Tecnología España , Valladolid, Miércoles, 05 de enero de 2011 a las 18:14

Un ingeniero vallisoletano avanza en la caracterización de tejidos a partir de resonancia magnética

Trabaja como investigador en el Departamento de Radiología de la Universidad de Wisconsin

Cristina G. Pedraz/DICYT Tras concluir el proyecto fin de carrera en la Universidad de Valladolid en 2001, Diego Hernando decidió completar su formación como Ingeniero de Telecomunicación fuera de nuestras fronteras. Con el apoyo del profesor del Departamento de Teoría de la Señal Carlos Alberola, inició un master en el Dartmouth College de New Hampshire (Estados Unidos), donde trabajó en temas con aplicación militar como el seguimiento de vehículos. Aunque la idea inicial era regresar a Valladolid, descubrió que su vocación era la imagen médica y comenzó allí una prometedora carrera científica. En la actualidad es investigador del Departamento de Radiología de la Universidad de Wisconsin, donde trabaja en una línea con gran potencial: la caracterización de tejidos a partir de resonancia magnética.

 

“Hay un montón de problemas a los que un ingeniero puede contribuir en el campo de la imagen médica”, ha asegurado en declaraciones a DiCYT. Así, al terminar el master se puso en contacto con el que sería tutor de su tesis doctoral, Zhi-Pei Liang, de la Universidad de Illinois, quien desarrollaba su labor en el laboratorio puesto en marcha por el premio Nobel Paul Lauterbur, creador de las imágenes de resonancia magnética.

 

En estos momentos investiga en la Universidad de Wisconsin, donde contribuye a la caracterización de tejidos mediante resonancia magnética. Se trata de “medir de manera cuantitativa las propiedades de los tejidos”. “Cuando introduces a una persona en una máquina de resonancia magnética se produce una conversación entre la máquina y el tejido que estás intentando caracterizar en la que el lenguaje es la física, de manera que puedes preguntar al tejido lo que quieras y el tejido te contesta con señales electromagnéticas”, precisa.

 

De este modo, “si eres capaz de conocer ese lenguaje, de saber que pulsos electromagnéticos tienes que enviar y de interpretar las señales que emite el cuerpo del paciente, puedes medir un montón de aspectos, casi cualquier cosa que se te ocurra”, lo que origina que éste sea un campo de investigación “excelente”. Además, existe una tendencia hacia la búsqueda de pruebas no invasivas, más seguras y menos costosas que las tradicionales. “Para medir la cantidad de grasa que hay en el cuerpo, por ejemplo, se puede realizar una biopsia con la que cual puedes extraer un poco de tejido. Sin embargo, tiene muchas desventajas en términos de incomodidad y riesgos”, recuerda.

 

Existencia de grasa en el cuerpo

 

Durante el doctorado, Hernando se centró en la imagen cardiológica. En la actualidad, su campo de investigación es la existencia de grasa en el cuerpo. “Una de las cosas que uno puede estudiar en base a la señal de resonancia magnética son los distintos elementos químicos. Se puede detectar infiltración grasa en músculos, en el corazón o en el hígado, lo que supone un problema grave”, apunta. En este sentido, supone un gran avance poder medir la grasa presente en el hígado de manera sencilla y no invasiva tanto para el diagnóstico como para hacer seguimiento de un tratamiento, algo “que no se puede hacer con técnicas más agresivas”. En esta línea, el grupo de investigadores del que forma parte ha iniciado un proyecto por el que tratan de medir la cantidad de hierro en el hígado.

 

El ingeniero vallisoletano señala algunas de las ventajas de la estancia en otros países. Además de conocer otras culturas, “como investigador la experiencia de ver cómo se hacen las cosas en otro lugar es tremendamente positiva, en Estados Unidos hay muchos centros de investigación muy buenos con científicos punteros y muchos medios en los que se dan facilidades para investigar”. Uno de los aspectos relevantes en el caso de la investigación biomédica, a su juicio, es la interacción con otras disciplinas. “Existen problemas muy complejos que una sola persona no puede resolver, siempre tienes que estar rodeado de gente que conozca otros campos”, señala. Uno de los factores clave en este sentido es la posibilidad de aplicar inmediatamente a nivel clínico los resultados de la investigación.

 

El investigador destaca la buena preparación de los ingenieros de telecomunicación de la Universidad de Valladolid. Sin embargo, “no basta con eso, si quieres trabajar en un problema importante y poder colaborar con gente de otros campos uno tiene que estar dispuesto a salir fuera”.