Salud España León, León, Martes, 15 de enero de 2008 a las 15:24

Científicos leoneses estudian el estrés oxidativo provocado por el ejercicio discontinuo en deportistas de alto nivel

Participan en un proyecto nacional en el Centro de Alto Rendimiento de Navarra para evaluar el daño en este tipo de entrenamiento

IGC/DICYT El ejercicio discontinuo es aquel que alterna series de ejercicios muy intensos con fases de descanso. Es muy utilizado por los deportistas de alto nivel porque supone una estimulación muscular constante, pero sus efectos en el organismo no son muy conocidos todavía. En este campo, un grupo de investigadores de la Universidad de León participa, junto con otros científicos españoles, en un proyecto para evaluar los efectos de este tipo de ejercicio en deportistas del Centro de Alto Rendimiento de Navarra.

 

Los científicos leoneses, dirigidos por Mar Almar, profesora del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de León, se ocupan de estudiar el estrés oxidativo al que somete este tipo de ejercicio al organismo de los deportistas. “Cuando se hace deporte se producen unas alteraciones en el organismo derivadas del incremento del consumo de oxígeno, que provoca una lesión celular”, explica la investigadora a DICYT.

 

Este proceso, conocido como estrés oxidativo, se compensa por sistemas antioxidantes que pueden ser sustancias endógenas (glutatión) o exógenas (vitamina C), de tal forma que, dependiendo del ejercicio, después de un tiempo el organismo vuelve a la normalidad. Además, “el entrenamiento mejora los sistemas antioxidantes”, argumenta Mar Almar. “Los ejercicios físicos de más intensidad y mayor duración son los que, evidentemente, más lesionan el cuerpo”, sostiene la investigadora.

 

Modificaciones moleculares

 

Los científicos leoneses analizan las células polimorfonucleares extraidas de muestras de sangre del deportista para estudiar las modificaciones a nivel molecular que provoca el estrés oxidativo. Estas células de la sangre se consideran representativas de lo que pasa en el resto del organismo. Estos indicios, así como las modificaciones de sustancias antioxidantes indican los efectos que produce el tipo de entrenamiento en cuanto a estrés oxidativo.

 

Cuando los antioxidantes no son capaces de bloquear la aparición de estrés, el organismo sufre alteraciones en las células y las moléculas que las componen (DNA, lípidos, proteínas, etc.). “Esto es capaz de cuantificarse. Por ejemplo, una alteración del DNA produce un aumento de las bases mutagénicas, mutaciones en el material genético que se mide con la 8-oxoguanina”, comenta Mar Almar. El proyecto, financiado por el Consejo Superior de Deportes, finaliza en 2009.