Alimentación Costa Rica , Heredia, Martes, 07 de junio de 2011 a las 17:55

Bosques: testigos silenciosos del cambio global

El debate para determinar cuál es el papel de los ecosistemas en regular la concentración de los gases de efecto invernadero, solo se podrá resolver a través de las redes de monitoreo, señala el INISEFOR

UNA/DICYT La variabilidad climática, aumento de temperatura y cambios en la presión atmosférica, son solo algunos de los factores que hacen prever a los expertos, que el cambio climático afectará a los bosques, la biodiversidad y por ende, al ser humano.

 

El pasado 28 de abril se realizó el foro “El rol de las redes del monitoreo para el conocimiento de los impactos y la adaptación de los bosques naturales al cambio climático”, como parte del curso Monitoreo a largo plazo de los impactos y la adaptación de los bosques naturales al cambio climático, impartido por la Fundación Naturaleza para la Vida, el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) y el Instituto de Investigación y Servicios Forestales de la Universidad Nacional (INISEFOR-UNA).

 

Los efectos del calentamiento global son un hoy una realidad. Alvaro Duque, de la Universidad Nacional de Colombia, afirma que en su país llueve casi ininterrumpidamente desde hace alrededor de año y medio, y la consecuencia ha sido el desplazamiento de los habitantes de las zonas rurales hacia las urbanas porque no pueden usar la tierra para producir. “Los agricultores se mueven a la ciudad, pero ocupan zonas de alta fragilidad ambiental, que posteriormente son escenario de inundaciones o derrumbes y por lo tanto grandes catástrofes para los Colombianos”.

 

El caso de México, de acuerdo con Gabriela López mexicana quien labora en la Universidad de Leeds, Reino Unido tiene que ver con la producción. “Con el calentamiento hay menor producción y surgen nuevas plagas, esto afecta la seguridad alimentaria y lleva a una mayor presión sobre la tierra, los bosques serán los que más sufren porque los campesinos tendrán que cultivar algo que les dé réditos en menor tiempo”.

 

Las plantas son las únicas capaces de procesar el dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases del efecto invernadero, con la destrucción de los bosques el CO2 se mantendría en la atmósfera y causaría un incremento paulatino de la temperatura.


“El bosque es un amortiguador, pero necesitamos monitorearlo para comprender sus respuestas ante el cambio climático.

Necesitamos datos que nos permitan establecer políticas claras para la conservación de los bosques”, comentó Víctor Meza, del INISEFOR-UNA.

 

El monitoreo consiste en el establecimiento de parcelas, dentro de cada una de ellas se mide el diámetro de los árboles y al cabo de dos o tres años se regresa para ver qué ha pasado con ellos. “Si comparamos los datos que se toman alrededor del mundo, desde las distintas redes, podemos ver si el comportamiento está relacionado con el clima o la calidad de los suelos, entre otros factores”, explica López.