Tecnología España , León, Martes, 02 de febrero de 2010 a las 18:10

Los primeros conocimientos cient铆ficos y tecnol贸gicos, al servicio de la guerra

Una exposici贸n recrea en Le贸n las m谩quinas de asedio que se utilizaron en los conflictos b茅licos de la Antig眉edad y el Medievo

AMR/DICYT El desarrollo de la industria armamentística, desde la quijada a la bomba atómica, se basa en un principio muy elemental: disponer de una herramienta con la que vencer al contrario. Para conseguirlo, hace falta de alguien que, a través de su ingenio, obtenga el elemento que dote de ventaja estratégica en un combate a uno de los contendientes. Arquímedes, por ejemplo, que explicó el funcionamiento de la palanca o legó los principios de la Hidrostática, desarrolló también importantes máquinas de asedio durante la I Guerra Púnica (264-241 a.C.): mejoró la catapulta, inventó el odómetro, se cree que pudo crear una garra que tambaleara barcos o un sistema para quemar sus velas por medio de espejos y la luz solar.

 

Una exposición recorre desde hoy en León la historia de las máquinas de asedio desde la Antigüedad hasta la Edad Media, deteniéndose especialmente en aquéllas que se utilizaron en el Reino de León. Durante 2010 se cumplen los 1.100 años del establecimiento de este reino medieval y la exposición foma parte de los actos de celebración. La muestra, denominada Tormentaria, estará accesible al público hasta el 22 de abril en el palacio del Conde Luna. Tormentaria es, precisamente, el término por el que se conoce a la ingeniería bélica de máquinas de asedio.

 

La exposición, dirigida por el medevialista leonés Ricardo Chao, se centra en esta tecnología bélica, desde los siglos V antes de Cristo al XV de nuestra era. A través de la observación de estos artilugios, los visitantes podrán conocer cómo en cada época se aplicaron los conocimientos científicos de diferentes disciplinas (Física, Química...) en el arte de la guerra.

 

La reproducción de las máquinas bélicas (totalmente funcionales) se agrupan en tres bloques (Grecia y Roma, Edad Media y Renacimiento). En la muestra se incluyen las armas más representativas de cada época: arietes, torres, escalas y grúas de asalto, catapultas y balistas, por ejemplo. Con ellas, se trataban de destruir las defensas de los rivales o servían para imponerse a los contrario. Todas cayeron en desuso cuando a finales de la Edad Media apareció un sistema armamentístico más fuerte: el arma de fuego.