Ciencias Sociales España Salas de los Infantes, Burgos, Miércoles, 14 de marzo de 2007 a las 20:25

El Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas de los Infantes hace pública la existencia del mayor yacimiento de icnitas de Castilla y León

En conjunto, la superficie estimada del yacimiento es de 5.000 metros cuadrados

Sergio Corral/DICYT El Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas de los Infantes ha confirmado la existencia de un extenso yacimiento de icnitas de dinosaurios en la subcomarca de Lara que está datado en el Jurásico final, hace aproximadamente 144 millones de años. El yacimiento, que se extiende a lo largo de unos 4 kilómetros aunque aflora de forma discontinua por la existencia de vegetación y derrubios, comprende al menos dos capas sucesivas (inferior y superior) de rocas calizas. La capa principal alcanza en algunos lugares una anchura de unos ocho metros, en otros se reduce a dos y, en otros puntos, está tapada casi en su totalidad. En conjunto, la superficie estimada del yacimiento es de 5.000 metros cuadrados.

El director del Museo de Dinosaurios de Salas y miembro del Colectivo Arqueológico-Paleontológico salense, Fidel Torcida, asegura que “el número de huellas fósiles o icnitas que contiene el yacimiento, que se encuentran en un estado de conservación variable, puede ser superior a 1.000”. Una cifra que supone el 10% del total de icnitas descritas hasta 2006 en la Cuenca de Cameros, que comprende terrenos de Burgos, Soria y La Rioja. El nuevo yacimiento burgalés, prosigue Torcida, “es uno de los más extensos y con mayor número de icnitas de dinosaurios de toda Castilla y León ya que en Soria, el yacimiento de Valles de Valdelalosa, posee una extensión aproximada de 3.000 metros cuadrados y, hasta ahora, se han identificado en él unas 300 huellas”.

El yacimiento burgalés contiene huellas de dinosaurios Terópodos (carnívoros), Ornitópodos (herbívoros) y Saurópodos (herbívoros de gran tamaño y tonelaje). Las huellas saurópodas corresponden a la pisada de manos y pies y conservan detalles anatómicos como marcas de los dedos, “algo muy escaso en los yacimientos españoles”, matiza Fidel Torcida. Además de éstas, otras huellas encontradas se corresponden “con el arrastre de cola y con unos surcos que se interpretan como hozaduras en el barro de los dinosaurios, lo que sugiere una conducta de búsqueda de alimento dentro del sustrato”.

En cuanto al estado de las huellas encontradas, Torcida avanza que “gran parte de ellas tiene una buena conservación, por lo que facilitará su estudio”. Además, continúa, “la gran extensión del yacimiento constituye un amplio escenario de los ecosistemas burgaleses de finales del Jurásico, en el que también habrá quedado reflejado el comportamiento de dinosaurios de varias especies”. En cuanto al paisaje, el científico explica que el correspondiente al de aquella época “consistía en un lago extenso y poco profundo, que sufría con frecuencia oscilaciones de su nivel de agua, de modo que las orillas quedaban expuestas y los dinosaurios se desplazaban por amplias áreas fangosas buscando agua y alimento”. En este sentido añade que “en las rocas procedentes de los sedimentos de ese lago se han encontrado fósiles de algas y caracoles acuáticos”.

“El descubrimiento de este megayacimiento refuerza la importancia de Castilla y León, y de Burgos en particular, en restos de huellas de dinosaurios, triplicando el número de icnitas conocidas en nuestra provincia hasta el momento”, remarca. El futuro de este yacimiento, según Torcida, “pasa por su excavación, al menos parcial, su estudio y su puesta en valor sin olvidar que, por supuesto, ese futuro está ligado al de la candidatura de las icnitas de Dinosaurios de la Península Ibérica a Patrimonio Mundial”. Aunque este yacimiento no esté integrado en la candidatura, su existencia no hace sino subrayar las opciones de la misma a alcanzar el citado galardón.

Una campaña prolífera en resultados

Fue durante el otoño de 2006 cuando la empresa Dinocyl, a instancias de la Junta de Castilla y León, realizó la quinta campaña de inventario paleontológico de la Sierra de la Demanda cuyo objetivo principal fue el de poner en valor los restos fósiles encontrados en los términos municipales de Campolara, Cascajares de la Sierra, Hortigüela, Jaramillo de la Fuente, Jaramillo Quemado, Lara de los Infantes, Mambrillas de Lara, San Millán de Lara, Torrelara, Villaespasa y Villoruebo, además de cinco ledanías o terrenos comunales pertenecientes a varios municipios. El equipo de trabajo ha estado formado por miembros del Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas.

La prospección, que fue llevada a cabo por miembros del Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas, abarcó un total de 259 kilómetros cuadrados en los que se consiguieron inventariar 26 nuevos yacimientos, por lo que el número de éstos catalogados hasta el momento en la sierra burgalesa asciende a los 230. “El trabajo de exploración ha permitido la incorporación al inventario de yacimientos de gran importancia, entre los que destacan cuatro nuevos yacimientos de icnitas u otros con restos óseos de dinosaurios y de restos fósiles de vegetales”, confirma.

Los resultados de este proceso de catalogación confirman, según Torcida, “el elevado número y la concentración de afloramientos de restos fósiles del Mesozoico en esta parte de la Sierra de la Demanda, dentro de la comarca de Salas de los Infantes”. Además, avanza que debido a la cantidad de yacimientos, “se prevé la necesidad de realizar al menos una campaña más para completar el inventario paleontológico de la Sierra burgalesa”.

Por último, Fidel Torcida considera conveniente el gestionar el patrimonio paleontológico “como un recurso científico asociado a la dinamización económica y turística de los lugares donde aflora”.