Científicos colombianos investigan la conexión del síndrome metabólico con los músculos
UDEA/DICYT Hasta ahora, los estudios relacionados con el síndrome metabólico (SM) se concentraban en la reducción de peso y de grasa corporal, como factores causantes de ese mal, que aumentaban el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 y eventos cardiovasculares. Sin embargo, las investigaciones desarrolladas en la última década apuntan a que el problema no se limita al exceso de grasa en el abdomen, sino que el síndrome metabólico está íntimamente ligado a la cantidad y calidad del tejido muscular, factor que es objeto de una investigación que aporta a las soluciones del mal y que se realiza en la Universidad de Antioquía (UdeA).
Los científicos, líderes de la investigación: Jaime Gallo, Especializado en Medicina del Deporte y coordinador del Grupo GRINMADE; Juan Camilo Calderón, Doctor en Fisiología y coordinador del Grupo Physis y el nutricionista Francisco Londoño, vinculado al Politécnico Jaime Isaza Cadavid, indicaron que su trabajo representa un avance científico que puede ayudar a reducir la ocurrencia del SM.
Estas complicaciones son comunes en la población general que lo padece y ocurre debido al estilo de vida moderno, los inadecuados hábitos alimentarios, la obesidad y el sedentarismo.
“En Latinoamérica alrededor del 30 o 40 por ciento de la población tiene SM. En Medellín, hasta 2008 se estimaba que esa condición comprometía la salud de un 44.9 por ciento de sus habitantes; según un estudio publicado por la Secretaria de Salud en 2008 y realizado en 800 personas mayores de 40 años”, explicó Juan Camilo Calderón.
Calderón afirma que el problema es que el SM es una enfermedad que fácilmente puede mimetizarse o no ser diagnosticada claramente, y sobre la cual es necesario, insisten los expertos, demostrar que a pesar de la relación que tiene con la obesidad y el sedentarismo, no es ocasionado sólo por la acumulación de grasa en el cuerpo, sino también por el desarrollo muscular que pueda tener un individuo.
Más que tejido
Los músculos pueden clasificarse como: cardiacos, relacionados con el corazón; músculos lisos, que están en el intestino, por ejemplo; y músculos esqueléticos, que están generalmente pegados a los huesos y nos sirven, entre otras cosas, para movernos. En este último se enfoca el estudio que inició con la hipótesis de que el desarrollo muscular, en general y por segmentos corporales, se podría asociar con el SM.
De hecho, uno de los hallazgos de esta investigación determinó, a través del fraccionamiento corporal, que el desarrollo muscular del muslo está conectado inversamente con la presencia de SM. En otras palabras, las personas con más masa muscular en sus muslos tuvieron una menor frecuencia del SM.
Este trabajo, publicado por la revista europea Annals of Nutrition and Metabolism, indica que las personas con SM tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 y de presentar eventos cardiovasculares que generan a su vez, una alta prevalencia de enfermedades crónicas.
Las personas con SM, tienen bajo el colesterol HDL o “bueno”; y altas las grasas que circulan en la sangre, que se conocen como triglicéridos altos; tienen la presión arterial elevada, padecen de diabetes o intolerancia a la glucosa; y presentan obesidad abdominal debido al aumento de la grasa en las vísceras.
De acuerdo con Jaime Gallo, las personas con estas alteraciones, son a quienes debe prestarse más atención, no sólo en lo que respecta a su cantidad de tejido graso en las vísceras, sino también al desarrollo muscular que presentan. De hecho, aunque una persona delgada pueda tener mucha grasa visceral y esta no ser visible, puede estar padeciendo problemas metabólicos serios.
En el caso contrario, pueden estar quienes practican deportes como el sumo, porque regularmente, tienen un alto índice de masa corporal, pero asociado a mucha masa muscular y poca grasa visceral; o sea que su perfil desde el punto de vista de factores de riesgo ante el SM, es favorable.
Avances y desarrollos futuros
Además de establecer que hay segmentos particulares del cuerpo en los que la masa muscular puede ser protectora, el estudio de los profesionales de la UdeA, demostró que las personas con muslos más flacos son más propensas al SM y esta particularidad se considera una novedad científica derivada de la investigación.
La misma, permite recomendar el diseño de estrategias concretas para mejorar la masa muscular de las extremidades inferiores, bajo una concepción de que no sólo representa un antídoto para evitar trastornos metabólicos, sino para prevenir a largo plazo otras enfermedades crónicas como las cardiovasculares.
“La mayoría de las personas sólo buscan bajar de peso, lo más importante debería ser modificar la composición corporal, manteniendo la masa muscular y disminuyendo la grasa corporal, esto solo es posible a través del ejercicio físico constante y una alimentación balanceada”, agregó el profesor de la UdeA.
No son suficientes ni recomendables, las restricciones calóricas altas porque se puede perder peso, reducir la grasa y a la vez, disminuir masa muscular, que impide los cambios metabólicos favorables, porque se pierde tejido metabólicamente activo (el músculo representa alrededor del 60 por ciento del peso corporal) que contrarresta los efectos deletéreos del tejido adiposo.
Por eso, insistieron los científicos, la prioridad sería asumir un programa de ejercicio aeróbico continuo o de intervalos y de fortalecimiento muscular. No obstante, los tratamientos con esfuerzo físico, deben consultarse con especialistas para asegurar el éxito del mismo y establecer las condiciones particulares.
La investigación de la relación muscular y el SM se concentra ahora en el estudio de moléculas producidas por el musculo. El objetivo es esclarecer los mecanismos del músculo en relación con el síndrome metabólico. Se trata de un trabajo interdisciplinario, en el que se experimenta con ratones para medir esa conexión y promisorio para la generación de contenidos científicos alrededor del tema.