"Un electrocardiograma básico evitaría el 87% de las muertes súbitas en deportistas"
CGP/DICYT Araceli Boraíta Pérez, cardióloga del Centro Nacional de Medicina Deportiva del Consejo Superior de Deportes (CSD), ha intervenido hoy en las Jornadas Nacionales de Medicina de la Educación Física y del Deporte organizadas en la Facultad de Medicina de Valladolid, donde ha insistido en que la realización de un electrocardiograma básico “evitaría el 87 por ciento de las muertes súbitas en deportistas”. A su juicio, esta prueba debería hacerse “al menos una vez en la vida” a toda la población, aunque lo aconsejable sería realizarla “cada año”.
La cardióloga es una de las expertas que forma parte de la Comisión de Salud del Deportista del CSD, que trabaja en un proyecto relacionado con el reconocimiento cardiológico en el deporte “de competición”. Tal y como ha recordado, “hace años se podía llegar a la alta competición sin ni siquiera hacerse un electrocardiograma”, algo que afortunadamente hoy no ocurre gracias a los centros de tecnificación deportiva. Sin embargo, el proyecto que desarrolla actualmente la Comisión incluirá a todos los deportistas que se encuentren en competición, no sólo a los de élite. La doctora Boraíta ha señalado que en 2012 se tendrán que cumplir una serie de requisitos básicos en este sentido, mientras que el proyecto deberá quedar “zanjado” en 2020. No obstante, cada comunidad autónoma deberá desarrollar la normativa inicial.
Boraíta ha manifestado que el electrocardiograma es la medida exploratoria con mayor efectividad para prevenir una muerte súbita, por lo que al igual que se invierte dinero en equipamiento deportivo, también debería emplearse en la salud. “En un centro privado, un electrocardiograma cuesta unos 30 euros con la interpretación del cardiólogo”, ha señalado, al tiempo que añade que el CSD deberá concienciar a la ciudadanía para que esta prueba se realice de forma rutinaria. “Ahora nadie tiene problemas con hacer las ITV al coche, que no son gratis, o los puntos del carnet, todo el mundo sabe que es por salud, y no es más salud que saber que tienes un corazón en condiciones. Si se trata de nuestra salud no debe importarnos”, apunta.
Por su parte, la especialista del Centro Regional de Medicina del Deporte Raquel Blasco Redondo ha hablado sobre las sustancias antioxidantes.”Estamos intentado quitar en la filosofía de los deportistas la práctica no de doparse, sino de apoyarse en cosas que no vienen dadas en la nutrición natural”, ha precisado. En su opinión, “hay numerosos estudios que avalan que el aporte a mayores con sustancias antioxidantes, muchas de ellas farmacológicas, se convierten en grandes bloqueadores del estrés oxidativo pero no mejoran para nada el rendimiento deportivo, precisamente porque bloquean la capacidad endógena de los deportistas a todos los niveles”.
Activación si, ansiedad no
Por otro lado, Francisco Martín, Toval, experto en psicología deportiva de la Universidad Complutense de Madrid ha hecho hincapié en las diferencias entre activación y ansiedad. De este modo, ha subrayado que “el deportista tiene que tener elevado el nivel de activación, por lo que cuando compite tendrá que aumentar la frecuencia cardiaca e incluso de la tensión arterial, lo que se denomina el control óptimo de la activación”. Esta situación contrasta con la ansiedad, “que por definición es una emoción negativa y totalmente contraria al rendimiento”. “Un deportista cuando tiene un mínimo de ansiedad está con un pensamiento negativo frente a una competición o un entrenamiento”, ha explicado.