Salud España , Burgos, Viernes, 25 de mayo de 2018 a las 12:10

Una persona que sufre un ictus tarda de media 714 minutos en acudir al hospital

Una tesis doctoral de la UBU se帽ala los factores predictores del retraso prehospitalario en el ictus

UBU/DICYT El próximo martes, Raúl Soto Cámara, doctorando del Programa de Educación, defiende su tesis doctoral titulada 'Factores predictores del retraso prehospitalario en el ictus'. Esta investigación ha sido dirigida por los profesores Jerónimo González Bernal y José María Trejo Gabriel y Galán.

 

En los últimos años, el ictus se ha convertido en una de las principales causas de muerte y enfermedad a nivel mundial, provocando importantes secuelas neurológicas permanentes y discapacidad en los pacientes que lo padecen. Los avances producidos en su diagnóstico y tratamiento han permitido detectarlo de manera más temprana, convirtiéndose en una enfermedad prevenible, abordable y potencialmente tratable, en la que el tiempo va a ser el factor que mayor influencia va a ejercer sobre su pronóstico final a corto, medio y largo plazo.

 

Por ello, el objetivo de la investigación fue determinar el tiempo que el paciente empleaba en acudir a un centro hospitalario tras el inicio de los síntomas del ictus, identificando posibles factores predictores de recibir una atención especializada precoz.

 

Para ello, se diseñó un estudio descriptivo, transversal, retrospectivo, en el que participaron todos los pacientes ingresados en la Unidad de Neurología del Hospital Universitario de Burgos entre el 1 de septiembre de 2015 y 31 de agosto de 2016, diagnosticados de ictus isquémico o hemorrágico. Las variables socio-demográficas, clínicas, conductuales, cognitivas, contextuales y emocionales se compararon con el tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas hasta la llegada del paciente al hospital.

 

El tiempo medio de demora prehospitalaria fue 714,26 minutos. Factores como tener mayor edad, presentar problemas con el habla, solicitar ayuda de forma inmediata tras el inicio de los síntomas, pensar que lo que estaba padeciendo era un ictus o activar el Servicio de Emergencias se relacionaron con un menor retraso prehospitalario.

 

Por otros lado, el ser fumador activo, pensar que la situación podía mejorar de manera espontánea sin necesidad de pedir ayuda o presentar mayor retraso de decisión se relacionaron con un incremento en el tiempo que el paciente empleaba en acudir al hospital. El inicio gradual de los síntomas, un nivel de ansiedad leve-moderado, el inicio nocturno de los síntomas o un retraso de decisión superior a 15 minutos fueron los principales factores que predijeron un retraso prehospitalario mayor.

 

A pesar de los esfuerzos realizados para aumentar la concienciación de la población sobre la importancia de atender precozmente a los pacientes con ictus, todavía se producen importantes retrasos en su llegada al hospital tras el inicio de los síntomas. Por ello, las nuevas estrategias a implantar para mejorar la proporción de pacientes atendidos precozmente deberían abordar específicamente los factores predictores de mayor riesgo de demora prehospitalaria.