"Salamanca tiene uno de los mejores grupos del mundo en modelos de quarks"
José Pichel Andrés/DICYT Eulogio Oset se convirtió en 1981 en el primer profesor de Física Nuclear de la historia de la Universidad de Salamanca. Casi tres décadas después, desarrolla su trabajo en la Universidad de Valencia, pero esta semana ha regresado a la capital salmantina para participar en la European Conference on Few-Body Problems in Physics, cita internacional de los investigadores que se dedican a aumentar los conocimientos sobre una rama de la Física que estudia las interacciones entre pocas partículas. En el contexto de este encuentro con los principales investigadores del mundo, no duda en destacar el nivel de los científicos españoles en el campo teórico, incluidos los científicos de Salamanca que han organizado este evento.
"España está bien situada sobre todo en el campo teórico, ya que, por razones históricas se han desarrollado grupos en este campo y somos muy competitivos", afirma Eulogio Oset en declaraciones a DiCYT. Es más, "en algunos aspectos somos los mejores", asegura, y no duda en citar expresamente a su antigua universidad. "En Salamanca está uno de los mejores grupos del mundo en modelos de quarks, son un grupo de referencia internacional, conocido en todas partes", comenta. Por eso, "cuando los científicos realizan trabajos sobre este campo, la referencia al grupo de Salamanca es obligada", apunta, grupo en el que se incluyen nombres como el de Francisco Fernández, Alfredo Valcarce, Eliecer Hernández o David Rodríguez Entem.
Los quarks son unas de las partículas más pequeñas que los científicos han conseguido identificar hasta el momento. De hecho, forman parte de otras partículas, como el protón y el neutrón, que a su vez forman parte de los átomos. Hay varios tipos de quarks y se combinan de diferentes formas para formar los protones y los neutrones.
Utilidad de la ciencia básica
Explicar para qué sirve su trabajo es "la pregunta del millón", asegura, pero parece tener clara la respuesta. "Todo forma parte de una cadena de conocimientos y hay que empezar por el primer paso, que es saber cómo está hecha la naturaleza, cómo funciona el mundo en el que vivimos. Si ese paso no se da, todos los demás son imposibles. Nosotros somos el primer eslabón de una cadena de investigación que lleva a aplicaciones tan importantes que permiten el progreso de la sociedad", afirma.
En todos los aspectos de la ciencia básica ocurre lo mismo, asegura, poniendo como ejemplo un campo cercano al suyo. "Hace décadas estudiábamos Mecánica Cuántica, pero estábamos muy concienciados socialmente y siempre nos preguntábamos para qué servía aquello. Pues bien, ahora que han pasado más de 35 años, el 30% de la economía de un país desarrollado está basado en descubrimientos que han sido posibles gracias a los conocimientos que hemos adquirido de Mecánica Cuántica", declara, porque buena parte de la tecnología se basa en ella. "Un mundo sin ordenadores ya es inconcebible, pues bien, los microchips de los que se componen están basados en la Mecánica Cuántica, que ha permitido construir los materiales capaces de almacenar información", apunta.
Un ejemplo igual de cotidiano es el del microondas, cuya tecnología se basa en que los alimentos que se pretenden calentar contienen moléculas de agua. "Es pura Mecánica Cuántica, hay que saber cómo es una molécula de agua y saber cuáles son las energías de excitación. Hay varios espectros y se conocen bien las energías del espectro de rotación, entonces se producen ondas electromagnéticas que entran en resonancia con el espectro de rotación. Eso hace que las moléculas giren y las que están dentro de cualquier compuesto que se introduzca en el microondas van girando hasta calentar el producto", explica.
Estos ejemplos de aplicaciones relativos a la Mecánica Cuántica sirven para ilustrar las posibilidades que tiene la investigación en este otro campo de la Física al que se dedican los científicos reunidos a lo largo de esta semana en Salamanca, a pesar de que, por el momento, el 95% de ellos se dedican a lograr conocimientos muy básicos, aunque "muy variados", comenta. En general, estudian aglomerados de partículas como los quarks. La idea se dar un paso más allá de dos partículas que interaccionan entre sí para introducir tres, cuatro o cinco, de manera que "aparecen compuestos diferentes y propiedades novedosas que uno tiene que estudiar y entender", apunta.
"Todavía estamos aprendiendo cosas fundamentales que se desconocían y en este momento salen a la luz gracias también a que en otros campos básicos han hecho desarrollos en el mundo microscópico", señala.
Novedosa investigación
En concreto, Eulogio Oset investiga en este momento un campo "muy novedoso", asegura. Los núcleos normales están hechos de protones y neutrones que forman bariones (partículas subatómicas formadas por tres quarks). Los bariones son pesados, pero también existen los mesones, que son ligeros. "Todos los núcleos que conocemos están hechos de estas partículas, pero hemos empezado a estudiar otros que estarían compuestos de mesones en lugar de bariones. Parece ser que algunos estados de la naturaleza que ya se conocían se pueden interpretar como sistemas de muchos mesones. A la vez realizamos predicciones de nuevos estados hechos de mesones para que los busquen en los laboratorios", señala.
Estas predicciones teóricas se comprueban en laboratorios de tamaño intermedio, más pequeños que los grandes aceleradores de partículas, pero más grandes de los laboratorios comunes que trabajan con isótopos, según explica.