Muchos más beneficios por cada dólar invertido en clima
CIAT/DICYT Es un hecho que el cambio climático está poniendo las cosas más difíciles para los agricultores, especialmente en los países en desarrollo. Nuevas fuentes de financiamiento pueden ayudar a aliviar la carga, pero los recursos son limitados. De modo que ¿en dónde deben priorizar la inversión los gobiernos, filántropos y agencias de desarrollo?
Mediante el uso de una combinación de los modelos más recientes de cultivos y experticia local de agricultores y otros – y aplicándolos a nuestra actual trayectoria de altas emisiones de gases de efecto invernadero – científicos construyeron una herramienta para evaluar la vulnerabilidad al riesgo climático para ayudar a señalar las comunidades más necesitadas de apoyo para adaptación y mitigación.
El estudio fue llevado a cabo en Vietnam, Uganda y Nicaragua – países en desarrollo que son un ejemplo de muchos de los impactos climáticos inminentes en las próximas décadas, incluidos la propensión a la sequía, inundaciones y extremos de altas temperaturas – por el Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS). Los hallazgos fueron publicados el 27 de marzo en PLOS ONE.
Los modelos de cultivos en este estudio simulan la aptitud climática de cultivos específicos, incluidos arroz, maíz, fríjol, café y cacao, bajo condiciones climáticas actuales y futuras.
Ya existen evaluaciones sobre la vulnerabilidad, pero la Valoración de la Vulnerabilidad al Riesgo Climático (CRVA, por sus siglas en inglés) es novedosa en su enfoque sobre integrar una amplia gama de peligros naturales, cultivos y factores que indican vulnerabilidad social en una calificación estandarizada. La alta resolución de los resultados, que permite a los usuarios localizar sitios de alta vulnerabilidad tan pequeños como un distrito de Vietnam, por ejemplo, será de utilidad para los formuladores de políticas nacionales y otros que deban decidir qué zonas de un país priorizar para destinar apoyo. La CRVA está diseñada para ser suficientemente robusta, replicable y flexible como para acomodarse a las limitaciones en países con escasa información, aprovechando bases de datos nacionales en donde sea posible.
“La CRVA es un gran paso adelante para los tomadores de decisiones, especialmente en países de los trópicos que se ven afectados gravemente por el cambio climático”, afirmó Peter Läderach, investigador de CCAFS y coautor del estudio en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). “Tiene un potencial importante para aumentar la eficiencia de los proyectos de desarrollo relacionados con el clima para los pequeños agricultores más vulnerables”.
¿Qué es vulnerabilidad?
El estudio emplea la definición de vulnerabilidad emitida por el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas. Según su definición, la vulnerabilidad es conceptualizada como una combinación de exposición, sensibilidad y capacidad adaptativa. Exposición comprende los peligros naturales, sensibilidad es los cambios proyectados en clima y su impacto en cultivos agrícolas claves, y capacidad adaptativa es la habilidad de una comunidad para lidiar con el impacto potencial.
Usando un escenario de altas emisiones, el estudio evalúa la exposición, la sensibilidad y la capacidad adaptativa frente al cambio climático en las tres regiones de estudio. Proyecta impactos climáticos hacia 2050 en los cultivos incluidos en el estudio.
“Si bien los impactos del cambio climático en cultivos dominantes tendrán repercusiones globales y nacionales, las comunidades marginadas y pobres que dependen de la agricultura de pequeña escala serán las más afectadas”, comentó Louis Parker, autor principal del estudio. “La CRVA va un paso más adelante para ayudar a identificar en dónde se encuentran esas comunidades vulnerables”.
Localización de los sitios de alta vulnerabilidad climática
Los autores aplicaron la CRVA en Vietnam, Uganda y Nicaragua, tres países en desarrollo contrastantes que se encuentran particularmente amenazados por el cambio climático y tienen importantes proporciones de sus fuerzas laborales y economías dedicadas a la agricultura.
En Vietnam, por ejemplo, la metodología se usó para mapear la vulnerabilidad al cambio climático y los factores determinantes subyacentes. Los resultados señalaron tres áreas críticas para la agricultura como sitios de alta vulnerabilidad: el Delta del Mekong, la región noroccidental y las tierras altas centrales. Hacia 2050, más del 95 por ciento del Delta del Mekong – la principal región productora de arroz de Vietnam, el quinto mayor productor de arroz del mundo – perderá aptitud climática para el cultivo de arroz y tendrá una mayor exposición a la sequía y al aumento del nivel del mar. Sin embargo, la infraestructura ya desarrollada y los comparativamente altos niveles de educación significan que la región posee una relativamente alta capacidad adaptativa.
“Tanto el enfoque como la información derivada del estudio pueden informar a los tomadores de decisiones y ONG sobre asegurar intervenciones estratégicas que estén dirigidas a apoyar de una mejor manera a las comunidades rurales más vulnerables a los impactos del cambio climático”, aseguró Parker.
Esta clase de mapeo y priorización no solamente asegura que los recursos se canalicen hacia donde más se necesitan, sino que también es un paso importante para atraer apoyo bilateral y multilateral que los países en desarrollo necesitan con urgencia para la adaptación al cambio climático.