Un estudio pone de manifiesto las necesidades terapéuticas de las mujeres drogodependientes
Cristina G. Pedraz/DICYT Con el objetivo de ampliar el conocimiento actual sobre las drogodependencias y mejorar la intervención terapéutica, el Comisionado Regional para la Droga, dependiente de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, ha realizado un estudio sobre las necesidades específicas de tratamiento que requieren las mujeres drogodependientes. El informe pone de manifiesto que las mujeres adictas al alcohol u otras drogas presentan diferencias, respecto a los hombres, que condicionan la existencia de unas necesidades de tratamiento claramente diferenciadas.
Susana Redondo, responsable del Servicio de Evaluación y Prevención del Consumo de Drogas, ha explicado a DiCYT que la investigación surge de una necesidad detectada en la red asistencial relativa a que los tratamientos actuales están poco adaptados a las mujeres. El problema de las drogas se visibiliza en España en la década de los 80 con el consumo de heroína, lo que motivó la puesta en marcha del Plan Nacional sobre Droga. Como detalla la experta, se generó un patrón “muy masculino” que se mantiene en la actualidad.
“El planteamiento de las unidades regionales y de los recursos terapéuticos se ha centrado en la problemática del hombre”, subraya, lo que no quiere decir “que sean necesarios recursos especiales para tratar a las mujeres”, como han demostrado otros trabajos.
Así, se han analizado las necesidades de estas pacientes con el fin de realizar intervenciones especiales y mejorar el abordaje terapéutico. Tras completar el estudio, los investigadores han determinado que las necesidades se pueden agrupar en tres áreas. La primera radica en los factores que influyen tanto en el acceso al tratamiento como en la adherencia a éste, ajenos al estado psicopatológico y adictivo de la paciente. Como detalla el trabajo, en este grupo se incluirían todas aquellas variables que constituyen una barrera para recibir tratamiento, como la falta de información sobre los recursos existentes, la estigmatización y los sentimientos de vergüenza que esta genera, la oposición por parte de los familiares más próximos, las obligaciones laborales y, muy especialmente, las relacionadas con el cuidado de los hijos.
Diferencias psicológicas
En segundo lugar se encuentran las diferencias de tipo psicológico, como la baja autoestima, la dependencia emocional o la carencia de habilidades de comunicación y asertividad. El estudio apunta que este tipo de deficiencias, aun siendo comunes en las personas con adicción a las drogas, evidencian una mayor prevalencia e intensidad entre las mujeres drogodependientes, “incidiendo negativamente en el pronóstico de la enfermedad”.
El último factor diferenciador se centra en la coexistencia de patología psiquiátrica o comorbilidad. En este ámbito las mujeres presentan diferencias importantes frente a los hombres. De este modo, la frecuencia de aparición de otros trastornos mentales asociados al consumo de drogas es “sensiblemente superior” entre las mujeres, así como su intensidad sintomatológica y la naturaleza de esta comorbilidad. “Aspectos como los antecedentes de traumas psicológicos, el riesgo de reincidencia de éstos o los intentos de suicidio, evidencian una realidad claramente diferente a la que caracteriza al hombre adicto”, concluye el trabajo.
La investigación, titulada Necesidades terapéuticas de las mujeres drogodependientes atendidas en los centros de tratamiento ambulatorios y residenciales de Castilla y León, está dirigida “a obtener propuestas de mejora para los profesionales de la red asistencial”. Según avanza la responsable del Servicio de Evaluación y Prevención del Consumo de Drogas del Comisionado Regional, todas las propuestas que el estudio plantea a nivel de intervención psicológica, como la forma más adecuada de recibir a estas mujeres, abordar el tema de la maternidad o la realización de terapias grupales o individuales ya se están empezando a incluir en las vías de procedimiento de los centros asistenciales.