Health Spain , Valladolid, Monday, May 03 of 2010, 18:22

“El medio ambiente activa el factor genético responsable del asma”

Los especialistas José Luis Aller y José Luis Carretero ponen al día la enfermedad con motivo del Día Mundial del Asma, que será mañana

CGP/DICYT Según estudios elaborados a nivel nacional, un 7’6 por ciento de la población española (unos 3 millones de adultos y 500.000 niños) padece asma. Extrapolando estas cifras, en Castilla y León cerca de 190.000 ciudadanos sufrirían la enfermedad, cuya prevalencia se ha incrementado en un 62 por ciento en adultos desde 1991 y duplicado en niños durante el mismo periodo. José Luis Aller, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, ha señalado en declaraciones recogidas por DiCYT que el asma “tiene una base genética en el 85-90 por ciento de los casos”. No obstante, el responsable de poner en marcha ese factor “es casi siempre el medio ambiente”.

 

“Para que una persona con trasfondo genético llegue a ser asmático tiene que haber una interacción de su aparato respiratorio con el medio ambiente, con el aire que respira”, ha asegurado, algo que está directamente relacionado con el aumento de la prevalencia en los últimos años. “El aire que entra actualmente en las vías respiratorias es más perjudicial que el de hace unos cuantos años”, añade, ya que con frecuencia éste contiene “virus y contaminantes irritantes de los bronquios” o “es muy frío y tiene cambios de temperatura y humedad”.

 

De este modo, señala, hay otro grupo de pacientes que sin haber recibido un factor genético terminan siendo asmáticos, adultos que nunca han tenido problemas de asma pero que debido a la calidad del aire en su entorno acaban sufriendo una inflamación de sus vías respiratorias”. En este sentido, hay muchos trabajos que pueden dar lugar al denominado “asma profesional”, como los peluqueros o los técnicos de laboratorio que manejan productos químicos agresivos e irritantes.

 

El asma es una enfermedad del aparato respiratorio que afecta a la tráquea y a los bronquios. Consiste en una inflamación traqueo-bronquial crónica que cuando se agudiza produce síntomas como tos, pitidos en el pecho o sensación de falta de aire. Con motivo del Día Mundial del Asma, que se celebrará mañana, el doctor Aller ha ofrecido algunos datos relacionados con la enfermedad que han sido recogidos en el Hospital Clínico, Así, en 2009 167 asmáticos acudieron al centro por crisis que requerían un tratamiento urgente. De ellos fueron ingresados el 44 por ciento y sólo dos necesitaron ser tratados en la UVI. “Aunque sólo sean dos personas este dato demuestra que el asma puede agudizarse tanto que los asmáticos sólo pueden salir de su crisis siendo atendidos en una UVI”, subraya.

 

En la misma línea José Luis Carretero, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Río Hortega de Valladolid, ha apuntado que 344 personas acudieron a urgencias el pasado año ante una crisis de la enfermedad, “de las cuales cerca de un tercio quedaron ingresadas y dos fueron a la UVI”. Además de los problemas individuales, el asma tiene importantes repercusiones sociales “siendo la segunda causa de absentismo laboral tras la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónoca)”. Además, es la enfermedad más frecuente en la infancia y según el estudio Asmacost supone unos costes de 1.600 millones de euros al estado.

 

Inmunoterapia y control del asma

 

Respecto al tratamiento del asma a través de inmunoterapia (vacunas), ambos especialistas consideran que no es efectiva. “Parece ser que la única inmunoterapia que reduce la sintomatología del asma es la dirigida contra la alergia al polen de las gramíneas. Pero cuando uno tiene alergia a casi todos los pólenes, como es frecuente, la eficacia también se reduce”, insiste José Luis Aller, por lo que “desde el punto de vista del asma la inmunoterapia tiene poco papel en su buen control”. Por su parte, José Luis Carretero destaca que las sociedades científicas más avanzadas no preconizan este tratamiento, ya que “la relación riesgo-beneficio es alta y no está demostrado que se cure nadie salvo asmas muy leves o sensibilizaciones muy concretas”.

 

Por este motivo la terapia básica depende del tipo de asma. Si es intermitente los broncodilatadores pueden ser efectivos, aunque si persiste se recomienda el uso de antiinflamatorios, que normalmente son corticoides por vía inhalatoria en dosis muy bajas. Aparte, recientemente ha salido al mercado una nueva medicación basada en el bloqueo de una proteína que está “en el centro de toda la inflamación alérgica del asmático”, de forma que “pueden controlarse más enfermos como los asmáticos alérgicos severos”. También están en ensayo, resalta, ciertos bloqueadores de productos inflamatorios así como de las citoquinas IL-5. “Hay una altísima investigación para lograr mejores medicamentos”, concluye.

 

Sólo un 44% diagnosticado
Por otro lado, el doctor Carretero ha incidido en que sólo un 44 por ciento de los asmáticos está diagnosticado, un dato que ha calificado de “sorprendente” dada la mala calidad de vida, con catarros continuos o imposibilidad de hacer ejercicio que origina la falta de control de la enfermedad. En cuanto al tratamiento, afirma que el 26 por ciento no lo tienen correcto y el 60 por ciento no lo cumple bien. “Cuando se encuentran mejor lo dejan o no lo toman adecuadamente, lo que es la causa principal de tener mala calidad de vida”, recalca. De esta forma, sólo uno de cada tres asmáticos está bien controlado. Sin embargo, la tasa de mortalidad ha descendido, pasando de nueve fallecimientos por 100.000 habitantes en los años 60 a sólo dos en 2005. “El mensaje que queremos transmitir es que hoy se puede vivir bien, con buena calidad de vida, a pesar de ser asmático”.