Una sustancia análoga al canabidiol puede ayudar en la quimioterapia y prevenir el dolor neuropático
AGENCIA FAPESP/DICYT – Una sustancia sintética análoga al canabidiol previene el surgimiento del dolor neuropático, un efecto adverso relativamente común de los fármacos quimioterapéuticos que puede incluso derivar en la interrupción del tratamiento clínico contra el cáncer.
El estudio referente a la misma, realizado en Brasil y publicado en la revista Neurotherapeutics, se concretó con el paclitaxel, un fármaco quimioterapéutico ampliamente utilizado, y aplicado a pacientes del Sistema Único de Salud (SUS, las siglas por las cuales se la conoce en Brasil a la red nacional de salud pública) para el tratamiento de distintos tipos de cáncer. Los resultados de este trabajo, realizado en ratones, demostraron que además de prevenir los efectos adversos y no causar dependencia, la aplicación de esta sustancia análoga al canabidiol combinada con el quimioterapéutico aportó mejores resultados en el tratamiento contra el cáncer.
“El paclitaxel causa un tipo de lesión neuronal que normalmente está asociado al dolor neuropático. Se estima que el 80 % de los pacientes que toman paclitaxel desarrolla este tipo de dolor crónico en mayor o menor medida. Por ende, se trata de un problema clínico importantísimo, pues nada funciona con esos pacientes para mejorar esa neuropatía. Y en muchos casos, el tratamiento quimioterapéutico debe interrumpirse”, explica Thiago Mattar Cunha, uno de los autores del estudio e investigador del Centro de Investigaciones en Enfermedades Inflamatorias (CRID) en el estado de São Paulo, en Brasil.
El CRID es un Centro de Investigación, Innovación y Difusión (CEPID) financiado por la FAPESP con sede en la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto, dependiente de la Universidad de São Paulo (FMRP-USP). Este estudio contó con el apoyo de la FAPESP a través de un Proyecto Temático, y también con el del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología (INCT) Traslacional en Medicina, uno de los INCT del estado de São Paulo apoyados por la FAPESP junto al Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), vinculado al gobierno federal brasileño.
La sustancia, denominada PECS-101, posee una estructura parecida a la del canabidiol, pero con el añadido de una molécula de flúor. De acuerdo con los científicos, esto la dota de una potencia entre tres y diez veces mayor que la del canabidiol. La molécula fue sintetizada por Raphael Mechoulam, químico y gran investigador del cannabis en la Hebrew University, en Israel.
“Nuestro grupo de investigadores de la USP concretó una colaboración con Mechoulam y entonces pasamos a investigar los efectos de esta sustancia. Somos titulares de la patente internacional de la PECS-101, cuya licencia está en manos de una empresa estadounidense. Por ende, seguimos adelante con nuestros estudios sobre sus efectos, que no son financiados por esa empresa”, dice Francisco Silveira Guimarães, docente de la FMRP-USP y autor del estudio.
Ayuda en el tratamiento
Antes de verificar si la PECS-101 prevenía el dolor neuropático, los investigadores tuvieron que demostrar en un modelo animal que el paclitaxel lo inducía. Con base en ello, ahondaron en el mecanismo de la droga, que hacía que el dolor neuropático ni siquiera surgiese.
“Observamos que el mecanismo de acción de esta sustancia opera por la vía de un receptor celular llamado PPARy, y no por la vía de los receptores de sustancias canabinoides endógenas, CB1 y CB2. Estudios anteriores ya habían demostrado que las drogas que actúan con este receptor tienen un efecto antitumoral y en el dolor neuropático”, explica Nicole Rodrigues da Silva, investigadora del Departamento de Farmacología de la USP en Ribeirão Preto y autora del estudio.
A tal fin, los investigadores utilizaron ratones genéticamente modificados, desarrollados por el propio equipo de modo tal que no posean el referido receptor. “En los animales sin este tipo de receptores, la PECS-101 no hacía efecto”, dice Rodrigues da Silva.
Los receptores PPARy están presentes en distintos tipos de células. En el estudio, los investigadores analizaron su acción en células del sistema inmunitario (macrófagos), debido a su fuerte relación con el dolor neuropático. “Los macrófagos son importantes para el dolor neuropático causado por el paclitaxel. Existe un mecanismo neuroinflamatorio ya descrito, y hay evidencias que indican que agonistas de PPARy poseen un efecto antiinflamatorio, aparte de algunas otras evidencias que apuntan que el canabidiol pueda actuar por la vía de esos receptores”, afirma Mattar Cunha.
Pero era necesario demostrar también que además de prevenir el dolor neuropático, la sustancia colaboraba en el tratamiento quimioterapéutico, o al menos no lo dificultaba. “Entonces hicimos otro experimento, en ese caso, con hembras de ratones con cáncer de mama inducido, y vimos que la PECS-101 no solamente no interfería en el efecto del paclitaxel, sino que también parecía mejorar el tratamiento contra el cáncer de mama. Confirmamos ese experimento en cultivos de células humanas, obteniendo el mismo resultado positivo”, explica Rodrigues da Silva.
En el estudio también se comprobó que, al igual que el canabidiol, la PECS-101 no provoca dependencia. Silveira Guimarães comenta que ya existe literatura científica sobre los potenciales efectos antineoplásicos del canabidiol. “Por eso no fue una sorpresa absoluta que la PECS-101 también tuviese esa propiedad. Lo más positivo de esto es saber que previene el dolor neuropático, que ni siquiera llega a aparecer, y a su vez ayuda en el tratamiento. Sin lugar a dudas, esto aporta esperanzas para que el tratamiento quimioterapéutico con el paclitaxel sea más efectivo”, dice el investigador.