Observan el Cúmulo de Virgo con una resolución cien veces mayor
UC/DICYT La tecnología permite a los astrónomos observar el cielo en distintas ondas del espectro según lo que están buscando. Así lo hacen en el óptico -lo que ve nuestro ojo- o en el infrarrojo y el ultravioleta cercanos, entre otros, todos ocultos a la visión humana. En cada uno de ellos, los científicos pueden ver cosas distintas, desde astros en forma directa, hasta la radiación de objetos muy lejanos o que están detrás de nubes de polvos estelares.
Pero un grupo de investigadores, encabezados por los astrónomos del Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica Thomas Puzia, académico, y Roberto Muñoz, posdoctorado, llevaron las técnicas de observación un paso más allá. Combinando datos obtenidos en el óptico, el infrarrojo cercano y el ultravioleta cercano del Cúmulo de Virgo, no sólo lograron ver galaxias mil veces más débiles que las detectadas con la mejor observación que había hasta ahora, sino también pudieron reconocer todo lo que está delante y detrás de la estructura. Algo que nadie había logrado hacer antes. El trabajo fue publicado en la revista Astrophysical Journal Supplement Series.
“En el equipo de trabajo teníamos la intuición de que, al combinar estas tres bandas del espectro electromagnético, lograríamos distinguir las diferentes estructuras presentes en el cúmulo de Virgo”, explica Roberto Muñoz.
Sumando más de 1000 horas de observación, el equipo estudió la zona central del cúmulo y pudo determinar la edad promedio y metalicidad de las galaxias. Hasta ahora se había podido identificar sólo las galaxias más brillantes y de mayor tamaño.
Pero para su sorpresa, agrega Thomas Puzia, no sólo pudieron ver lo que pasaba en el cúmulo mismo sino también todo lo que hay en su dirección. “Logramos hacer una especie de tomografía del espacio. Si bien nuestro objetivo era estudiar el Cúmulo de Virgo, lo que obtuvimos fue la información detallada y diferenciada de los distintos grupos o capas de objetos que hay en la dirección que apuntamos el telescopio”, explica el docente UC.
Así, el equipo logró obtener los detalles de las estrellas de nuestra galaxia -que están entre nosotros y el cúmulo-, y los objetos detrás de éste -galaxias bastante lejanas-.
Para lograr este trabajo titánico, dice Roberto Muñoz, debieron idear una nueva estrategia de observación. La dificultad de observar el cielo en el infrarrojo cercano es que como hay tanto brillo -y éste varía tanto en minutos-, los instrumentos sólo pueden enfocar el objeto de interés por pocos segundos y luego el telescopio debe moverse hacia una región más vacía del Universo para calibrar las observaciones. Con esta nueva técnica, el equipo optimizó todos esos tiempos muertos donde no se hace ciencia y logró obtener la suficiente información de los hallazgos anteriormente descritos.
“Este estudio sentará las bases para el diseño de las nuevas generaciones de instrumentos y surveys astronómicos, y cambiará la forma en que estudiamos los objetos celestes presentes en nuestra galaxia y el Universo local”, termina Thomas Puzia.