Salud España , Valladolid, Martes, 13 de febrero de 2007 a las 19:16

Uno de cada cuatro castellanoleoneses se ha vacunado contra la gripe durante la presente campaña

La Junta ha distribuido en un mes un total de 681.000 dosis de esta medida preventiva

MDS/DICYT Uno de cada cuatro castellanoeoneses se ha vacunado contra la gripe durante de la campaña 2006-2007 que ha realizado la Junta de Castilla y León. En concreto, la Consejería de Sanidad, por medio de las direcciones generales de Salud Pública y Consumo y de Asistencia Sanitaria, ha vacunado a 624.851 personas en Castilla y León, lo que supone el 24'93% de la población regional, porcentaje prácticamente igual al de la campaña anterior, que fue del 24'99%.

Así, la cobertura ha sido prácticamente total en los centros de la tercera eEdad donde se ha administrado a cerca del 96% de los residentes. Asimismo, también han accedido a este agente de inmunización activa el 85% de los ciudadanos de más de 75 años y el 68% de la población de entre 65 y 74 años, según la información de la Junta recogida por DICYT.

La Administración Regional ha repartido durante la campaña de vacunación antigripal de 2006 un total de 681.000 dosis de la vacuna contra la gripe y otras 46.000 unidades para la vacunación antineumocócica. La distribución se ha desarrollado de forma intensiva entre los días 16 de octubre y 17 de noviembre, aunque las personas pertenecientes a los grupos de riesgo aún podrán ser vacunadas si se lo recomienda su médico de cabecera.

Como novedad en esta campaña se incluyó en la vacunación a las personas con edades entre 60 y 65 años, además de los restantes grupos de riesgo.

La Consejería de Sanidad ha invertido en la adquisición de las vacunas de la gripe un total de 3'2 millones de euros, a los que hay que sumar también otros 450.340 euros destinados a la adquisición de 46.000 dosis antineumocócicas.

 

Microorganismos inactivados
Una vacuna es una suspensión de microorganismos atenuados o muertos que se administran por vía intradérmica, intramuscular, oral o subcutánea para inducir inmunidad activa frente a una enfermedad infecciosa. Las bacterias de las distintas vacunas se inactivan por medio del calor o por adición de acetona, formalina o fenol. Los efectos secundarios de la vacuna son leves y transitorios, y en la mayoría de los casos se reducen a las molestias del pinchazo, por lo que resultan una medida profiláctica útil si se tiene en cuenta que su efectividad ronda el 80%.