Tecnología España , Burgos, Lunes, 27 de marzo de 2006 a las 20:53

Un edificio del Centro Europeo de Empresas e Innovación de Burgos servirá como experiencia piloto para comprobar las propiedades energéticas del hidrógeno

El proyecto Hydro Solar 21 se presenta en sociedad ante el interés del los empresarios del sector de refrigeración

Sergio Corral/DICYT Garantizar el suministro de energía renovable en un edificio de Burgos mediante la conversión y almacenamiento de hidrógeno, energía solar y eólica es el reto, complejo a priori, que se ha alcanzado con el desarrollo del proyecto Hydro Solar 21, que cuenta con fondos europeos y en el que están involucrados la Asociación del Plan Estratégico y el Instituto de la Construcción de Castilla y León.

Luis Román Rodríguez Cano, uno de los 18 científicos participantes en este proyecto, ha insistido en que "debido al abuso que realizamos en la utilización de los combustibles convencionales, es más que necesario habilitar otro tipo pautas energéticas".

El proyecto Hydro Solar 21, que ya se ha presentado en sociedad, se basa en el suministro de energía renovable utilizando la energía solar para dotar de luz y refrigeración a un edificio ubicado en el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Burgos (CEEI). Éste ha sido el único de los 16 proyectos españoles que ha seleccionado la Unión Europea dentro del programa medioambiental LIFE que se desarrollará en Castilla y León y que cuenta con la dirección y coordinación de la Universidad de Burgos.

El trabajo, que fue subvencionado por la Unión Europea con un millón y medio de euros, lo han coordinado el director del Departamento de Física de la Universidad de Burgos, Luis Rodríguez Cano, quien contará con un equipo de 12 profesores vinculados a dos grupos de investigación de la universidad burgalesa, y por el profesor García Herbosa, del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias.

Además de la Universidad de Burgos, están implicados en el proyecto otras entidades como el Instituto de la Construcción de Castilla y León, el Instituto Tecnológico de Castilla y León, el Centro Europeo de Iniciativas Empresariales de Burgos (CEEI), la Agencia Provincial de la Energía, y el Ayuntamiento de Burgos.

El alcalde de Burgos, Juan Carlos Aparicio, destaca que "son tecnologías que se pueden llevar a países que no tengan los niveles de desarrollo científico o las infraestructuras que nosotros tenemos". Aparicio ha añadido que "se ha elegido un edificio como el Centro Europeo de Innovación de Empresas para que allí puedan verse los resultados de este proyecto".


Un proyecto, dos partes

El proyecto Hydro Solar 21 consta de dos partes diferenciadas que tienen un mismo objetivo: el suministro energético de la edificación. La primera, según explica el profesor Luis Rodríguez Cano "consiste en utilizar energía eólica y fotovoltaica para almacenar hidrógeno que, a su vez, se transformará en la energía eléctrica que se utilizará para iluminar un edificio del CEEI ubicado en las proximidades del aeropuerto de Villafría". La segunda, continúa el profesor, "es otro proyecto de energía solar que consiste en utilizar la energía del Sol para refrigerar la edificación".

Rodríguez Cano matiza que "el sistema es parcialmente novedoso, y lo que sí lo es totalmente es su utilización, ya que consiste en usar el frío solar para refrigeración en la edificación". A grandes rasgos, el sistema se basa en la absorción de metanol por carbón activo. "Una de las propiedades del carbón activo es que es capaz de retener superficialmente partículas de gases. Las retiene cuando está frío y cuando está caliente las expulsa", explica.

Así, cuando el sistema se calienta por energía solar, continúa el profesor Rodríguez Cano, "el carbón activo expulsa el metanol, que pasa a través de un condensador para transformarlo en estado líquido. Ese metanol líquido pasará posteriormente a un recinto y a una cámara de frío". Durante todo el día, cuando el sistema está recibiendo energía solar, se está expulsando metanol, y cuando se pone el sol y baja la temperatura se crean las condiciones necesarias para que, con la presión y temperatura que hay en el refrigerador, el metanol se evapore. Es entonces, al evaporarse el líquido, cuando se produce frío. Sirva como ejemplo el hecho de que "cuando nos ponemos alcohol en la mano y soplamos, tenemos una clara sensación de frío", señala el experto.

Por su parte, el profesor García Herbosa, del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias, explica que "lo que se va a montar en este edificio es la captación de la energía solar, el almacenamiento de esa energía en forma de hidrógeno para después almacenar ese hidrógeno cuando se necesite". Por una parte, explica, "vamos a obtener hidrógeno a partir de la energía solar, ya que a través de un panel fotovoltaico captaremos energía solar, mediante un electrolizador descompondremos el agua en hidrógeno y oxígeno para que, por la noche, el hidrógeno se consuma en una pila de combustible y se convierta en electricidad útil para la iluminación".

El profesor García Herbosa destaca el importante valor medioambiental del proyecto, ya que "en este ciclo lo único que entra es agua y luz solar y lo que se obtiene es energía y agua. Además, el agua se devuelve al medio ambiente más pura de lo que entra. Se trata de un ciclo cerrado que no perturba el medio ambiente con la emisión de dióxido de carbono". Esta característica del proyecto, continúa el profesor, "tiene una relevancia importante en un mundo en el que se nos están agotando los combustibles fósiles y en el que, inexorablemente, parece que vamos a ir a una transición de una economía basada en el petróleo a otra que, según los expertos, estará basada en el hidrógeno". Si estas teorías se cumplen, explica García Herbosa, "el hecho de tener en Burgos una unidad en la que podemos demostrar que el hidrógeno es un vector energético que podemos utilizar, es un dato muy importante".