Tecnología España , Valladolid, Viernes, 17 de abril de 2009 a las 17:27

Peaje dinámico, el fin del tráfico por los centros urbanos

La filial que la empresa GMV tiene en el Parque Tecnológico de Boecillo desarrolla proyectos de I+D+i aplicables a la puesta en marcha de Galileo

Cristina G. Pedraz/DICYT En un contexto global en el que la preocupación por el medio ambiente es palpable, a nadie se le escapa que el futuro de las ciudades pasa por la eliminación del tráfico rodado del centro urbano. En este sentido, la evolución de los sistemas de localización permite soluciones innovadoras, como la que propone la sección de I+D+i de la filial que la empresa GMV tiene ubicada en el Parque Tecnológico de Boecillo (Valladolid). Consciente de las nuevas necesidades de los ayuntamientos, GMV desarrolla un proyecto de peaje dinámico o cobro por posicionamiento, a través del cual los municipios podrían emitir facturas de tráfico personalizadas a cada usuario de vehículo según las zonas por las que circule.

 

Esta información se obtendría gracias al sistema de localización por satélite, que proporcionaría datos fehacientes con dispositivos instalados en cada automóvil. Tal y como asegura Isidro Prieto, miembro del Departamento Comercial de la compañía, este sistema es “dinámico” hasta el punto de que los ayuntamientos pueden modificar en cualquier momento y de forma on line las zonas a las que quieren ampliar o reducir el peaje, así como las horas o los días de la semana.

 

No obstante, el principal problema que posee el sistema es que en estos momentos la posición GPS no tiene validez legal. “No puedes cobrar a alguien basándote en esta posición porque no hay garantía de su precisión”, subraya Isidro Prieto. Aunque ya hay mecanismos de GMV para conocer el error del GPS, será con la llegada de Galileo, sistema europeo de navegación por satélite, cuando se generalicen, puesto que su error de precisión se prevé mínimo. GMV es una de las siete empresas españolas que forma parte del proyecto Galileo, con la labor de desarrollar servicios aplicables a la legalidad que proporciona su exactitud.

 

'RoadSharing' y seguros individualizados

 

En la actualidad promueve otros proyectos de I+D+i basados en localización, como el relacionado con el RoadSharing. Esta expresión en inglés hace referencia a la nueva forma de desplazamiento de las personas hacia sus trabajos, compartiendo vehículo con otras que hacen una ruta similar. Se trata de que “en una determinada población o entre la gente de la misma empresa se ofrezcan públicamente recorridos, para aprovechar los desplazamientos en vehículos”. De esta forma, se ahorrarían costes, se disminuiría el tráfico y se producirían menos emisiones de gases.

 

A través de la plataforma de servicios basados en localización de GMV, denominada Moviloc, los interesados podrían acceder a los diferentes trayectos, ponerse en contacto con las personas que los realizan y compartir ruta. Este proyecto se circunscribe a los programas de movilidad y desarrollo de transporte que promueven las administraciones, pero existen otro tipo de servicios orientados a campos tan diversos como la contratación de seguros. Por ejemplo, una compañía de seguros podría ofrecer tarifas adaptadas a cada individuo según su estilo de conducción.

 

“La aseguradora puede saber la forma de conducir de un asegurado a través de la plataforma, y ofrecer una facturación individual, de manera que el conductor se ahorra dinero y la compañía también, puesto que cobraría más dinero a los que conduzcan más deprisa, por carreteras en peores condiciones o hagan más kilómetros”, en palabras de Isidro Prieto.

 

Gestión de flotas

 

Por el momento, y hasta la puesta en práctica de Galileo, la compañía ofrece otro tipo de servicios de localización, como el de gestión de flota. Los clientes instalan un dispositivo de localización y comunicaciones en sus vehículos y, con un acceso web a la plataforma, pueden tener controlados “en tiempo real” sus flotas. “La plataforma proporciona una serie de informes que son útiles para la explotación de la empresa: donde está el vehículo, qué recorridos ha hecho, qué visitas ha realizado, en qué tiempos, cuánto tiempo ha estado parado o si ha cumplido o no la ruta prevista”, destaca el miembro del Departamento Comercial de GMV.

