El Instituto de Neurociencias analiza el papel de la amígdala cerebral en las emociones y la toma de decisiones
JPA/DICYT El Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) ha acogido hoy una conferencia de Loreta Medina, especialista de la Universidad de Lleida que estudia las divisiones de la amígdala cerebral. Esta estructura del cerebro presenta una gran complejidad tanto por su morfología como por sus funciones, pero las investigaciones más recientes han conseguido resultados acerca de su implicación en procesos como las emociones, los instintos y la toma de decisiones, entre otros.
"La amígdala está en el cerebro anterior y se considera la estructura más compleja conocida por el ser humano", ha destacado la investigadora en declaraciones a DICYT. "Hace mucho tiempo que se sabe que esta estructura es muy importante para el comportamiento emocional y social, pero en los últimos tiempos también hemos conocido que está involucrada en la toma de decisiones o en el control de los reflejos instintivos de los animales", apunta.
En concreto, el trabajo de los investigadores de la Universidad de Lleida se centra en el estudio anatómico y funcional de la amígdala, analizando los genes reguladores del desarrollo involucrados en la formación de partes concretas del encéfalo. "Hemos visto que la amígdala está formada por subdivisiones que tienen un origen embriológico diferente y eso explica por qué esta estructura tiene partes de tipo excitante, relacionadas conla toma de decisiones, y otras de tipo inhibidor, relacionadas con el control de reflejos instintivos, como la reproducción o la defensa", señala.
La organización anatómica y funcional de la amígdala cerebral es extraordinariamente compleja pero se está descifrando a través de estudios sobre su desarrollo. Para ello, los científicos utilizan modelos de mamíferos en los que ya se han descifrado el genoma, como es el caso del ratón. Sin embargo, "la estructura de la amígdala es consecuencia de una historia evolutiva, por eso estamos usando también otros modelos animales, como el pollo o las ranas", indica Medina. En cualquier caso, su objetivo consiste en identificar subdivisiones de la amígdala y ver cómo han ido variando con los cambios evolutivos, ya que dichos cambios han ocurrido primero en los genes involucrados en el desarrollo.
Claves de la evolución
En ese sentido, "las zonas que más han evolucionado en la amígdala son las de la parte excitadora, relacionada con la corteza cerebral", comenta. Por ejemplo, "en las aves se han desarrollado mucho las zonas relacionadas con el aprendizaje del canto hasta el punto de que son capaces de repetir sonidos que les enseñamos, como los loros". Estos desarrollos resultan tan complejos que no aparecen en mamíferos como los roedores. "Muchos grupos de investigación usamos las aves para entender cómo las estructuras cerebrales son capaces de aprender nuevos sonidos", apunta. De hecho, su estudio ayuda a entender otras áreas concretas del lenguaje en primates y en el ser humano, que son los únicos mamíferos que han logrado desarrollar cierto tipo de lenguajes, como matemático.