El superordenador de Castilla y León desarrollará un innovador modelo sobre el comportamiento de la vid
Antonio Martín/DICYT Caléndula, el superordenador de Castilla y León, será el motor de un innovador modelo de comportamiento de la vid. Los máximos responsables de la Fundación Centro Supercomputación de Castilla y León (FCSCL), el Instituto de la Viña y el Vino de Ponferrada (de la Universidad de León) Bodegas Emilio Moro han firmado hoy dos convenios de colaboración para que este supercomputador realice los cálculos que determinen, de forma matemática, por qué unos determinados terrenos producen vinos de mayor calidad y poder extrapolar estas características a otros espacios en la misma bodega. "Nadie hasta ahora había planteado un modelo de comportamiento de este tipo", advierten los directores de la FCSCL, Luis Muñoz, y del instituto de investigación, José Enrique Garzón.
El proyecto de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) nació, según explica a DiCYT José Enrique Garzón, de una propuesta de la propia bodega y el centro de computación. "Durante esta década, hemos acumulado cientos de miles de datos de Emilio Moro, especialmente de los vinos Malleolus de Sanchomartín y Malleolus de Valderramiro", expuso el científico. Estos malleolus son vinos de alta gama de los que la bodega produce pocos miles de botellas. Los datos se centran fundamentalmente en las características del suelo, el material vegetal, los mostos y e vino. "Ahora queremos extrapolar lo que conocemos de estas parcelas al resto de la zona de la Ribera del Duero que ocupa esta bodega", comentó.
Para analizar toda esta información, Garzón indica que "son necesarios equipos informáticos potentes en los que podamos correlacionar los datos, modelizarlos y ver si son extrapolables al resto de las parcelas". "Para realizar esta labor, buscaremos o diseñaremos herramientas de minería de datos con los que podamos establecer los patrones", añade Luis Martín, director de la Fundación Centro Supercomputación de Castilla y León. Los convenios firmados para comenzar esta labor tienen una vigencia de dos años, pero los responsables no saben calcular cuánto durará este proceso estadístico: "Nadie hasta ahora había planteado un modelo de comportamiento de este tipo", resaltan ambos.
La filosofía de la investigación se encuentra más "en la búsqueda de la calidad en los vinos" que en el incremento de producción, expone Garzón. "La bodega quiere conocer las cualidades que aporta el terroir de sus vinos de gran calidad y cómo puede extrapolar estas características a otras parcelas". Con el modelo matemático, los investigadores esperan influir en alguno de los "pilares" del terroir, un galicismo por el que se conoce en el mundo de la Enología el espacio concreto que permite lograr un producto concreto e identificable. "Estos pilares son el clima, la planta, el suelo y el manejo", resume Enrique Garzón. "El manejo es fundamental para cambiar la calidad de n vino, puesto que puede influir en los otros tres, de carácter más fijo".
Una vez conseguido el modelo de comportamiento, los investigadores tratarán de verificarlo en el campo, una labor que se prolongará "uno o dos años más", expone Luis Muñoz. "Además, hay que tener en cuenta que no sólo manejaremos datos ya almacenados, sino que durante el proceso se añadirán nuevos", añade Garzón. En la labor trabajarán técnicos de la bodega, que proveerán de la información, y un ingeniero agrónomo que desarrollará el modelo matemático.
Los convenios
Los dos convenios suscritos hoy vincula por una parte al Centro de Supercomputación y al Instituto de la Viña y el Vino, y, por otro, a los tres participantes en el proyecto de I+D+i. El primer texto establece un régimen general de colaboración por el que el superordenador aportará el desarrollo de cálculos, procesamiento de datos y proyectos de I+D+i que mejoren la calidad de los vinos y las viñas de las bodegas que colaboran con el instituto. El segundo establece la adhesión de Bodegas Emilio Moro al convenio para desarrollar proyectos como el de modelización.
Concretamente, este convenio establece la correlación del estado nutricional a nivel de suelo-planta-fruto, el desarrollo de un programa de gestión sostenible sobre la fertilidad del viñedo, el estudio y corrección de los desórdenes nutricionales del viñedo, la evaluación y control del estado sanitario de plantas que presentan sintomatología de hongos causantes del decaimiento de la vid, la identificación de parámetros para la obtención de vinos de alta calidad y otras iniciativas. Firmaron los acuerdos el consejero de Fomento y presidente de la Fundación Centro Supercomputación de Castilla y León, Antonio Silván; el rector de la Universidad de León, José Ángel Hermida; y el consejero delegado de la bodega, José Moro.