Tecnología España León, León, Lunes, 08 de octubre de 2007 a las 17:47

El Inbiotec dispone de uno de los cuatro aparatos para el análisis de proteínas más avanzados de España

La técnica, que pronto ofertará el centro, sirve para identificar qué compuestos están asociados a algunas patologías o cuáles pueden ser útiles en la producción de fármacos

IGC/DICYT El Instituto de Biotecnología de León, Inbiotec, dispone de uno de los cuatro espectrómetros de masas más avanzados de España. Sólo hay tres iguales, dos en Madrid y uno en La Coruña y su método para identificar proteínas se basa en cuantificar la masa específica de cada uno de estos compuestos; una operación muy precisa que se puede aplicar a campos como la Medicina o la Biotecnología, y que ha animado a Inbiotec a lanzar un servicio de análisis proteómicos para clientes como la Universidad o diversas empresas de la región.

En concreto se trata del modelo 4800 de Applied Biosystems, un espectrómetro de masas que utiliza una tecnología llamada MALDI TOF/TOF. Este aparato es capaz de identificar proteínas procedentes de fuentes líquidas (disolución) o sólidas (geles). Las muestras (un tejido humano en el que se quiere ver cómo actúa una enfermedad, bacterias…) se someten a un proceso para digerir las proteínas, esto es, hacerlas más pequeñas para que el equipo las pueda analizar.

“Cada trozo de proteína tiene un masa específica por su composición de aminoácidos”, cometa a DICYT el doctor Carlos Barreiro, responsable del servicio de Proteómica de Inbiotec. Con este aparato se identifica esa masa: los fragmentos de proteínas se colocan en las celdas de una placa que será introducida en el espectrómetro. En su interior, las proteínas (que están insertas en una matriz) reciben el impacto de un láser, que hace que éstas se carguen.

 

Vuelo de los iones

Cuando esto sucede, “se transforman en iones” que ‘vuelan’ por un tubo situado en estado de alto vacío para facilitar que los iones vuelen libremente, sin que el oxígeno los entorpezca. En su parte superior este tubo tiene un detector, que registra antes la llegada de los fragmentos más pequeños. “Como sabemos el momento justo en el que se les disparó con láser, al calcular el tiempo que han tardado en llegar se puede determinar su masa”, explica Barreiro.

La identificación se consigue mediante la comparación de los datos obtenidos con los de bases de datos donde se encuentra registrado el peso de las proteínas. Sin embargo, las dificultades surgen cuando las masas no corresponden con lo que dicen las bases de datos. “Tienes que tener el aparato muy bien calibrado y darle un cierto margen de error a las búsquedas. Nos movemos en rangos de masas muy pequeños”, opina el científico leonés.

 

Aplicaciones

La aplicación de esta técnica consiste en identificar las proteínas para poder compararlas. En Medicina, por ejemplo, se puede identificar las proteínas que actúan en los tejidos de una persona sana y compararlas con las de una persona enferma para ver qué diferencias hay. Otra aplicación consiste en comparar tipos de bacterias que producen antibióticos, aminoácidos, vitaminas o inmunosupresores para comprobar qué es lo que hace que una cepa produzca más que otra. Estos son los análisis que está realizando actualmente Inbiotec.

El Instituto pretende ofrecer el servicio para clientes externos, entre los que se encuentra las Universidades, Hospitales o empresas que requieran este tipo de análisis. El precio del aparato es de unos 480.000 euros, una inversión que no se ha hecho a la ligera. Según Barreiro, han comparado muchos centros de investigación y han visto cuál es la tecnología más puntera en el campo de la Proteómica. “Este equipo aporta más rapidez y resolución en los análisis que otros equipos”, justifica Barreiro.

Una técnica en auge
La espectrometría de masas es una técnica ya conocida, pero que se ha puesto de moda con el auge de la Biotecnología. A ello ha contribuido el desarrollo paralelo de los ordenadores, necesarios para procesar los datos. Es una de las técnicas más utilizadas en Proteómica, la ciencia que estudia las proteínas, su correlación con los genes y sus funciones. Así, mientras que la Genómica analiza el gen, la Proteómica se encarga de su producto final, es decir, la proteína, que será la encargada de realizar casi todas las acciones de las que depende un ser vivo.

Actualmente, el desarrollo de la secuenciación de genomas completos de seres vivos ha complicado la idea de que a un gen le correspondería una sola proteína. Según Carlos Barreiro, “al secuenciarse genomas completos tenemos un grupo de genes, más un grupo de RNA (transcriptores), más un grupo de proteínas. Los análisis tienen que ser más globales”. Por eso los instrumentos deben ser cada vez más precisos.