Tecnología México , Oaxaca, Lunes, 25 de enero de 2010 a las 18:18

Proyectan instalar un sistema de alarma sísmica vía telefónica en Michoacán y Oaxaca

El sistema ha obtenido resultados alentadores en Guerrero y ahora pretende cubrir otras zonas con presencia de sismos en la región central del país

IPN/DICYT A cinco años de haber creado el Sistema de Alarma Sísmica Telefónica (SASTEL), que funciona por vía celular, el científico del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos Carlos Vallejo Márquez, Rogelio Bahena Díaz, afirmó que este sistema ya opera en Guerrero desde el año anterior, donde se han obtenido resultados alentadores y, por ello, pretende instalar otros sistemas en Oaxaca y Michoacán, con lo cual se cubrirían las entidades en las que se presentan con mayor presencia los sismos que afectan a la región central del país.


El científico politécnico aseguró que desde que SASTEL fue instalado en abril de 2009 en la zona rocosa de Acapulco, Guerrero, el sistema ha registrado todos y cada uno de los movimientos telúricos, con lo que comprueba su eficacia y viabilidad para brindar un servicio a la población y evitar la pérdida de vida humanas y materiales en caso de un sismo de alta intensidad.


Bahena Díaz subrayó que ante la tragedia sucedida en Haití, es de vital importancia implementar este tipo de innovaciones tecnológicas como SASTEL, sobre todo para una zona altamente sísmica como la Ciudad de México, donde los segundos para prevenir a la población son de vida o muerte al registrarse un movimiento telúrico de grandes proporciones.


El investigador comentó que eligió como primera sede la ciudad de Acapulco, Guerrero, para instalar el sistema SASTEL, porque el sensor de ondas sísmicas debe estar ubicado en una zona rocosa. “Existe una expectación porque en mucho tiempo no se ha liberado la energía de la placas tectónicas en la franja situada entre Acapulco y Zihuatanejo, y cuando esto suceda se espera que pueda producir un sismo con una magnitud mayor a los 8 grados en la escala de Richter, que pueda incluso desaparecer poblados”, alertó.


Explicó que el tiempo que tarda una onda sísmica en llegar a la Ciudad de México, desde las costas del Océano Pacífico puede variar entre 40 y 200 segundos. De ahí la importancia de contar con este sistema en las zonas de mayor actividad sísmica como son Guerrero, Michoacán y Oaxaca, donde se prepara la instalación de equipo con el apoyo de las empresas Wi-konexion y Mesys y recursos propios.


“Si el movimiento se genera en Guerrero se tendrían 70 segundos, si se origina en Oaxaca se contarían con 150 y desde Michoacán hasta con 200 segundos comprobados, lo que permitiría que al recibir la llamada de alerta de SASTEL, la población de la Ciudad de México dispondrá con un tiempo valioso para desalojar edificios o desplazarse a lugares seguros”, apuntó.

 

Interfaz satelital


El profesor Bahena Díaz –quien fue sobreviviente de los sismos que se registraron en 1985 en México-, dijo que el sistema está conectado a un interfaz satelital, que dirige la señal del sensor de onda símica, el cual capta la actividad en las placas tectónicas de la tierra en un receptor que envía la señal a un dispositivo GSM (Sistema Global para las Comunicaciones Móviles que permite la comunicación a los teléfonos celulares).


El catedrático manifestó que para instalar sensores en los estados de Oaxaca y Michoacán, buscará mayor financiamiento del sector público o privado, a fin de que el sistema de alarma pueda funcionar lo antes posible en esas entidades, con la finalidad de cubrir los territorios en los que se generan los movimientos telúricos que afectan en mayor media al Valle de México.

 


Rogelio Bahena sostuvo que el sistema de alarma está en trámite de patente y actualmente desarrolla nueva tecnología, como son acelerómetros de péndulo, de vibración y de impacto, que permiten registrar la actividad sísmica, con el objeto de evitar la importación tecnología que es altamente costosa.


“Yo no quiero que más gente pase por lo que yo viví, y como sobreviviente del Sismo de 1995, para mí es muy importante obtener el apoyo necesario para que este sistema se difunda y se ponga en práctica”, finalizó el investigador.