Un experto solicita mayor vida útil para los sistemas electrónicos de los implantes cocleares
SC/DICYT Burgos ha acogido durante el día de hoy una jornada técnica sobre los implantes cocleares (sistemas que sustituyen a los audífonos en los niños con problemas severos de audición) que en Castilla y León portan un total de 78 escolares. A la jornada, organizada por la Junta, han asistido 115 foniatras y logopedas de toda la región.
Durante su intervención en el evento el jefe de la Unidad de Foniatría, Logopedia y Audiología del Hospital Universitario de Salamanca, doctor José Manuel Gorospe, ha asegurado esta mañana que “la tecnología no debería ocuparse tanto de la velocidad de procesamiento de los sistemas que integran los implantes cocleares, sino de que dichos mecanismos sean realmente estables en el tiempo”, ya que “pese a que tienen una vida media larga, en los últimos 10 años se han estropeado el cuatro por ciento de los implantes realizados”. Y, concluye, pese a que “se trata de un bajo porcentaje”, el Doctor Gorospe matiza que “lo fundamental sería que este porcentaje de aparatos que falaran se fuera reduciendo al máximo”.
Gracias al “abrumador” desarrollo tecnológico que se ha experimentado en este campo durante los últimos años, el doctor Gorospe, asegura que “al mejorar las posibilidades de procesamiento de la señal acústica, se ha conseguido ampliar notablemente las posibilidades de audición de determinadas personas en ambientes ruidosos”. El especialista salmantino ha advertido también a DICYT que las posibilidades de audición en los más pequeños se han visto ampliadas porque “la calidad de la señal enviada a la cóclea es mucho más precisa debido a la incorporación de la nueva tecnología que utilizan los audífonos digitales”.
Un implante coclear es una prótesis o ayuda técnica que “consiste en un sistema electrónico complejo”, y que posibilita a los niños que padecen sorderas profundas incorregibles con los audífonos convencionales el que “tengan suficiente información sonora como para acceder al lenguaje y a la comunicación oral”. Una información a la que siempre accederán con diferentes niveles de rendimiento ya que “algunos niños necesitarán apoyos visuales y otros llegarán a conseguir una comunicación oral bastante competente”, señala el doctor Gorospe.
El sistema se basa en un micrófono y un procesador. El primero se encarga de recoger la señal acústica, mientras que el procesador realiza un análisis espectral de la misma y asigna a cada canal de ese sistema de implante una banda frecuencial. Posteriormente, y de acuerdo a todas las evaluaciones obtenidas tras llevar a cabo un procedimiento que se llama evaluación psicofísica, el procesador envía impulsos eléctricos a los diferentes electrodos que se insertan dentro de la cóclea. Esos impulsos eléctricos son impulsos extremadamente limitados en intensidad y potencia, ya que “apenas difunden en la cóclea”, lo que demuestra que “esa creencia de que el estímulo eléctrico iba a crear problemas importantes en los tejidos próximos no es cierta”, asegura el doctor Gorospe, quien matiza que “lo que hace realmente el implante es conseguir una escasísima difusión del impulso eléctrico, para que cada zona de la cóclea se vea estimulada de una forma cuasisimilar a la de las personas que no padecen una deficiencia auditiva”.
El jefe de la Unidad de Foniatría, Logopedia y Audiología del Hospital Universitario de Salamanca insistió también en que “pese a que cuando hablas con los ingenieros te simplifican mucho la cuestión, el mundo de los implantes es muy complejo”. Prueba de ello es el hecho de que son muy pocos los centros que se dediquen específicamente al desarrollo e investigación de implantes cocleares en todo el mundo. En Europa, el centro de implantes por excelencia se encuentra en Austria. La relación existente entre el éxito de los implantes y el desarrollo tecnológico es tan evidente, que “prácticamente todos los centros de investigación y desarrollo están muy ligados a las casas comerciales”, puntualiza el doctor Gorospe.