Espacio México Tonantzintla, Puebla, Miércoles, 11 de mayo de 2011 a las 13:21

“Me entusiasma la idea de descubrir planetas como el nuestro en otros lugares del Universo”

Entrevista a Miguel Chávez Dagostino, investigador de la Coordinación de Astrofísica del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE)

GR/INAOE/DICYT En febrero pasado, la NASA anunció que la misión Kepler había descubierto los primeros cinco candidatos a planetas con tamaño similar a nuestra Tierra y ubicados en lo que se conoce como la “zona habitable” alrededor de un sol o estrella. Después presentó una imagen de los mil 235 candidatos a planetas organizados junto con sus estrellas y descubiertos hasta el día de hoy por el “cazador de planetas” Kepler.

 

La búsqueda de otros mundos como el nuestro, donde se pueda dar vida y en los cuales podría haber otras civilizaciones, es uno de los temas en boga de la astrofísica contemporánea. Sin embargo, es también una de las preocupaciones filosóficas más antiguas de la humanidad. Tan antigua como la Grecia clásica, comenta en entrevista el Dr. Miguel Chávez Dagostino, investigador de la Coordinación de Astrofísica del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), quien lidera un ambicioso proyecto del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) cuyo objetivo es estudiar los parámetros físicos de todas las estrellas gemelas del Sol hasta tres mil años de distancia ubicadas en el Hemisferio Norte de la esfera celeste, averiguar si tienen indicios de presencia planetaria y hacer un análisis químico detallado de sus atmósferas, entre otras cosas.

 

En entrevista, el Dr. Chávez Dagostino comenta acerca de su interés por los llamados exoplanetas: “El solo hecho de saber si realmente hay planetas como nuestra Tierra girando alrededor de estrellas como nuestro Sol me entusiasma mucho. Porque sabemos que en los planetas que conforman nuestro sistema solar –excepto el nuestro-- no hay vida como la conocemos. Esto también tiene que ver con lo que se preguntaban los griegos, como Demócrito y Epicuro, hace dos mil 500 años. Ellos no se preguntaban si había agujeros negros masivos, ni si había galaxias elípticas o espirales, ni cuándo nacieron estos sistemas, porque ni siquiera los conocían. Lo que sí se preguntaban es si habría otros mundos como el nuestro. Con el descubrimiento del primer planeta huésped de una estrella tipo solar fuera de nuestro sistema en 1995, se marcó la pauta para responder a esta pregunta que ha perdurado por más de dos milenios. Con la nueva infraestructura astronómica, como la mision Kepler, estamos ahora en posibilidad de descubrir planetas de las dimensiones de la Tierra. En el futuro relativamente cercano el reto será averiguar si tienen o no vida”.

 

En el 2009 la NASA envió al espacio la misión Kepler, específicamente diseñada para mapear una porción del cielo para descubrir planetas girando alrededor de estrellas en la “zona habitable” (región donde puede existir agua y darse la vida) mediante el método del tránsito planetario.

 

Al respecto, explica el Dr. Chávez: “La región que mapea Kepler es un campo muy cercano a la constelación del Cisne. Kepler cuenta con gran cantidad de detectores y está fotografiando constantemente este pequeño segmento del cielo para ver variaciones de la luz porque, cuando pasa un planeta enfrente de una estrella, la eclipsa parcialmente y la luz varía de manera temporal. Esa región fue seleccionada porque está densamente poblada de estrellas. Con todos estos estudios de los tránsitos planetarios que ha hecho Kepler hay mil 235 nuevos candidatos a planetas y esto lo ha hecho en términos del análisis de la luz cuando decrece. Quedan como candidatos hasta no utilizar herramientas espectroscópicas que verifiquen que en efecto hay un objeto girando en torno a cada estrella”.

 

 

El investigador del INAOE añade que lo interesante de la imagen compuesta por la NASA es que permite ver cuáles estrellas como nuestro Sol pueden poseer planetas como nuestra Tierra: “De hecho son casi 60 planetas los candidatos a ser como el nuestro. La misión Kepler va a durar hasta 2013 para permitir el seguimiento de varias órbitas en el el caso de que los planetas tengan órbitas similares a la Tierra.”

 

Interrogado acerca de cuáles son las condiciones que permitirían la vida en otros planetas, el astrónomo explica: “La vida como la conocemos requiere de varias condiciones. Una de ellas es que las temperaturas sean apropiadas y tan estables como las conocemos en la Tierra. Para esto se requiere que el planeta cuente con atmósfera y que esté a la distancia adecuada de la estrella madre, que se conoce como zona de habitabilidad. Si una estrella es más caliente que el Sol, que tiene aproximadamente cinco mil 800 grados en su atmósfera visible, y existe un planeta a una distancia equiparable a la que separa nuestra Tierra del Sol, la radiación incineraría todo en ese planeta. Por otro lado si la estrella es más fría, el planeta tendrá permanentemente temperaturas por debajo de cero. Estos planetas deberían tener además periodos orbitales similares a los del nuestro para dar lugar a las estaciones. El objetivo a futuro será encontrar estrellas que sean como nuestro Sol y que contengan planetas como nuestra Tierra y, eventualmente, buscar vida en ellos. A las nuevas generaciones no muy lejanas les va a tocar ver lo que para nosotros era ciencia ficción”.

 

El Dr. Miguel Chávez informa además que INAOE cuenta con un proyecto recientemente aceptado por CONACYT con el cual pretenden realizar un estudio homogéneo de todas aquellas estrellas en el Hemisferio Norte, incluyendo algunas del campo de Kepler. “Queremos estudiar los parámetros físicos que caracterizan esas estrellas; saber si tienen indicios de presencia planetaria o si ya se les ha descubierto algún planeta; hacer un análisis químico detallado de sus atmósferas. También queremos realizar un estudio ultravioleta para saber si tienen actividad cromosférica, hecho que está relacionado con su edad. Nuestro Sol tiene manchas que se generan por su campo magnético, y estas estrellas podrían tener o no campo magnético y eso las podrías hacer diferentes. En la actualidad estamos estudiando más de mil estrellas. Finalmente, con el Gran Telescopio Milimétrico podríamos analizar la presencia de discos protoplanetarios o discos de residuos que por su temperatura tienen emisión de luz cuyo máximo está en el intervalo de longitudes de onda milimétricas. El GTM seguramente va a tener una capacidad de descubrimiento enorme para sistemas que estén apenas generando nuevos planetas o, bien, para sistemas como el nuestro que preservan residuos de su formacion.”

 

En este proyecto también trabajarán otros investigadores del INAOE como Emanuele Bertone, Olga Vega, José Ramón Valdés, Vahram Chavushyan y David Hughes, así como estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado. Para este proyecto se utilizará el espectrógrafo Boller & Chivens del telescopio del Observatorio Astrofísico Nacional “Guillermo Haro” que el INAOE tiene en Cananea, Sonora, así como diversos radio-telescopios, incluido el GTM.