El IOBA acoge un seminario sobre la aplicación clínica de las células madre epidérmicas del pelo
BGA/DICYT Fernando Serrano, investigador del Departamento de Inmunología y Oncología del Centro Nacional de Biotecnología del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), impartió esta tarde un seminario en el Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) acerca de las aplicaciones clínicas que podrían tener las células madre epidérmicas del pelo, sobre las que vienen realizando estudios desde hace cuatro años.
El médico especialista indicó que se trata de células que se pueden modificar genéticamente y que permiten la creación de tejidos epiteliales que podrían tener múltiples aplicaciones. En este sentido, indicó que una de estas aplicaciones podría ser en el campo ocular, para transplantes en el epitelio corneal, aunque ellos no han estudiado esta vía, ya que se han centrado en otras aplicaciones. Sin embargo, señala que podría ser una línea de estudio a desarrollar por el IOBA en el futuro.
Fernando Serrano indicó que su investigación “permite hacer piel in vitro a partir de células madre de pelo y modificarlas genéticamente para dar una función nueva a estos tejidos epiteliales”. En este caso, han conseguido ya crear piel con hormonas que son deficitarias en determinadas enfermedades como la hemofilia, enfermedad que provoca una falta de coagulación por la carencia de una sustancia conocida como factor 8 ó 9. Según apuntó el doctor, “una vez modificadas las células, estas son implantadas e irán segregando ellas solas ese factor del que carece el enfermo, permitiendo curar la dolencia y actuando como una bomba de segregación”.
Hasta el momento no se ha aplicado en humanos, y este investigador espera que los ensayos con personas se puedan realizar en un plazo máximo de dos años. Hasta entonces continúan investigando en algunas líneas de aplicación, entre las que destaca por lo avanzada que está la que modifica las células madre para conseguir que segreguen determinadas proteínas.
En este caso, la aplicación serviría para múltiples enfermedades congénitas provocadas por la falta de una proteína circulante, como por ejemplo el enanismo. En este caso, según las primeras investigaciones realizadas por el CSIC, bastaría con trasplantar aproximadamente un 5% de la piel del enfermo para conseguir su curación, ya que las células implantadas irían segregando las proteínas necesarias para ello.
Otro caso sería por ejemplo el de la hemofilia, ya que se necesitaría un trasplante a mayor escala y eso resulta más complicado.
Según apuntó Fernando Serrano, “esta técnica resulta especialmente importante para enfermedades minoritarias, puesto que el modo de aplicación sería similar y la investigación para su aplicación se reduciría notablemente”.