Tecnología España , Valladolid, Lunes, 25 de abril de 2011 a las 16:32

Cartif colaborar谩 en la reparaci贸n del reloj del edificio hist贸rico de la Universidad de Valladolid

El reloj, que estuvo en funcionamiento 111 a帽os, ser谩 arreglado por el profesor de Ingenier铆a de Sistemas y Autom谩tica Ramiro Merino

CGP/DICYT Durante los próximos dos años, el reloj ubicado en el edificio histórico de la Universidad de Valladolid será restaurado en el Parque Tecnológico de Boecillo. El personal y las instalaciones de Cartif estarán a disposición del profesor de Ingeniería de Sistemas y Automática Ramiro Merino, que será el encargado de dirigir las reformas.


Tras el análisis preliminar, parece que a la maquinaria le faltan dos piezas: un piñón de montado de pesas y una corona dentada de transmisión de movimiento de sombrería, que habrá que reconstruir.

 

Posteriormente, y si no surgen otros imprevistos, se realizará un proceso de decapado químico para limpiar y se tratarán las superficies con el fin de protegerlo de la oxidación. Según la información del centro tecnológico recogida por DiCYT el objetivo es que, tras un cuidadoso arreglo, la maquinaria funcione como fue concebida, sin lesionar elementos antiguos.


El reloj, fabricado en Morez (Francia), estuvo en funcionamiento más de un siglo. En concreto fueron 111 años y después se estropeó. Desde 1859 hasta 1970 estuvo ubicado en la torre situada entre la calle Librería y la plaza de la Universidad, pero tras fallar, fue desmontado y llevado a un almacén de la UVA. Unas reformas en el edificio de la Universidad donde se hospedaba le apartaron al cobijo de un tejado, del que sólo salió en 1996 para lucir en el Palacio de Pimentel como reliquia, con motivo del cuarto centenario del nacimiento de la ciudad.


Aunque aún no se ha decidido cuál será su nueva morada, la Universidad de Valladolid cree que el museo de la institución, en el Palacio de Santa Cruz, será un buen sitio para que el público pueda contemplar el tosco reloj, según confirmó el vicerrector de Investigación y Política Científica, José Manuel López.


Antes, deberá pasar dos años en manos de los especialistas que se encargarán de su acondicionamiento. La Fundación Cartif se hará cargo del coste de las piezas, mientras que el profesor Ramiro Merino trabajará de manera desinteresada.