El neurocientífico Rodolfo Llinás recibe la Medalla de Oro del CSIC
CSIC/DICYT El investigador Rodolfo Llinás (Bogotá, 1934) ha recibido este martes la Medalla de Oro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la máxima distinción que otorga el organismo, por su contribución a las neurociencias, en concreto, “por sus aportaciones al conocimiento del funcionamiento cerebral, que han sido continuas y de gran importancia desde el comienzo de su carrera”.
Llinás, que actualmente trabaja en el Departamento de Fisiología y Neurociencia de la Universidad de Nueva York, ha recibido este reconocimiento en una ceremonia celebrada en la sede central del CSIC en Madrid. El acto, incluido dentro del programa de actividades del CSIC para celebrar el Año de la Neurociencia en España, promovido por la Sociedad Española de Neurociencias, ha contado con la intervención del presidente del organismo, Emilio Lora‐Tamayo, y la secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela.
Lora‐Tamayo ha explicado que el CSIC ha decidido otorgarle este año su máxima distinción al colombiano “por sus contribuciones al conocimiento del funcionamiento del cerebro desde el nivel subcelular al sistémico”. “El trabajo del doctor Llinás, una de las figuras más relevantes de la neurociencia actual, mantiene un permanente impacto en la evolución del conocimiento neurobiológico”, ha destacado el presidente del CSIC.
El colombiano ha agradecido el premio con una conferencia titulada Cerebro y Mente: dos caras de la misma medalla, en la que ha reflexionado acerca de la cognición, entendida “como el proceso premonitor de la intencionalidad, estrategia y táctica motora y la única expresión tangible del sistema nervioso respecto al mundo externo”.
Entre las aportaciones más relevantes de la investigación de Llinás, destaca la caracterización de las propiedades intrínsecas de las neuronas. Crucial ha sido también su formulación de la teoría del síndrome de la disritmiatalamocortical, la cual ha cambiado, en buena medida, la manera de entender el funcionamiento global del cerebro. En concreto, el neurocientífico sitúa la conciencia en el diálogo entre eltálamo y la corteza. La conectividad entre estas dos regiones cerebrales se sustenta en las propiedades intrínsecas de cada elemento neuronal, lo que genera “oscilaciones” o “ritmos” de determinadas características. Así, en un estado dormido, el tálamo “oscila” a frecuencias bajas, mientras que en un estado activo y consciente lo hace a frecuencias altas. Patologías como la depresión, la epilepsia o el Párkinson están relacionadas con estas oscilaciones neuronales, de ahí la importancia de esta teoría, que unifica neurología y psiquiatría.
Una vida dedicada al cerebro
Llinás inició su carrera profesional en 1959 como instructor de neurofisiología en la Universidad Nacional de Colombia. Tras trabajar, entre 1960 y 1961, en el Hospital General de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, se trasladó a la Universidad de Minnesota, donde permaneció entre 1961 y 1963. En 1963 fue nombrado investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Australian National University. En 1966 fue nombrado miembro del Instituto para Investigaciones Biomédicas, en Chicago (Illinois). Hasta 1970 permaneció en este Instituto desempeñando el cargo de jefe del Departamento de Neurofisiología.
De 1970 a 1976 fue profesor y coordinador de la División de Neurobiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Iowa. En 1976, la Universidad de Nueva York lo nombró profesor y director del Departamento de Fisiología y Neurociencia de la Escuela de Medicina, cargo que ocupó hasta final de 2011. A principios de 2012, fue nombrado profesor universitario de la Universidad de Nueva York. Desde 1985 ostenta el título de Thomas and Suzanne Murphy Professor of Neuroscience en la Escuela de Medicina de esta universidad.
Entre sus últimos trabajos destaca el desarrollo de una nueva generación de chips que funcionan como neuronas y que abren nuevas posibilidades a campos como la computación y la robótica. Además, ha dirigido el programa científico Neurolab de la NASA, dedicado a estudiar el efecto de la falta de gravedad sobre el desarrollo y la función del sistema nervioso.
Estas aportaciones lo han hecho merecedor de premios y distinciones como el John C. Krantz Award de la Universidad de Maryland; la Medalla Albert Einstein de la UNESCO, la Orden de Boyacá de la presidencia de la República de Colombia; el Premio Robert S. Dow en Neurociencias de la Universidad de Oregón, y el Premio Signoret en Cognición de la Fundación Ipsen, entre otros.
Ha sido nombrado miembro de numerosas academias, como la Academia de Ciencias de los Estados Unidos, la Academia Francesa de la Ciencia, la Academia Nacional de Medicina de Colombia y la Real Academia de Medicina de España. Además, ha sido distinguido con doctorados Honoris Causa por las universidades de Salamanca, Barcelona, Complutense de Madrid, Nacional de Colombia y Los Andes en Bogotá. Con la Medalla de Oro del CSIC, Llinás pasa a engrosar la lista de personalidades que han recibido esta distinción, entre los que se encuentran el científico británico Stephen Hawking, distinguido en 1989, y la NASA, que obtuvo el reconocimiento en 1999.