Alimentación España Madrid, Internacional, Miércoles, 25 de enero de 2006 a las 13:42

Un científico español y su equipo descubren 500 nuevas especies en el fondo de los océanos

Pedro Martínez Arbizu señala que en los fondos abisales pueden vivir millones de especímenes

IR/DICYT Oscuridad absoluta. La Ciencia desconoce casi la totalidad de las especies que habitan en los fondos abisales de los océanos (por debajo de los 2.000 metros de profundidad), o lo que es lo mismo, más del 90% de las mismas están aún por descubrir. En este vasto campo de investigación trabaja, desde hace cinco años, el biólogo español Pedro Martínez Arbizu, quien, junto a su equipo, ya ha descubierto 500 nuevas especies.

Para el científico, que trabaja habitualmente en el German Centre for Marine Biodiversity Research, y cuyos trabajos en los fondos marinos se encuadran dentro del programa Censo de la Diversidad de la Vida Marina Abisal (CeDaMaR), esta cifra es "irrisoria", pues "la superficie estudiada es menor que la de un campo de fútbol y, como estamos empezando a estudiar este campo, nos encontramos con que prácticamente todo es nuevo". Según Martínez, se calcula que en estos hábitats podrían vivir millones de especimenes, la gran mayoría aún por descubrir, cifra comprensible si se tiene en cuenta que las llanuras abisales son los territorios más vastos del planeta, ya que ocupan un 60% de la superficie de los océanos, es decir, casi la mitad del globo terrestre.

De las especies conocidas hasta el momento, el 90% son minúsculas, pequeños seres que miden menos de un milímetro y que pertenecen en su mayoría al grupo de los parásitos, gusanos y organismos unicelulares. Sin embargo, es conocido que existen otros ejemplares de grandes dimensiones, como los calamares gigantes, así como toda clase de seres de distintas medidas y características, "algunos de aspecto monstruoso", que se han adaptado a unas condiciones de vida extremas que incluyen la falta total de luz, temperaturas mínimas y una elevada presión.

Características comunes

Entre las propiedades comunes de estas especies, Martínez señala la piel fina, la falta de pigmentación (son blancos o transparentes) y la carencia de ojos. De su forma de vida se conoce que suelen alimentarse de los desechos y los cadáveres de peces que descienden desde las capas altas del océano, un fenómeno que se conoce con el nombre de 'nieve marina', y, "en contra de los que se suele pensar", asegura Martínez, "son seres que se mueven con agilidad, que comen y se depredan como sucede a escasos metros de profundidad. Es decir, la vida no está adormecida en los fondos abisales".

Estas especies, muchas de las cuales son "reductos de una época mucho más primitiva, fósiles vivientes que se remontan al origen de la tierra", se pueden conocer ahora gracias al desarrollo de la tecnología, que ha permitido al hombre sumergirse en los fondos marinos y contemplar un medio de vida dominado por el silencio y la oscuridad situado en profundidades de entre 2.000 y 11.000 metros.

El equipo de Pedro Martínez ha estudiado en los últimos años las extensiones oceánicas del Atlántico sur, la costa africana, el Ártico y la Antártica. Esto les ha permitido concluir que en las áreas donde la disponibilidad de alientos es mayor, hay más especies.