Alimentación España , Salamanca, Miércoles, 04 de febrero de 2009 a las 16:41

Una investigación evalúa los recursos hidroterapéuticos de Castilla y León

La sede salmantina del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) ha estudiado las aguas mineromedicinales de los balnearios de la región

José Valdivieso/DICYT Desde tiempos ancestrales se ha tenido la convicción de que los remedios provenían de la naturaleza, y el agua, como líquido elemento, ha servido para curar y aliviar enfermedades que históricamente han tenido la hidroterapia como tratamiento complementario al medicinal, así es el caso de la artritis, el reuma y la soriasis, entre otras muchas. El estudio y tratamiento de las aguas mineromedicinales no se rige por las competencias de la Ley de Aguas, sino a través de la Ley de Minas, por lo tanto, son las comunidades autónomas las que tienen las competencias sobre el seguimiento, análisis y control de los distintos balnearios de cada una de las regiones.

 

En el caso de Castilla y León, el hidrogeólogo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) Víctor del Barrio, que trabaja en la sede que este organismo tiene en Salamanca, destaca que “el auge del sector balneoterápico goza de buena salud y, además, la explotación de las aguas mineromedicinales se encuentra en un periodo de enorme expansión y las perspectivas de futuro son muy prometedoras”. Además, según comenta el especialista, la provincia de Salamanca tiene “el privilegio de contar con dos balnearios que ya comenzaron a ser explotados en la época romana: Ledesma y Retortillo”. Asimismo, y según explica el experto, Castilla y León es la cuarta región española en número de establecimientos balneoterápicos (con nueve), tan solo superada por Galicia, Cataluña y Andalucía, por lo que su estudio tiene también cierta importancia económica.

 

El investigador del IGME coordinó en el año 2006 el Estudio y Evaluación del Potencial Hidromineral de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, donde también participó la Sociedad de Investigación y Explotación Minera de Castilla y León, SIEMCALSA, empresa participada por la Junta. En este trabajo, además de la exhaustiva tarea de recopilación y puesta al día de las captaciones ya inventariadas, se tuvieron en cuenta nuevas zonas que podrían estar disponibles para su explotación en un periodo breve, según señaló Víctor del Barrio. En la primera fase del proyecto, el equipo compuesto por investigadores del IGME y por miembros de SIEMCALSA, recopilaron toda la información disponible en archivos provinciales y locales de los “posibles” 130 manantiales existentes en la comunidad autónoma.

 

Captaciones hidrológicas

 

Una vez se recopiló la información archivada, se activó la segunda fase donde se realizaron las analíticas microbiológicas y físico-químicas de 20 de esos manantiales y enclaves hidrológicos. Estos análisis detallados de las captaciones hidrológicas se realizan cogiendo la muestra y analizando los sulfuros y la fijación de metales. De esta forma, las muestras fueron enviadas al laboratorio ANALIZAGUA de Valladolid, según indicó el investigador del IGME. En la tercera y última fase, el quipo coordinado por Víctor del Barrio, se centró en analizar al detalle solamente los balnearios que están en activo, en el caso de Salamanca, Ledesma y Retortillo, mientras que el complejo de Balbilafuente ya había sido objeto de estudio aún más reciente.

 

Según aclara el Vademécum de Aguas Mineromedicinales Españolas, editado por el Instituto de Salud Carlos III, perteneciente al Ministerio de Sanidad y Consumo, la clasificación de las diferentes aguas atiende a su temperatura: hipotermales (35º), mesotermales (entre 35º y 37º) e hipertermales (más de 37º); además de su composición química: cloruradas, sulfatadas, bicarbonatadas, ferruginosas, radioactivas y carbogaseosas. Según afirma Víctor del Barrio, el balneario de Ledesma presenta unas condiciones “magníficas” para seguir siendo un referente balneoterápico en la región, sobre todo si se atiende a su carácter de agua hipertermal (46’4º en surgencia), un Ph de 7’1 y su “fuerte” composición sulfurada de mineralización débil. Por su parte, el Servicio Médico del Balneario de Ledesma afirma que el agua de este balneario está indicada para las afecciones de las vías respiratorias altas (rinitis crónica, sinusitis crónica, laringitis, faringitis, asma, entre otras), además de “mejorar notablemente” las patologías dermatológicas: eczema crónico, eczema rebelde, soriasis y algunas otras patologías.

 

Tratamientos dermatológicos

 

Por otro lado, el balneario de Retortillo, presenta “características parecidas a las de Ledesma pero tiene algunos elementos propios que lo singularizan, como es el fuerte olor a huevo podrido que desprenden sus aguas termales”, según añade el investigador Del Barrio. Además, su temperatura de surgencia es de 43’3º (lo que le convierte en hipertermal, según la clasificación anterior), pero por su composición tiene más componentes sulfuros que en Ledesma, por lo que es “más propicia” para los tratamientos dermatológicos en enfermedades como las dermamtitis pruriginosas, según indican los especialistas del Servicio Médico del Balneario de Retortillo.