Salud España , Valladolid, Viernes, 16 de marzo de 2007 a las 19:03

Un científico del Instituto Ramón y Cajal expone sus estudios sobre el rejuvenecimiento de las neuronas

Alberto Ferrús ha impartido un seminario de investigación en el Instituto de Biología y Genética Molecular de la Universidad de Valladolid

MDS/DICYT El neurocientífico del Instituto Ramón y Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIF) de Madrid Alberto Ferrús ha impartido hoy viernes un seminario de investigación en el que ha explicado los estudios que realiza desde hace ocho años sobre la búsqueda de métodos que permitan el restablecimiento de la conexión neuronales, lo que se traduciría en el rejuvenecimiento de la células del cerebro. Según ha indicado Ferrús los estudios realizados hasta la fecha en moscas han sido positivos, aunque no se puede determinar cuántos años quedan para que pueda aplicarse en humanos.

El conocimiento de estos procedimientos se podría aplicar a cualquier patología "que signifique la pérdida de sinapsis (puntos donde las neuronas se comunican entre sí en el cerebro), por ejemplo el envejecimiento", ha avanzado el científico. Asimismo, ha precisado "que obviamente también en enfermedades donde se pierden esas sinapsis a un ritmo mucho mayor del que debería producirse como es el caso de las patologías neurodegenerativas".

Alberto Ferrús ha indicado a DICYT que al comienzo de la investigación "se centraron en desarrollar métodos que restaurasen las sinapsis en las células envejecidas, para lo que ha sido necesario indagar acerca de cómo se establecen estas conexiones. Hasta el momento, los resultados del estudio han mostrado que el incremento de la molécula PI3K es capaz de inducir sinapsis.

 

“Estamos en el camino de encontrar un método que sirva para restaurar o rejuvenecer las neuronas", puntualiza el científico, a lo que ha añadido que otros grupos han comenzado ha realizar las investigaciones en ratones. En este punto, los investigadores tratan de conocer qué otros elementos moleculares, aparte de la PI3K, trabajan para dar lugar a estos mecanismos. 


"Es imposible determinar cuántos años faltan para que los resultados de esta investigación se puedan aplicar en humanos", ha asegurado el investigador. "Pueden ser tres, treinta o trescientos, porque aún quedan por responder preguntas importantes para las cuales hoy no tenemos respuesta".