Medio Ambiente España Lubia, Soria, Martes, 09 de diciembre de 2008 a las 19:04

Un edificio bioclimático puede ahorrar hasta el 90% de la energía

El Ceder de Lubia tendrá listo su contenedor demostrativo para comienzos del próximo año

Víctor M. García/DICYT El ahorro energético, tan necesario en unos tiempos donde se vislumbra el agotamiento de ciertas fuentes de energía y el cambio climático, puede lograrse no sólo reduciendo el consumo como tal. En muchas ocasiones, la solución está en un diseño racional de los edificios aplicando tanto las nuevas tecnologías como el sentido común. Para tratar de obtener resultados, en el Centro de Desarrollo de Energías Renovables (Ceder), ubicado en Lubia (Soria), desde finales de 2006 se está construyendo un edificio siguiendo dichas pautas de ahorro energético. Se trata del proyecto sobre Arquitectura Bioclimática y Frío Solar (Arfrisol), iniciativa catalogada como Proyecto Singular Estratégico, lo que viene a ser un proyecto estrella dentro de la línea de trabajo que desarrolla la Unidad de Eficiencia Energética del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), en el que está integrado el propio Ceder.

 

Según explica a DiCYT Miguel Latorre, director del Ceder, el objetivo a corto y medio plazo de todo esto es que los resultados que se obtengan puedan ser trasladables al ámbito empresarial, con la consiguiente generación de empleo. Actualmente, la iniciativa Arfrisol se está desarrollando a través de la construcción de cinco edificios o contenedores demostrativos en diferentes zonas de España para así comparar los comportamientos en climas distintos. Así, se están realizando en Asturias, Madrid, dos en Almería y el de Soria. En el caso del proyecto de Soria, según explica Latorre, se parte de un edificio en rehabilitación. La obra civil acabará a principios del próximo año, siendo para la primavera cuando se pueda utilizar a pleno rendimiento para oficinas.


Pero, ¿qué se está haciendo para conseguir el máximo ahorro de energía? En este punto hay que hablar de dos grandes apartados. Por un lado estarían las instalaciones, siendo la cubierta el principal campo de operaciones. En esta parte se utilizarán placas fotovoltaicas para la generación de energía eléctrica. El agua caliente y la red de sanitarios se cubriría a través de colectores solares. La biomasa, otro ámbito de ensayo del Ceder, se usaría como fuente complementaria para servicios básicos. Uno de los aspectos que más llama la atención es la aplicación de la geotérmica vinculada a la climatización. Tal y como señala Latorre, se trataría de aprovechar la temperatura estable del agua bajo tierra para ahorrar varios grados antes de calentarla para uso de calefacción. Es decir, como quiera que en invierno la temperatura del agua en la superficie es en muchos casos inferior a cero grados, se trataría de construir unos conductos varios metros bajo tierra donde la temperatura estaría en torno a los ocho grados; en la diferencia estaría el ahorro.

 

Además de esto, también se trataría de estudiar la posibilidad de obtener agua cuya profundidad estaría cercana a 100 metros, lográndose un salto térmico aún mayor pues su temperatura es más elevada.
El frío solar es un campo de estudio que también se quiere desarrollar. Aunque no es Soria uno de los territorios más necesitados de fórmulas para combatir el calor, el edificio del Ceder también incluirá un sistema de frío solar. A grandes rasgos, de lo que se trata es de convertir el calor en fuente de climatización. Además, está prevista la instalación en la cubierta de unos circuitos por donde pasará un líquido que hará las veces de refrigerador nocturno, disipando el calor acumulado durante el día. De esta manera, al igual que las técnicas de geotérmica, se consigue un salto térmico que ahorra la ulterior climatización.
 

La importancia de la orientación

 

Otro aspecto importante es la orientación. Así, en las partes que dan al norte se trata de buscar la máxima ganancia posible de calor, mientras que en la zona sur se persigue la máxima perdida para climatizar en verano. El diseño es aquí algo fundamental. Uno de los elementos más novedosos que se van a introducir son las pérgolas de sombreado y fachadas ventiladas que se unen a la utilización de materiales aislantes. En definitiva, "la idea es demostrar que en edificios de este tipo dedicado a oficinas se puede llegar a ahorrar entre un 80 y 90 % el consumo de energía ", explica Latorre.


Cuando entre en funcionamiento, este edificio será el más representativo del centro, albergando oficinas administrativas, además de tecnologías de la información e infraestructuras. En planta baja estará el salón de actos con capacidad para 100 personas, un comedor y la recepción. Arriba estarán las oficinas técnicas y administrativas. En la cubierta se concentrará buena parte de los elementos técnicos. Será un lugar visitable al tener grandes posibilidades didácticas. El objetivo es enfocar la información sobre lo que allí se hace a todo tipo de colectivos.


Por último, subraya Latorre, la idea es monitorizar el proceso, tanto en la fase de construcción del contenedor como tras su inauguración, para obtener variables relacionadas con el comportamiento térmico y energético del edificio. Las investigaciones se prolongarán hasta 2012.