Alimentación España , León, Martes, 12 de marzo de 2013 a las 16:56

Un proyecto pretende detectar en qu茅 lugares nieva en tiempo real

El Grupo de F铆sica de la Atm贸sfera de la Universidad de Le贸n intenta crear una red de ciudadanos colaboradores para calibrar la informaci贸n del sat茅lite

José Pichel Andrés/DICYT El Grupo de Física de la Atmósfera de la Universidad de León trabaja en un proyecto cuyo objetivo es detectar las zonas en las que esté nevando en tiempo real. Para ello, los científicos esperan contar con una red de ciudadanos en Castilla y León que colaboren para ofrecer información que se contrastaría con los datos del satélite Meteosat 3, cuya tecnología, hoy por hoy, no es capaz de ofrecer con precisión este tipo de datos.

 

Fenómenos meteorológicos como la nieve y el granizo son muy complicados de medir. Aun así, el satélite Meteosat 3 logra informar cada 15 minutos sobre la probabilidad de que esté granizando en un determinado lugar con una resolución de cuatro kilómetros gracias a los resultados de un proyecto de investigación financiado por la Junta de Castilla y León. Además, el satélite tampoco tiene la capacidad de saber si está nevando, puesto que sería necesario detectar capas frías en el suelo y no puede hacerlo. Este es uno de los retos que se plantean ahora los investigadores dados los buenos resultados encontrados para otras precipitaciones, como las tormentas de granizo.

 

“A pesar de todos los avances en las predicciones meteorológicas, no sabemos al 100% si está nevando en un determinado lugar y en un determinado momento”, reconoce en declaraciones a DiCYT Laura López Campano, científica de este grupo de investigación. Por eso, los expertos proponen a los ciudadanos interesados sumarse a su proyecto registrándose en la sección de Control de Riesgos Meteorológicos que se puede encontrar en su web: http://gfa.unileon.es/

 

Hasta ahora, los científicos cuentan con telenivómetros, aparatos que se colocan generalmente en zonas de montaña y que miden el espesor de la nieve en un momento determinado, pero presentan algunos problemas, como la posible acumulación de nieve justo en el lugar donde están instalados, lo que distorsionaría la información general. También existen pluviómetros calefactados, que sirven para medir la cantidad de precipitación al fundir la nieve. Otra herramienta son los disdrómetros, que clasifican el tipo de meteoro que cae mediante láser, pero son muy caros y este grupo de investigación sólo dispone de uno. Sin embargo, ninguna de estas herramientas se ajusta a las necesidades de los investigadores, así que pretenden compensar la falta de datos con la creación de la red de observación meteorológica compuesta por personas.

 

El objetivo de esta red será integrar todos los datos para realizar un mapa de riesgos meteorológicos en tiempo real que integre toda la información de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en su ámbito regional o el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), que son los organismos públicos que disponen de estaciones meteorológicas, a los que habría que añadir las estaciones privadas. En total, “en Castilla y León hay más de 90 estaciones meteorológicas, pero en muchas ocasiones se sitúan en las mismos lugares”, indica la experta.

 

Calibrar la información del satélite con estos nuevos datos serviría para elaborar nuevos modelos de riesgos meteorológicos y nuevos modelos de predicción, a los que podrían acceder los ciudadanos registrados en la red.

 

Un ejemplo de la utilidad de esta información es el trabajo que desarrollan Laura López y el resto de su equipo de investigación en Aragón. En episodios de fuertes lluvias, elaboran mapas divididos en celdas con estimaciones de lo que llueve en cada una y, teniendo en cuenta los datos del suelo y sus capacidades de absorción del agua, calculan el caudal previsto para el río Ebro en Colaboración con la Confederación Hidrográfica del Ebro. En momentos clave se llegan a realizar hasta cuatro simulaciones al día para determinar cuándo se puede producir una crecida a su paso por una determinada localidad.

 

Percepción de riesgos meteorológicos

 

Como un trabajo complementario, el Grupo de Física de la Atmósfera de la Universidad de León realiza estudios sobre percepción de riesgos meteorológicos por parte de la población. Para ello analiza los medios de comunicación, ya que otras investigaciones han demostrado que las encuestas directas a los ciudadanos reflejan exactamente los mismos resultados que un análisis de los temas más tratados en las noticias.

 

Sus datos en Castilla y León indican que entre 2002 y 2012 el 30% de las noticias sobre riesgos meteorológicos estuvieron relacionadas con la nieve, muy por encima de otros, como el calor, las fuertes precipitaciones o la niebla.


Para los expertos estos resultados contrastan con la realidad, porque en muchas provincias las nevadas no suponen el riesgo meteorológico principal. Por ejemplo, en Valladolid la niebla está muy por encima y en Zamora, las olas de calor, pero “la población no considera estos fenómenos importantes porque no son noticia en los medios de comunicación y no suelen acarrear pérdidas económicas o grandes trastornos para la vida diaria”.

 

En cualquier caso, la población también subestima el número de días de nieve que en realidad se producen, aunque su percepción de que en la actualidad nieva menos que hace décadas sí se corresponde, en líneas generales, con la información recogida por las estaciones meteorológicas.

 

Menos días de nieve

 

Los investigadores han analizado los datos registrados entre 1960 y 2010 en diez ciudades de Castilla y León, las nueve capitales de provincia y Ponferrada, para estudiar la tendencia en el número de días de nieve al año. La principal conclusión es que se ha producido un descenso significativo en la cantidad de jornadas que nieva, sobre todo en León, Ponferrada y Salamanca, aunque curiosamente en Segovia ha habido un incremento. En el resto de las ciudades analizadas las variaciones no son apreciables.

 

Para medir el número de días de nieve, se toma como referencia el número de días en los que se registran precipitaciones en forma de nieve en una determinada localidad. Sin embargo, generalmente los ciudadanos sólo recuerdan las grandes nevadas y, cuando nieva poco, no lo consideran “día de nieve”, de manera que la visión de la población no siempre concuerda con los datos técnicos. Por lo tanto, los investigadores concluyen que sería interesante registrar, además de datos meteorológicos, datos que reflejen mejor la percepción de la población, por ejemplo, “el número de días de nieve con espesores superiores a un determinado umbral”.

 

Este tipo de trabajos se ve complementado por campañas de evaluación de riesgos y educación ambiental en riesgos meteorológicos, de manera que tanto adultos como escolares sepan, por ejemplo, qué hacer ante la nieve. Todas las campañas se pueden descargar en la web una vez que el usuario se ha registrado.