantener su pelaje limpio y aporta humedad, lo que les ayuda a mantener la temperatura corporal. Además, estas espinas ayudan a los grandes felinos a quitar la piel o separar los músculos pegados a los huesos cuando se alimentan de sus presas. Por esta razón, ellos no necesitan cocinar su alimento ni usar cuchillos para poder comer.

Otro caso es el de los cánidos, más específicamente los perros domésticos. Los perros domésticos por lo general, para beber agua, sacan la lengua y la curvean hacia atrás, haciendo la forma de una cuchara con la que recogen el agua y la llevan al interior de su boca. Este movimiento lo realizan en muy poco tiempo por lo que puede ser imperceptible a la vista humana. Esta adaptación es en consecuencia de que no pueden juntar sus labios y sorber el agua.

Las lenguas de los mamíferos son muy diversas y esto se debe a las diferentes adaptaciones por las que han pasado las especies de acuerdo a su dieta.

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