Alimentación México , México, Lunes, 19 de enero de 2009 a las 17:57

Los siete acuíferos del Valle de México, los más explotados del mundo

Un estudio reciente de Naciones Unidas, reveló que el de Texcoco es utilizado en un 850 por ciento, y los otros seis, en un 200 por ciento, con respecto a la recarga anual

UNAM/DICYT Los acuíferos del Valle de México son los más sobreexplotados del mundo, y por ello, son necesarias acciones para intentar su recuperación, pues la escasez del agua en el país generará serios conflictos de seguridad, no sólo ambiental, sino social, destacó la académica del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, Úrsula Oswald Spring.

 

En la conferencia Seguridad del Agua y Acuífero, realizada en el marco de la Feria de la Tierra en el Palacio de Minería, la ex presidenta de la International Peace Research Association (IPRA), mencionó que el tema del agua subterránea es estratégico, pues del subsuelo se extrae el líquido, por ser de mejor calidad. En México existen 653 acuíferos, y de ellos, 104 se consideran sobreexplotados –aunque se calcula que podrían ser más–, siete se localizan en la zona metropolitana, y son los más dañados, informó. Un estudio reciente de las Naciones Unidas, reveló que el de Texcoco es utilizado en un 850 por ciento, los otros seis en un 200 por ciento, con respecto a su recarga anual, subrayó.

 

El riesgo radica en que en pocos años no habrá abasto y se desatarán problemas de toda índole, pues la seguridad del agua se enlaza de manera directa con otros temas de interés social; por ello, es necesario implementar acciones legales para regular el abastecimiento y establecer distintos mecanismos para su conservación. En el Distrito Federal, se han otorgado tres mil 300 títulos que permiten la excavación de pozos para extraer el vital líquido, pero una investigación evidencia la existencia de seis mil 800 y, por ende, un problema de corrupción, dijo. Para recuperar esos siete acuíferos, es necesario sanear las aguas del drenaje profundo, e implementar su reuso para recargar los mantos freáticos; solucionar las fugas, que provocan la pérdida de cerca de la mitad del líquido que se extrae; cancelar los pozos clandestinos y, sobre todo, disminuir la sustracción de 15 metros cúbicos por segundo.

 

Protección de los mantos

 

Tan sólo con esta última medida, se lograría una recuperación importante y se reduciría el problema del hundimiento de la Ciudad de México. Los problemas de los acuíferos son consecuencia del uso y tratamiento que se da al agua superficial, tópicos que deben considerarse para garantizar la seguridad del vital líquido, que implica avalar su limpieza, proteger y mejorar los sistemas costeros y los relacionados para promover un desarrollo sustentable y la estabilidad política, y consolidar el abasto a precios accesibles. Asimismo, proteger los mantos vulnerables ante eventos hidro-meteorológicos, pues México es susceptible de sufrir catástrofes, y en todas ellas, siempre se generan problemas del agua; de ahí la necesidad de prevenirlas, recalcó.

 

También es necesario crear conciencia entre la población, e implementar el cambio en los hábitos higiénicos. En el siglo XX se triplicó la población, pero la demanda del agua aumentó seis veces más; eso significa que por cada persona que nace, se utiliza el doble. El abasto y distribución es un problema, pero también lo es su recolección, pues de la cantidad de lluvia que se percibe anualmente, aproximadamente mil 522 kilómetros cúbicos–cantidad que equivale a una piscina del tamaño del Distrito Federal, con un kilómetro de profundidad–, el 72 por ciento se evapora, y el resto se reparte de manera desigual en el país. El 77 por ciento del agua es destinada a la agricultura y a la ganadería, el 13 por ciento para el consumo doméstico, y 10 por ciento para la industria; en contraste, en el primer mundo se utiliza menos de la mitad para el sector primario, añadió. Finalmente, señaló que la insuficiencia del vital líquido debe ser una preocupación que origine políticas adecuadas, en las que se contemplen y prevengan las problemáticas vinculadas.