Alimentación España , León, Viernes, 20 de mayo de 2011 a las 16:12

"Existen matices no coherentes en la normativa europea sobre alimentos genéticamente modificados"

La profesora de Derecho Constitucional Leire Escajedo analiza en León la situación de los transgénicos

Antonio Martín/DICYT La profesora de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco Leire Escajedo señaló hoy en León que "existen matices no coherentes" en la normativa europea relativa a los alimentos transgénicos "que confunden a los ciudadanos y alimentan la controversia en torno a los alimentos modificados genéticamente". Escajedo participó en el ciclo de conferencias conCiencia con el que la Asociación de Biotecnólogos de León (Able) trata de acercar esta disciplina científica a la sociedad.

 

Según considera Escajedo, que imparte la asignatura de Derecho y Ética en la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV a los grados de Biotecnología, Bioquímica y Biología la controversia en torno a los alimentos transgénicos "existe una controversia que no promueve el debate sobre su uso". Esta polémica está, según indica la especialista a DiCYT, "incluso alimentada en el Eurobarómetro, que trata de conocer el estado de la opinión pública europea sobre diferentes aspectos, de forma que realiza encuestas con perspectivas negativas frente a la biotecnología".

 

Para la experta, existen tres planos que se deben abordar a la hora de enjuiciar los alimentos genéticamente modificados: "el transgénico en sí, el uso de tecnología y las consecuencias de su uso". Según explica, las modificaciones genéticas objeto de polémica y reguladas por la normativa comunitaria son aquellas en las se ha practicado una cambio en el ADN recombinante de la especie. "Pero existen otros organismos modificados por medio de técnicas biotecnológicas que no se consideran, con la ley en la mano, como modificados genéticamente, como son las hibridaciones". Algunos alimentos, como variedades de manzanas, contienen estas hibridaciones, "pero se da el caso que incluso pueden alcanzar la etiqueta de productos ecológicos".

 

Por encima de esta diferenciación que establece la norma, los dos organismos han sido modificados genéticamente, pero solo se pone el foco en un tipo. "Hay algunos matices en la norma que no son coherentes". Esta legislación se realiza, según opina, "en idea de apagar algún fuego, pero no abordan el fondo de la cuestión de los alimentos genéticamente modificados". El etiquedado europeo exige que conste como alimento genéticamente modificado aquel en el que se ha manipulado el ADN recombinante, "pero no todas las modificaciones están incluidas", resume la jurista. Esta circunstancia, "no ayuda a despejar la controversia sobre el uso de estos alimentos". Escajedo detecta que existe "mucha distancia entre lo que opina la comunidad científica y la percepción ciudadana en torno a los alimentos transgénicos".

 

Además de los alimentos en sí, el uso de los mismos también planea sobre la controversia de este tipo de alimentos, según la especialista. "Es curioso como se ha establecido una distancia en la percepción de las técnicas de la Ingeniería genética aplicada a los alimentos y la que se utiliza en los fármacos, por ejemplo". La Biotecnología está mejor percibida globalmente en el ámbito de la mejora de fármacos o en el campo de la Medicina que en el terreno agroalimentario, en líneas generales. "Consideramos que es más innovador y que aporta mayores mejoras cualquier avance tecnológico, como un ordenador de última generación, pero nos seguimos planteando alimentarnos como hace cincuenta años", arguye. "Es una percepción curiosa", resume.

 

Para Escajedo, la raíz de la mala fama de los alimentos genéticamente modificados entre el gran público es que "desde una perspectiva institucional, no se contribuye a esclarecer los términos, por lo que se genera desconfianza". La experta recuerda que "las autoridades alimentarias no han registrado efectos negativos del consumo de alimentos genéticamente modificados, pero sí se han encontrado micotoxinas en maíz convencional". El organismo comunitario que se encarga de este control ha mostrado su preocupación por la polinización cruzada de campos agrícolas genéticamente modificados con otros que no lo están. "Sin embargo, el único efecto que puede tener esta contaminación es que se pueda perder una etiqueta de agricultura ecológica". La experta recuerda, además, que no hay una normativa "que proteja las diferentes variedades locales" frente a las comerciales, más productivas, pero que pueden causar efectos en la diversidad de estas especies.