Medio Ambiente México , Baja California Sur, Miércoles, 03 de mayo de 2023 a las 08:35
COLUMNA | SOMOS MAMÍFEROS

Todos los organismos tienen su “Servicio Secreto” (parte 1)

En los organismos existen células que se pueden considerar como que son el "Servicio Secreto”, que se encargan de eliminar a los malos y preservar al organismo, no importa si para ello tienen que eliminar células buenas o a ellos mismos

Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/CIBNOR/DICYT Los linfocitos son las células características del sistema inmunitario, dentro de esta categoría las células se agrupan de acuerdo a sus funciones, pero todas ellas dirigidas a la protección del organismo, realizando la eliminación de todas las posibles causas que puedan afectar la vida del ser. Los linfocitos en general, tienen la capacidad de desplazarse por todo el organismo para llegar a cualquier sitio o tejido, incluso pueden eliminar a otras células sanas (efectos colaterales) con la finalidad de llegar de la manera más rápida y efectiva al sitio en el que se encuentra el problema para poder controlarlo. Las principales vías de desplazamiento son los sistemas líquidos como el sistema circulatorio y el linfático.


Cuando en el organismo se encuentra la invasión de un agente extranjero, que previamente ha sido detectado y que lo pone en riesgo. Son los linfocitos T (de memoria), los que tienen la fotografía de los “malos” (memoria de receptores para antígenos específicos, una vez infectado el organismo estos leucocitos guardan el antígeno por muchos años en caso de que vuelva a presentarse uno de ellos) y son los que detectan su presencia. Se comunican con otros linfocitos T (colaboradores) y dan la señal de alarma al organismo, compartiendo la información con los linfocitos B (las cuales se forman a partir de células madre en la médula ósea), macrófagos, otro tipo de células inmunitarias y a los centros de control regional (interior de los órganos linfoides como el bazo o el timo). En los órganos particulares se generan los antígenos específicos (fotografías del intruso para su localización) necesarios, mientras, se generan refuerzos de células que ayudarán al combate. Estas células de refuerzo, son linfocitos vírgenes (sin antígeno específico) que son enviados al centro de control (ganglio linfático) donde se les proporciona el antígeno específico; de esta manera pueden localizar a los agentes extranjeros.


Cuando ha pasado un máximo de tres días, se han producido los refuerzos necesarios para un combate directo al intruso. El organismo envía a todos los efectivos que tiene disponibles en ese momento, los primeros en la línea son los de reconocimiento, que son los linfocitos con los antígenos adecuados para tener ubicado dónde está el problema a atender, que puede ser uno o varios sitios, o pueden estar diseminados por todo el cuerpo y con ello organizar la respuesta. Además, todas las reservas de linfocitos destacadas en los ganglios linfáticos y en el bazo son enviados al torrente sanguíneo para apoyar a las actividades de respuesta.


Otro de los primeros grupos en arribar al sitio son los linfocitos NK, son células denominadas como asesinas naturales o “natural killer” en inglés porque destruyen otras células. Anteriormente se les llamaba linfocito grande granuloso, debido a que contiene pequeñas partículas que les dan un aspecto granuloso. Esas partículas contienen sustancias químicas que atacan las membranas (de la célula, de los organelos y del núcleo) causando su ruptura, por lo que la materia de la célula se sale y con ello se detienen los procesos vitales (citólisis). A diferencia de los linfocitos, las células NK no tienen un antígeno (fotografía del sospechoso) por lo que trabajan de una manera muy diferente. Podríamos decir que las NK les solicitan a las células su credencial de identidad y si esta credencial tiene alguna alteración fuera de lo normal (complejo mayor de histocompatibilidad o compatibilidad tisular o de tejidos), las NK son capaces de detectarlo y eliminar a esas células con credenciales alteradas. Cabe hacer la aclaración que cualquier desviación de la normalidad de la célula produce alteraciones en el complejo mayor de histocompatibilidad.


En el sitio de la instrucción, los linfocitos B y los eosinófilos (otro tipo de linfocitos derivados de la médula ósea) empiezan con un efecto proinflamatorio por medio de la liberación de hidrolasa (que una enzima destruye que destruye a la histamina que es la encargada de eliminar a los procesos inflamatorios) por lo que empieza un proceso inflamatorio, que a su vez produce diferentes químicos que son detectados por las diferentes células del “Servicio Secreto”. Entre los que reaccionan con mayor prontitud, están los neutrófilos y los monocitos, ambos forman parte del Sistema Fagocítico Mononuclear, también conocido como Sistema retículo-endotelial.


El proceso de fagocitación o fagocitosis es en el que las células engloban a las otras células y las introducen en su interior (citoplasma) donde por medio de sustancias químicas (enzimas) destruyen a la célula extranjera, incluso en algunas ocasiones se destruye la misma célula que ha realizado la fagocitosis, así que en general es una batalla de uno a uno, en lo que por cada célula extranjera debe de usarse una célula interna. La fagocitosis y la destrucción de células tienen como consecuencia que se deja un rastro químico con los denominados factores quimiotácticos (quimiotaxis). La quimiotaxis es el movimiento de las células, a favor o en contra de una cierta concentración de sustancias químicas; debido a este proceso, tiene una ventaja. La ventaja consiste en que al dejar un registro, más células del Sistema Fagocítico Mononuclear pueden llegar al sitio de la escaramuza y poder combatir con mayores números a los extranjeros. Cuando se han eliminado a todos los agentes extranjeros y el Sistema Fagocítico Mononuclear es el ganador de la batalla, el cuerpo del organismo ya no presenta inflamación y su estado de salud comienza a mejorar. El organismo necesita un periodo de recuperación, ya que ninguna batalla es fácil de ganar y las células encargadas de luchar contra los agentes extranjeros deben estar alertas y dispuestas a combatir en todo momento contra cualquier otro agente extranjero que llegara a presentarse, aún sin previo aviso o proximidad de la batalla anterior.


El organismo también tiene respuestas de manera global, que es un proceso un poco más complejo… pero eso se verá en la siguiente entrega.

 

Autores

 

Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. Instituto Politécnico Nacional 195, CP. 23205, La Paz, Baja California Sur, México. Email beu_ribetzin@hotmail.com (AGM-G), sticul@cibnor.mx (STA-C).