Medio Ambiente Venezuela , Venezuela, Lunes, 25 de enero de 2021 a las 12:53

Encuentran una baja diversidad genética en las especies de manatíes a lo largo de la costa Atlántica

El estudio da la voz de alarma para poner en marcha mejores acciones de conservación

DICYT - En todo el mundo, la megafauna marina está en riesgo de extinción debido al cambio climático, la pérdida de hábitats, la contaminación, la caza excesiva, la fragmentación de sus poblaciones y la hibridación con otras especies en áreas perturbadas por humanos. Los estudios genéticos pueden ayudar a determinar el estado de conservación de los animales marinos, identificando amenazas para la conservación de especies y aportando información para intervenciones y políticas, como la protección de puntos críticos de diversidad o corredores para el flujo de genes.


El manatí antillano (‘Trichechus manatus manatus ‘) y el manatí amazónico (‘Trichechus inunguis ‘) están clasificados como Vulnerables en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN. Los manatíes antillanos se encuentran en la mayor parte del Caribe y a lo largo de la costa atlántica de América Central y del Sur. En contraste, el manatí amazónico se encuentra exclusivamente en la desembocadura del río Amazonas.


Históricamente, ambos fueron cazados de forma intensiva. Aunque la presión de la caza ha disminuido, ambos siguen en riesgo debido a nuevas amenazas antropogénicas, especialmente la degradación del hábitat y las colisiones con barcos. Los manatíes tienen requisitos de hábitat estrictos, principalmente lugares con pastos marinos y agua dulce, como los estuarios. Debido a la continua presión humana sobre sus hábitats, las poblaciones han disminuido, lo que podría conducir a una disminución de la variabilidad genética.


En un nuevo estudio publicado en ‘Frontiers in Marine Science’, los investigadores midieron por primera vez la diversidad genética de los manatíes a gran escala geográfica, a lo largo de toda la costa norte de América del Sur. Encontraron que la subespecie antillana forma una población única y discontinua a lo largo de la costa brasileña. Los manatíes de esta población se cruzan ocasionalmente con la subespecie antillana ubicada más al norte y al oeste, entre Guyana y Venezuela. Pero no parece haber una hibridación natural entre el manatí amazónico y de las Antillas, a pesar de que sus hábitats se superponen en la desembocadura del río Amazonas.


''La diversidad genética es fundamental para que las especies puedan adaptarse a entornos cambiantes y evitar la endogamia, y debe tenerse en cuenta para permitir la protección a largo plazo de las especies'', asegura la coautora Margaret Hunter, del Centro de Investigación de Humedales y Acuáticos del Servicio Geológico de Estados Unidos en Gainesville, Florida. "Mostramos que las poblaciones de manatíes de Venezuela, Guyana y Brasil tienen cierto grado de interrelación, pero en general una baja diversidad genética".


Estudio genético


Para determinar si existe conectividad genética entre el manatí antillano y el amazónico, los autores tomaron 17 muestras de ADN de manatíes amazónicos, 78 de la subespecie antillana en Brasil (grupo del sur) y 11 de Guyana y Venezuela (grupo del norte), incluyendo ejemplares adultos y jóvenes.


Los investigadores no encontraron evidencia de hibridación natural entre las dos especies. Lo que sí encontraron fue evidencia de flujo genético entre el grupo norte y el grupo sur de manatíes antillanos. Parece que la barrera física del río Amazonas no es suficiente para bloquear el flujo de genes entre ambos.


"Estos resultados nos permiten comprender la diversidad genética actual de la población de manatíes antillanos de Brasil", dice el coautor Fábia de Oliveira Luna, del Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad - Centro Nacional de Investigación y Conservación de Mamíferos Acuáticos, en Brasil.

 

''Hacemos un llamado a los legisladores para que mejoren el plan de acción nacional. Una acción importante es la creación de nuevas áreas protegidas que ayuden a establecer corredores biológicos y promuevan el flujo de genes. Otro es proteger los hábitats donde los manatíes dan a luz”, concluye.