Un sistema de control avanzado permite mediante métodos hormonales la inducción del celo en vacas lecheras
Antonio Martín/DICYT Las nuevas tecnologías aplicadas a la reproducción en ganado vacuno lechero son objeto durante este fin de semana, desde hoy, 25 de marzo, al domingo 27, de un curso organizado por la International Veterinary Students Association (IVSA) en León. El ciclo aborda la formación de especialistas en técnicas que permiten una mayor rentabilidad en las explotaciones ganaderas de vacuno productor de leche. Una de ellas es un sistema de control avanzado que, a partir de métodos hormonales, induce el celo en las vacas para que queden preñadas en un menor tiempo.
Este control avanzado de reproducción permite "el preñado de las vacas de una manera rápida, después de los 45 días que se establecen de periodo de descanso tras un parto para su recuperación", explica a DiCYT Juan Carlos Domínguez Fernández-Tejerina, codirector del curso que se celebra en el Hospital Clínico Veterinario de Castilla y León. En el caso de que la vaca no acceda al celo de forma voluntaria, los veterinarios emplean métodos hormonales para inducírselo y que, de esta manera, el animal sea productivo lo más rápido posible. También se emplea la ecografía para realizar "resincronizaciones" de los periodos de recuperación y celo en el animal.
Fernández-Tejerina explica que el uso de las nuevas tecnologías en las explotaciones de ganado vacuno lechero es una constante en los últimos años. "El principal problema es que las granjas se despueblan de trabajadores, ya que estos dejan de residir en su entorno para desplazarse a este lugar de trabajo desde una ciudad". Es el caso, por ejemplo, de ganaderos que residen en León capital y se desplazan a los pueblos donde tienen su explotación para realizar las actividades cotidianas de control de la producción y de los animales. "De forma convencional, era habitual que el ganadero diagnosticara de visu el celo de la vaca, para saber cuándo se debe preñar". Esta revisión está siendo substituida en la actualidad por métodos de inducción que emplean nuevas tecnologías para realizar la actividad del trabajador.
Podómetros
Uno de estos sistemas sofisticados es la televigilancia, que permite seguir a distancia el comportamiento del ganado a través de cámaras. "Con ellas se observan cuándo los animales entran en celo". Otro es el uso de podómetros, que cuentan los pasos de las vacas. "Cuando una vaca está en celo, anda más y come menos, sus movimientos son un indicador de que ha entrado en esta fase". Los podómetros, como los que utilizan los deportistas para medir sus caminatas, se encuentran adaptados a las características físicas del vacuno y conectados a una central por ondas.
El experto, director de Centrotec, lamenta que "todas las tecnologías se hayan convertido en imprescindibles a la larga". "Los que no se adhieren al uso de una de estas tecnologías en el campo de la ganadería, quedan defasados y las explotaciones se vuelven inviables económicamente". Fernández-Tejerina piensa, por lo tanto, que la formación de profesionales veterinarios que atiendan a estos negocios agroganaderos deben girar de una perspectiva clásica ("de tratar los animales") a una más actual ("de prevenir en colectividades").
Esta nueva forma de entender el proceso reproductivo está detrás del curso, al que acuden 40 alumnos de la Facultad de Veterinaria. "Los profesores debemos modificar la enseñanza a la demanda que se produce en el mercado de profesionales", resume. Entre sus objetivos, IVSA pretende proporcionar precisamente perspectivas más modernas a la visión clásica de enseñanza de la Universidad y dar respuesta a estas necesidades del mercado, explica Fernández-Tejerina.
Cirugía
El curso, además, aborda las cuestiones quirúrgicas más habituales en el ganado vacuno lechero. Una es el desplazamiento de cuajar, operación que se produce en el 5% de las vacas lecheras. De forma resumida, Fernández-Tejerina indica que la alimentación a la que se ve sometida la vaca en explotaciones intensivas (y extensivas, en menor manera) produce acciones metabólicas en el sistema de estómagos del animal que, en última instancia, puede dilatar el cuajar (uno de los cuatro estómagos) y dañarlo.
Otra intervención habitual es por neumovagina, la entrada de aire en el aparato genital de la vaca. Se produce tras un parto y ocasiona infertilidad si no es tratada la vaca. La glosoplastia es el tercer abordaje que se realiza en la parte práctica del curso. Consiste en la retirada de un trozo de la lengua. Algunas vacas, especialmente animales jóvenes, mueven la lengua constatemente hacia fuera de la boca, lo que produce que traguen aire y se dañe el aparato digestivo. Esta cirugía supone la retirada de un trozo de la mucosa de la lengua para que quede plana y se impida la entrada de aire.