Ciencias Sociales España , Internacional, Martes, 28 de junio de 2005 a las 14:57

El reactor de fusión nuclear ITER se construirá en el emplazamiento francés de Cadarache

España albergará la sede que gestionará la contribución europea al proyecto internacional

Beatriz G. Amandi/DICYT Las delegaciones de los países promotores del proyecto internacional de crear un reactor de fusión nucler ITER (Unión Europea, Japón, Rusia, Estados Unidos, China y Corea) han acordado hoy en Moscú que la construcción de esta gran instalación científica se lleve a cabo en Cadarache, en el sureste de Francia. Esta instalación no entrará en funcionamiento hasta dentro de 20 años aproximadamente, y será capaz de producir diez veces más energía de la que necesita para ponerse en funcionamiento. España albergará en Barcelona la sede que gestionará la aportación europea al proyecto, actividad que comenzará a finales de este año.

La decisión sobre el emplazamiento español viene motivada por un acuerdo alcanzado por el Consejo de competitividad de la Unión Europea en noviembre de 2003, debido a la retirada de la candidatura española para apoyar una única europea, que finalmente ha vencido sobre la propuesta japonesa.


4.500 millones de euros

 

El presupuesto de construcción del proyecto ITER asciende a 4.500 millones de euros, que durante diez años precisará el trabajo directo de 5.000 profesionales. El periodo de funcionamiento previsto es de 20 años, con un presupuesto anual de operación de 240 millones de euros. En la actualidad se espera que el primer plasma de ITER se produzca en el año 2015.

El ITER persigue, por medio de una colaboración internacional sin precedentes, demostrar la viabilidad científica y tecnológica de la fusión como fuente de energía. Para ello acometerá la construcción de la máquina experimental de fusión por confinamiento magnético de mayores dimensiones y complejidad de las construidas hasta la fecha, que integrará en un único dispositivo todas las tecnologías que serán necesarias en las futuras plantas. La operación del dispositivo demostrará el objetivo de amplificación de potencia, generando hasta 500MW de potencia de fusión, y el quemado sostenido de plasmas a temperaturas por encima de 100 millones de grados centígrados, con el régimen estacionario como objetivo último.

En el ITER realizarán ensayos integrados de los componentes necesarios para el uso práctico de la energía de fusión. El éxito del proyecto ITER debería ser continuado con la construcción de la primera planta de demostración de energía eléctrica.

 

La fusión nuclear
La fusión nuclear es un proceso mediante el cual núcleos ligeros de átomos se fusionan para crear núcleos más pesados, en un proceso similar al que ocurre en las estrellas como el Sol y que hace que éstas produzcan energía. En los años 20 del siglo pasado se descubrió este proceso como origen de la gran cantidad de energía que produce el Sol y, desde entonces, se busca el modo de controlar esta energía para poder producirla en la Tierra.

En un reactor de fusión se unen núcleos de átomos ligeros (isótopos de Hidrógeno) de modo que liberan energía en el proceso. Pero esta reacción sólo se produce a temperaturas extremas de unos 150 millones de grados centígrados, lo que hace que la materia pase a un estado que se conoce como plasma y que no es sino un gas caliente de partículas cargadas eléctricamente denominadas iones. Este plasma se puede confinar en un reactor en forma de anillo que lo contiene a a través de campos magnéticos, de modo que evita cualquier contacto exterior que pueda alterar su estado.

Este anillo libera energía contínuamente, fruto de la fusión que se realiza en él, y ésta es la energía que se aprovecha para la generación eléctrica. Este sistema supone importantes ventajas medioambientales, ya que no produce gases y para su funcionamiento necesita como materia prima o combustible el Deuterio y el Litio, componentes ambos abundantes en la Tierra.

El único elemento radioactivo que se produce en el reactor es el tritio, un gas que se produce a partir de las reacciones del litio, pero que tiene lugar en pequeñas cantidades que no llegan a suponer nunca un peligro. Además, la parte más expuesta a radiación será la pared del reactor de fusión, que sí se puede volver radioactiva después de un tiempo, pero cuya carga peligrosa desaparece en un periodo máximo de 50 años, por lo que no llegará nunca a suponer un problema para las nuevas generaciones.