Salud España , Salamanca, Viernes, 12 de septiembre de 2008 a las 18:52

El Instituto de Neurociencias y expertos brasileños elaborarán un atlas virtual del encéfalo de primates

Un científico brasileño que estudia la anatomía química de la corteza prefrontal en monos ha visitado Salamanca

José Pichel Andrés/DICYT El Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl), con sede en Salamanca, y un grupo de científicos de la Universidade Estadual Paulista (UNESP), de Brasil, están iniciando un proyecto que pretende elaborar un atlas virtual del encéfalo de primates con el objetivo de almacenar la mayor cantidad de datos sobre este campo, especialmente, en previsión de que algún día la investigación con estos animales pueda ser prohibida. La visita a Salamanca de un experto brasileño que estudia la corteza prefrontal en la especie Cebus apella sirve para reforzar ésta y otras colaboraciones.

 

"Nos preocupa que de aquí a cierto tiempo no podamos trabajar más con monos, así que hay que poner a disposición del resto de la comunidad científica rápidamente esta información para que tenga las imágenes de cómo es el encéfalo sin utilizar nuevos monos para sus investigaciones", ha señalado en declaraciones a DiCYT Roelf Cruz Rizzolo, jefe del Departamento de Ciencias Básicas de la UNESP.

 

"Conociendo las semejanzas y las diferencias entre humanos y primates se pueden criar modelos animales experimentales para enfermedades como el Alzheimer y otras, donde se puede repetir la patología en el animal y tratarla en él", indica el científico. En su opinión, la Ciencia podría encontrar un camino alternativo, pero la velocidad con la que obtiene respuestas sería más lenta. "Ése es el dilema de la humanidad, en algunos casos no podemos utilizar métodos alternativos a la investigación con animales", señala. Por eso, "la discusión ética, a la que no puede dar respuestas la Ciencia, es si tenemos derecho a usar a los animales para vivir más y mejor, cosa que hoy en día sí se hace", añade.

 

Corteza prefrontal
 

Roelf Cruz Rizzolo ha ofrecido hoy en la sede del Incyl una conferencia sobre su trabajo. "Estudiamos la anatomía química de la corteza prefrontal y queremos saber cuáles son las sustancias que predominan en determinadas áreas y cómo éstas se conectan con otras áreas", apunta. Por ejemplo, los científicos brasileños investigan cómo el área que procesa la información visual se conecta con la que se encarga de la memoria. Además, "al conocer la estructura normal de la distribución de una determinada sustancia química, podemos comparar lo que sucede en enfermedades como la esquizofrenia humana, en la que se ve que hay una alteración de un determinado tipo de neuronas".

 

La corteza prefrontal tiene varias regiones diferentes, aunque todas se relacionan con procesos complejos del procesamiento mental. Por ejemplo, la región dorsolateral está relacionada con la organización temporal del comportamiento, es decir, con planear acciones en el futuro y cambiar de estrategia si es necesario. Por otra parte, la corteza orbital se relaciona con procesos de toma de decisiones, de manera que una lesión en esta zona se asocia en seres humanos con decisiones equivocadas.

 

Menor distancia evolutiva

 

Para estudiar todos estos aspectos, el especialista brasileño considera que sólo son válidos los primates. "Si lo hacemos con ratas, hay una distancia evolutiva que hace que los resultados no sean comparables con el ser humano", asegura. En este sentido, "hay que trabajar con los primates de manera muy seria y responsable y sólo para cuestiones muy importantes, pero te dan un tipo de información que no se puede obtener de otra forma". Antes de cada experimento, dos comisiones de ética experimental de la UNESP evalúan si es realmente necesario realizar una investigación con monos.

 

En su caso, los investigadores brasileños utilizan la especie Cebus apella, propia de América del Sur. "Contamos con un pequeño contingente de animales que utilizamos para investigación científica, pero el objetivo también es preservar la especie, de manera que nacen unos 30 ejemplares al año en nuestro centro", comenta el científico. "Estos monos podrían provocar un problema ecológico si se dejan sueltos porque son hiperactivos", añade. Hace años, la acción predadora del hombre provocó una disminución radical de ejemplares, de forma que en la actualidad se están repoblando algunas zonas pero de forma controlada, en una estrecha colaboración entre biólogos y neurólogos brasileños a la que ahora se unirá el Incyl.