Ciencias Sociales España , Salamanca, Martes, 01 de febrero de 2011 a las 17:37

"Casi el 90% de los medicamentos que se compran por internet son falsos o de mala calidad"

Álvaro Domínguez-Gil Hurlé, profesor de la Universidad de Salamanca, ha ofrecido hoy una conferencia sobre los riesgos que supone para la salud la venta de fármacos en la red

JPA/DICYT El profesor asociado de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca Álvaro Domínguez-Gil Hurlé ha ofrecido esta tarde una conferencia acerca de los peligros que supone la venta de fármacos por internet. Según ha explicado en declaraciones a DiCYT, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades han manifestado que "casi el 90% de los medicamentos que se compran por internet son falsos o de mala calidad farmacéutica".

 

Este especialista lleva desde el año 2000 trabajando sobre la falsificación de medicamentos y su venta por internet. "Los medicamentos tienen que reunir tres características importantes para que sean medicamentos de calidad: eficacia, estabilidad y seguridad", ha manifestado. Esto quiere decir que tienen que ejercer el efecto terapéutico que se pretende; debe ser estable en el sentido de no alterarse ni química, ni física ni bacteriológicamente; y debe ser seguro, dentro de los márgenes terapéuticos preestablecidos.

 

"Mientras que un ciudadano adquiere una prenda de vestir en un comercio, y puede elegir la talla y el color que quiera, no sucede lo mismo con un medicamento", señala, por eso sólo la venta en farmacias puede ofrecer garantías.

 

Las consecuencias de la venta irregular por internet varían según los países. "En los países en vías de desarrollo, se venden medicamentos falsos para la malaria, el sida, la tuberculosis o como antibióticos", señala. En los países desarrollados, la venta por internet se restringe a medicamentos de culto al cuerpo, para la caída del cabello, para adelgazar o para dejar de fumar. Sin embargo, esto no quiere decir que no sean igual de peligrosos. De hecho, se han producido muertes por toxina botulínica, debido a la suplantación del producto Botox, que pertenece a una firma comercial concreta.

 

En un estudio presentado en 2010 en el que participaron 14.000 ciudadanos de 14 países europeos, los resultados fueron muy llamativos, entre ellos, el cálculo de que los medicamentos falsos en España mueven 1.500 millones de euros al año, comenta Álvaro Domínguez-Gil Hurlé.

 

El gran problema es la falta de regulación en internet, ya que en Europa la fabricación, distribución y dispensación están reguladas por el sistema sanitario y, por lo tanto, la distribución en internet no está permitida. Según la ley, sólo se pueden vender medicamentos que no sean de prescripción, pero en otros países no es así. "En España es ridículo querer comprar medicamentos por internet", opina el experto, por la gran cercanía y accesibilidad de las farmacias, puesto que "en todo Estados Unidos hay menos farmacias que en España".

 

Álvaro Domínguez-Gil Hurlé considera que la formación de los ciudadanos es esencial para erradicar esta práctica que pone en riesgo la salud, pero también es importante "formar e informar a toda la cadena sanitaria, médicos, farmacéuticos y enfermeras", ya que "debemos ser los farmacéuticos los que salgamos a los medios de comunicación a explicarlo", asegura.