Salud Argentina , Argentina, Miércoles, 21 de octubre de 2015 a las 16:17

Un “portarretrato” del cáncer ductal de mama

Fue descripto por un investigador del CONICET y podría ayudar a la detección temprana de carcinomas que progresan a estadios más peligrosos de la enfermedad

CONICET/DICYT Martín Abba, investigador adjunto del Consejo en el Centro de Investigaciones Inmunológicas Básicas y Aplicadas de la Universidad Nacional de La Plata (CINIBA, CONICET-UNLP), junto a colegas de la Universidad de Texas, Estados Unidos, lograron identificar una serie de factores moleculares que están presentes en el cáncer ductal – de los conductos- in situ de la mama y caracterizaron las posibles vías genómicas para la progresión de estos hacia estadios invasivos.

 

El trabajo publicado en la revista Cancer Research revela, por ejemplo, que ciertos adenocarcinomas “han aprendido a modular al sistema inmunológico, que ante células tumorales intenta frenar la progresión y erradicarla, ya que tienen un perfil supresor del sistema inmune que les permitiría progresar”, explica Abba.

 

Los carcinomas ductales in situ (DCIS, por sus siglas en inglés) son muy parecidos, en cuanto a su perfil genómico y transcripcional, a carcinomas infiltrantes y existirían dos grupos de los cuales uno es de alto riesgo –denominados C1- y el otro presenta un riesgo moderado –los C2-. “No todos los carcinomas in situ progresan hacia estadios invasivos, aproximadamente un tercio de estos lo hace”, explica Abba.

 

Los de alto riesgo tienen una propensión a progresar al otro estadio invasivo, por tanto serían más peligrosos en terminos de la supervivencia del paciente, pero sobre todo por esta capacidad de regular el sistema inmunológico. “Nadie va a hacer un viaje sin previamente haber hecho las maletas para encomendarse en ese viaje. ¿Por qué exponerse a invadir un tejido, enfrentándose al sistema inmunológico sin antes estar preparado para ese cometido?”, grafica el investigador.

 

Otra de las características que pudieron identificar es la metilación –agregados del grupo químico metilo que inactivan la expresión del gen- sobre el llamado HOXA5 que tiene la capacidad de regular al gen TP53 -gen supresor de tumores- y de este modo promover el desarrollo tumoral. “Observamos que todos los DCIS C1 tienen hipermetilado el promotor de HOXA5, la perdida de expresión de este gen impediría la expresión de TP53 . En este tipo de carcinoma, entonces, uno de las formas de inactivar a TP53, es la hipermetilación de HOXA-5”, aclara.

 

La idea de este “retrato” genómico y molecular es determinar cuáles son las vías de señalización y mecanismos genéticos más relevantes en estadios tempranos del desarrollo del cáncer de mama para su posterior estudios y/o intervención con estrategias terapéuticas.

 

ARN no codificantes

 

El foco de los análisis en genómica funcional, explica Abba, hasta hace pocos años se centraba en las secuencias de ARN llamadas codificantes –o sea que llevan el mensaje que será ‘traducido’ en la producción de proteínas-, pero se conocen y descubrieron en el trabajo presente, más de 200 de estas moléculas que no tienen secuencias codificantes. Se los llama ARN long no coding y representan el 80 por ciento de la expresión del ARN total en una célula, Abba aclara que “tienen la capacidad de regular a proteínas, reclutándolas en complejos activos, secuestrándolas, o actuando como esponjas de microARN. Que no codifiquen no significa que no tengan función. Tendrían un rol fundamental en la progresión tumoral”.

 

En el caso de los DCIS C2, todos expresan receptores de estrógenos, por lo cual dependen de la hormona estradiol, y la mayoría son tumores luminales. En cambio los C1, son de tipo basal y son independientes de la vía de esta hormona, por tanto no responden a la terapia ‘antiestrogénicas’ que sí pueden usarse en los carcinomas luminales.

 

¿Puede tener aplicación en algún ensayo? El estándar, hoy por hoy es que a una mujer con un carcinoma in situ (CIS) se le hace una resección de la mama o de parte del conducto, y luego se trata con radioterapia. Después de la extracción del tejido es que se puede estudiar a nivel molecular. “Este estudio provee las bases en términos de cuáles son las vías de señalización que permitirían detectar cuáles son los carcinomas in situ con potencial de progresar a estadios invasivos. Por lo cual es un avance de importancia en lo que respecta al desarrollo de ensayos con valor pronóstico y preventivos ”, concluye.