 

Asimismo, mediante la plataforma y a través de internet suministra a Puertos del Estado un servicio de localización de los barcos que llegan a las costas españolas, con un sistema de posicionamiento llamado AIS (Automatic Identification System) y que también ha sido desplegado por la compañía. El sistema AIS es un medio que sirve para aumentar la seguridad del tráfico marítimo mediante un flujo de transmisión de datos y una "caja negra" en cuya memoria se almacenan datos relevantes sobre la navegación que contribuirá a clarificar la causa de determinados problemas.

 

Galileo, un sistema de navegación por satélite mejorado 

La Comisión Europea acordó el 10 de febrero de 1999 la participación de la Unión en la nueva generación de servicios de navegación por satélite, con la creación de un sistema propio, el Galileo, equivalente al GPS (Global Positioning System), desarrollado por Estados Unidos, o el Glonass ruso. Desde ese momento se dan los pasos para dotar a Europa de un sistema independiente del GPS, que domina el mercado y plantea diversos interrogantes al no estar bajo ningún control europeo. El reto que plantea la Comisión Europea se centra en garantizar las necesidades estratégicas europeas en materias como la política exterior o la seguridad común, sin costes o riesgos excesivos derivados de la dependencia del GPS.

 

La posibilidad de crear un sistema común de navegación por satélite que aglutinara a Europa y a Estados Unidos se estudió en 1998 a petición del Consejo Europeo. Entonces, se celebraron conversaciones y se aclararon las posiciones: los norteamericanos no estaban dispuestos, fundamentalmente por razones militares, a aceptar que Europa pudiera tener en el futuro una parte de la propiedad y desempeñar un papel importante en el control del sistema GPS. Así, la cooperación pasaba por el desarrollo de un GNSS (Global Navigation Satellite Systems) basado en dos sistemas de navegación por satélite complementarios e interoperables: GPS y Galileo.

 

Tras la fase de definición del proyecto, el 28 de diciembre de 2005 se envió al espacio el primero de los satélites de prueba, el Giove-A (Galileo in-orbit validation element), mientras que el segundo, el Giove-B, retrasó su lanzamiento en dos años y finalmente se puso en órbita el 25 de abril del pasado año. No obstante, el sistema Galileo estará compuesto por unos 36 satélites que orbitarán a 23.222 kilómetros de la Tierra en tres planos distintos y permitirán una precisión mucho mayor a la del GPS, con un margen de error 10 veces inferior: menos de cuatro metros en horizontal y menos de ocho en vertical.

 

Asimismo, mientras que el GPS pierde precisión en los polos, los satélites Galileo estarán en órbitas ligeramente inclinadas hacia los polos para ofrecer datos más fiables en esas zonas. Por otro lado, mejorarán el rango y la disponibilidad de señal, que conllevará el acceso a lugares donde el sistema norteamericano no llega, como bosques o el interior de edificios. Galileo funciona con un sistema denominado multilateración. Un receptor calcula la distancia a la que está de los satélites con el tiempo que tardan en llegarle las señales, por lo que es vital que la precisión de los relojes sea muy alta, lo que se logra con el uso de cronómetros atómicos. La transferencia de datos con los satélites se realizará a través de una red mundial de estaciones Galileo.

 

En este sentido, una de las preocupaciones de los usuarios de navegación por satélite, la interrupción de la señal, pretende solventarse con la utilización de 10 radiofrecuencias diferentes. Las ventajas que ofrece el Galileo son múltiples en campos como la gestión del transporte, contribuyendo a aumentar la seguridad; la economía y la industria, puesto que se estima en cerca de 20.000 los puestos de trabajo que generaría, sin contar las posibilidades en el apartado de las aplicaciones; o la garantía del cumplimiento de la normativa comunitaria sobre pesca o protección del medio ambiente, entre otras funciones casi inimaginables.