Alimentación Costa Rica , Costa Rica, Jueves, 02 de diciembre de 2010 a las 12:37

Científicos de la Universidad de Costa Rica descubren una nueva especie de cangrejo de río

En el país estaban identificadas solamente 17 especies

UCR/DICYT Una nueva especie de cangrejo de agua dulce, que hasta la fecha se conoce únicamente en la zona sur del país, fue descrita en la Universidad de Costa Rica (UCR) por biólogos del país y un especialista brasileño. Se trata de la especie Allacanthos yawi, encontrada en el 2009 por Luis Rólier Lara Hernández y el grupo de asistentes técnicos del proyecto hidroeléctrico El Diquís, desarrollado por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) en Buenos Aires de Puntarenas.


En Costa Rica había identificadas solamente 17 especies de cangrejos de río pertenecientes a seis géneros, por lo que esta nueva especie representa la número 18 y significa para los científicos un acontecimiento muy importante.


“Describir una nueva especie de cangrejo de río para el país no es un asunto que sucede a menudo”, comentó Ingo Wehrtmann, investigador del Museo de Zoología de la Escuela de Biología de la UCR, quien junto con Lara participó en la identificación del crustáceo.


La descripción del cangrejo estuvo a cargo de Célio Magalhaes, reconocido a escala internacional como el experto en cangrejos de río de América y quien trabaja en el Instituto Nacional de Pesquerías de la Amazonía (INPA), en Brasil.


El crustáceo fue analizado por este científico gracias a un proyecto de investigación que coordina Wehrtmann y que cuenta con financiamiento bilateral del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Brasil (CNPq) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit) de Costa Rica. El descubrimiento fue publicado en la revista científica internacional Zootaxa, en setiembre de 2010.


Nombre indígena


La nueva especie de crustáceo de río fue bautizada con el vocablo indígena yawi, que significa “cangrejo de río que vive debajo de las piedras” en Cabécar, lengua de algunas comunidades que habitan la región sur del país.


La característica física más relevante del animal es su coloración. El macho tiene el caparazón de color oliva oscuro en la parte dorsal, con algunas áreas verdes; la parte ventral del animal tiene zonas de color amarillo y otras de color turquesa. Mientras que el caparazón de la hembra es de color gris azulado con manchas amarillo-verdoso, la parte ventral es amarilla con zonas azul intenso en los alrededores y patas.
Asimismo, los machos miden de ancho 2,8 centímetros como máximo por 1,6 cm de largo y las hembras 2,7 centímetros por 1,6 centímetros de ancho.
 

La descripción científica se basó en el gonopodio (estructura reproductiva del macho), la cual es muy diferente a la de las otras especies reportadas para Costa Rica y en el resto del mundo, explicaron los investigadores.

 

La hembra


La hembra se diferencia del macho -al igual que en todas las especies de cangrejos de río- por tener un abdomen mucho más ancho, que le permite llevar o incubar los huevos durante el desarrollo embrionario y, además, funciona como sitio de refugio de los juveniles una vez que estos eclosionan (salen del huevo).
Los ejemplares colectados proceden del río Volcán, ubicado en la cuenca del río Grande de Térraba. Fueron encontrados en pequeñas quebradas del río Cañas, afluente del Volcán, a una altitud que oscila entre los 920 metros y los 1.105 metros sobre el nivel del mar, en sitios cubiertos por gran cantidad de árboles y vegetación, rodeados de áreas de cultivo y pastos.


Según los biólogos, esta especie tiene una distribución restringida, ya que se encontró únicamente en quebradas tributarias del río Cañas, pero en esos sitios es relativamente más abundante que otras especies con las que convive.


Sin embargo, llamaron la atención sobre la importancia de su protección, ya que si desaparece de la zona podría significar no solo la desaparición de una especie de cangrejo para Costa Rica, sino también para todo el mundo.


Wehrtmann destacó la necesidad de conservar el hábitat del crustáceo, que actualmente está amenazado por el incremento desmedido de los cultivos de piña en la región de Buenos Aires y lugares vecinos.
El hallazgo motiva a “proteger los ríos y quebradas del país, hábitats que albergan gran número de especies de insectos acuáticos, peces y ahora cangrejos que únicamente se encuentran en Costa Rica, y que en algún grado están alterados por la contaminación”, expresó el investigador.